A casi 11 meses de iniciada la pandemia del Covid-19 en el país, y en paralelo a la fiscalización que realizan los inspectores de las Seremis de Salud, las Cuadrillas Sanitarias cumplen el rol de cautelar el correcto cumplimiento de las medidas preventivas de la enfermedad, como son el uso de mascarilla, el respeto a los aforos, la promoción de la salud y la comunicación de riesgo.
Así, a cuatro meses de implementada esta estrategia, la Subsecretaría de Salud Pública -del Ministerio de Salud- aplicó una encuesta a los más de 300 funcionarios que cumplen estas labores, para conocer las faltas sanitarias más recurrentes en la población, la percepción de riesgo en distintos contextos sociales -como playas, reuniones sociales o restaurantes- o cuáles son las acciones más reconocidas por la población para evitar contagios, como la mascarilla y el distanciamiento social.
“Los facilitadores sanitarios, de alguna manera, tienen una visión objetiva sobre cuáles elementos hoy tienen mayor eficacia. Por ejemplo, un 36% solo usa mascarilla y no el distanciamiento físico. El 17% -según la percepción de las cuadrillas- considera que es un elemento importante (el distanciamiento físico), y alrededor de un 20% incluye el lavado de manos. A pesar de que son medidas que se han venido reiterando, el grupo de personas que cree que tienen un peso relevante no son tantas. Se debe comprender que las tres medidas en conjunto son las que funcionan”, señala la subsecretaria Paula Daza.
En cuanto a la información que dispone la población sobre cómo se transmite el virus, los facilitadores perciben que la gran mayoría conoce las principales fuentes de contagio: contactos con fluidos, contacto indirecto (superficies) y contacto directo físico.
Actitudes de riesgo
Otro de los aspectos a evaluar por parte de las cuadrillas consiste en dónde las personas pierden, en mayor medida, la percepción de riesgo frente al virus. Acorde a la encuesta, es en playas, lagos y piscinas donde existe un mayor relajamiento de las medidas de prevención por parte de las personas, con un 24,6% de las impresiones de los encuestados. Les siguen fiestas, restaurantes y plazas (ver infografía).
Lo anterior preocupa a la autoridad, pues para el uso de playas y parques existe un protocolo vigente. Por ejemplo, las personas deben ir a la playa con mascarilla y solo removerla para bañarse o cuando no se está en movimiento, y a dos metros de distancia de otra persona. Además, se recomienda una distancia de cinco metros con otros grupos.
Por género, son los hombres quienes incumplen más las medidas sanitarias. Es decir, y acorde a lo reportado por las cuadrillas, “son ellos quienes realizan mayores conductas de riesgo. Según lo que ha percibido en su contacto diario el 76% de los facilitadores comunitarios, sobre todo porque no utilizan las medidas de autocuidado y tienden a incumplir más las medidas sanitarias”, explica Daza.
El académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile Gabriel Cavada recalca que “hay mas contagios en las edades medias de la vida y, además, hay más contagios en los hombres”. El motivo tendría relación con que los varones son “más desordenados” en términos de autocuidado, en comparación con las mujeres. “Los hombres tienen mucho menos percepción del riesgo, y eso tiene una razón sociológica, no se debe a esta pandemia en sí”, agrega.
Asimismo, el académico de Salud Pública de la Universidad de Santiago Claudio Castillo, explica que “uno de los factores que más influyen en la percepción de riesgos en salud es el género. El otro, es la visión de mundo que tengan las personas. Esta visión de mundo -es- influida por ideologías, por lo que dicen las personas cercanas, y por la confianza que se van generando en distintos temas y que van formando la opinión respecto de los riesgos”.
El estudio también señala que la mayor información sobre cuidados y consecuencias de la pandemia la tienen los adultos mayores, y en contraste, apenas un 3,6% de los jóvenes menores de 18 maneja estos aspectos.
“Las personas que tienen una menor percepción del riesgo tienen conductas más riesgosas o adhieren menos a las medidas sanitarias. Además, hay una diferencia también en las edades (…) y generalmente las personas más jóvenes tienen una menor percepción de riesgo”, agrega el académico Claudio Castillo.
“Si bien este grupo no suele enfermar gravemente, sí puede contagiar a otros que podrían agravarse e incluso fallecer. Estamos potenciando con las Cuadrillas Sanitarias un plan para trabajar con los adolescentes que están en etapa escolar y también queremos potenciar con las universidades e institutos la educación sanitaria”, concluye Daza.