Este jueves, el día después de la tragedia ocurrida en el Internado Nacional Barros Arana (INBA), en la que más de 30 alumnos resultaron quemados por la explosión de un artefacto incendiario, el ministro de Educación, Nicolás Cataldo -primera línea del gobierno para el manejo de la crisis-, lideró una reunión en la que se definieron las medidas de acción para abordar los hechos. Fue tras esa misma instancia que el secretario de Estado optó por endurecer el tono al momento de referirse al origen del suceso.

De la cita participaron, además, la subsecretaria de Educación, Alejandra Arratia; el delegado presidencial de la RM, Gonzalo Durán; el director de Educación de Santiago, Rodrigo Roco; y la rectora del INBA, María Alejandra Benavides. En esa reunión se definió una intervención profunda de parte de la cartera para reforzar la convivencia educativa en el INBA, así como también apoyo psicosocial para apoyar a una comunidad todavía en shock.

Y fue mientras detallaban los puntos de acción que el ministro Cataldo tomó la palabra y calificó el incidente como “un hecho lamentable que nos llena de dolor, que afecta a una comunidad educativa completa, al sistema educacional y al país. Esto es un daño al patrimonio fundamental de nuestra patria, que son nuestros niños, niñas y jóvenes, pero también estamos frente a un hecho que no puede ser tolerado”.

Luego endureció el tono: “No hay ninguna razón para justificar el uso de armas incendiarias, el uso de la violencia, ni para calificarla como movilización social, ya que detrás de esta acción no hay demandas, rostros, ni propósitos. Las acciones de violencia como las que hemos visto no pueden ser legitimadas”. Esto, en referencia a un comunicado de un grupo de apoderados distinto al Centro de Padres del INBA, en el que de cierta manera justificaban los hechos que aún son materia de indagatoria.

Una de las líneas investigativas que sigue la Fiscalía Centro Norte es la eventual participación de personas adultas y externas al colegio.

Es una de las aristas, comentan conocedores de las investigaciones, que se seguirá, pues el objetivo es encontrar a todos los responsables -algunos ya con 18 años- de los delitos asociados a la tragedia, como lo es el porte de elementos incendiarios, que tiene pena de cárcel, además de la complicidad que puede existir tras estas conductas que terminaron con más de 30 heridos, algunos de extrema gravedad.

Sobre lo anterior, el último informe del Ministerio de Salud entregado a las 18:00 de este jueves indicaba que de los 35 estudiantes heridos, 23 continúan hospitalizados, de los cuales cinco están en estado de extrema gravedad y 11 en estado crítico. Dos menores fueron dados de alta durante la jornada.

La rectora del establecimiento dijo tras la cita de la mañana que “el INBA es un colegio que tiene proyecto educativo, que tiene profesores que hacen clases todos los días, que hay asistentes de la educación que todos los días están en la tarea de educar y que efectivamente lo que vivimos ayer es un hecho aislado”.

“Nos hacemos cargo de lo que ocurrió, pero es un hecho aislado de una comunidad que ha reencontrado el diálogo, que nos sentamos a la mesa a conversar, que resolvemos nuestras diferencias. No existe un acopio masivo diario ni permanente de material incendiario, no existe una fábrica como se dice en la prensa, sino que hay un grupo minoritario de estudiantes que decide manifestarse de una manera violenta”, se extendió Benavides.

Por su parte, la presidenta del Consejo Gremial del INBA, Jennifer Gutiérrez, leyó un comunicado de los docentes del establecimiento educacional. “Las profesoras y profesores del Internado Nacional Barros Arana nos sentimos profundamente consternados y dolidos por la tragedia vivida ayer en nuestro establecimiento”, sumando que “como docentes condenamos todo acto de violencia y confiamos en que la investigación en curso nos dé la tranquilidad que deseamos para nuestra comunidad”.

Intervención

A raíz de la gravedad de la situación, se decidió suspender las clases en el INBA este jueves y viernes, buscando retomar las actividades el lunes 28, bajo un plan de refuerzo en la seguridad tanto dentro como en los alrededores del recinto. También con el plan de intervención dispuesto por el Mineduc, el que se centrará en la convivencia educativa para prevenir futuros episodios de violencia. También para acompañar a la comunidad psicosocialmente en el proceso de retomar la normalidad.

Así, Cataldo explicó que la intervención se centrará en tres ejes fundamentales: contención emocional, mejora de la convivencia educativa y refuerzo en seguridad. La primera medida se implementará de manera inmediata con el apoyo de programas específicos del Minsal. En cuanto al eje de convivencia educativa, el ministro destacó que el Mineduc ya está trabajando en un plan específico para el INBA, explicando que el objetivo es desarrollar instrumentos adaptados a la realidad del internado y de sus estudiantes. Además, aseguró que la intervención no será una acción puntual, sino que buscará una transformación estructural a largo plazo en la convivencia escolar. Esta intervención, en todo caso, no tiene un alcance administrativo.

No podemos volver el día lunes a hacer clases como si nada hubiera pasado. Tenemos que conversar, tenemos que dialogar, tenemos que analizar lo que ocurrió para que efectivamente el nunca más sea efectivo”, dijo sobre la materia la rectora Benavides.

Durante esta jornada en el INBA fue posible apreciar a los profesores reunidos durante largas horas al interior del establecimiento, quienes optaron por mantener cierta confidencialidad de los hechos. En paralelo, en más de una ocasión exalumnos llegaron consultando por la donación de sangre.