“Se advierte que para la realización de los atentados explosivos (…), y particularmente en el que afectó al edificio Tánica 1, se utilizó por parte de los perpetradores una alta suma de dinero para el financiamiento de diversos elementos que permitieron concretar el hecho, entre ellos, gastos en transporte (taxi y tarjetas bip!), alojamiento (Hotel Tropical), vestimentas y accesorios (caracterización), equipaje (ocultación de artefactos), comunicaciones (compra de teléfonos, simcard y cargas de dinero) y especialmente la fabricación de los artefactos explosivos”, dice el informe N° 1887 de Carabineros.

Así, uno de los objetivos que persigue la indagatoria contra Mónica Caballero y Francisco Solar es determinar cómo obtenían recursos y si estos fueron utilizados para elaborar las bombas que les imputan.

De acuerdo al documento policial de esta materia, Carabineros pidió a la fiscalía obtener datos de los productos bancarios de ambos imputados, “que dé cuenta del uso de recursos de carácter bancario o financiero, considerando que durante todo este periodo de observación no han sido visualizados en algún empleo de tipo formal o informal, siendo necesario, por lo tanto, establecer el origen de los fondos que permitieron concretar los hechos ilícitos”.

Así, el 4 de mayo el fiscal Claudio Orellana requirió a la Unidad de Análisis Financiero (UAF) “remitir todos los antecedentes que obren en su poder” y que tuvieran relación con movimientos monetarios de Caballero y Solar. La UAF respondió que no había información.

Carabineros también acudió a una parcela que ambos tendrían cerca de Talca y que Caballero, según la policía uniformada, intentaba vender por $ 35 millones. De hecho, interceptaron el celular de Solar y este habló con una persona que le preguntó si pensaba vender su terreno. Él contestó: “Eh, es probable, tenemos que hablarlo con Mónica, pero es probable, ¿por qué?”. El hombre le dijo que había una persona interesada, a lo que Solar le señaló “déle mi número”.