El gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, y los alcaldes Maximiliano Ríos, de Lo Prado, Joel Olmos, de La Cisterna, Paulina Bobadilla, de Quilicura, René de la Vega, de Conchalí, y Luis Astudillo, de Pedro Aguirre Cerda, solicitaron al subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, la inclusión de sus comunas en el plan Calles sin Violencia.
Orrego explicó que al comparar las tasas de homicidio “estas comunas aparecen de las más violentas de la región”. La autoridad llamó a mirar la delincuencia en forma “integral”, considerando otros datos respecto a delitos violentos como encerronas o heridos por arma de fuego, en los que también esos municipios figuran con las mayores tasas de la capital.
“Santiago es una ciudad intercomunal y el crimen organizado no reconoce límites entre las comunas”, sostuvo el gobernador, agregando que no tiene sentido, a su juicio, dejar fuera del plan a municipios “que tienen un historial lamentable de inseguridad”.
El alcalde Astudillo se refirió a la situación en Pedro Aguirre Cerda, lamentando el haber tenido que suspender clases con ocasión de balaceras en cercanías de escuelas.
“Demandamos poder ser incluidos en este plan y que podamos tener presencia policial porque hemos visto los resultados que ha tenido”, destacó el jefe comunal.
Por su parte, el alcalde de Lo Prado, afirmó que no les han dado ninguna explicación por “haber sido excluidos”.
“Quedamos absolutamente aislados”, lamentó Maximiliano Ríos, asegurando que sus vecinos piensan que les van a “quitar carabineros”.
Paulina Bobadilla, en tanto, dijo que el plan debería considerar a toda la región. “Ningún alcalde quiere pelear por estar dentro. Todo lo contrario, todos queremos la misma protección, el mismo resguardo”, dijo.
El alcalde Olmos señaló, a su vez, que debiera existir “una política pública de mucha más comunicación entre las autoridades y lo que pasa en el gobierno local a través de los municipios”.