“Me crié acá, venía a jugar cuando chico y, la verdad, me da pena”, dice con un dejo de nostalgia Manuel Silva, de 65 años. “No creo que el personaje de nombre Manuel de la estatua haya hecho mucho por este país”, retruca Matías Oviedo, de 26.

Amanece en Santiago el viernes 12 y por primera vez en 93 años no está el monumento que rendía homenaje al general del Ejército Manuel Baquedano en el centro de la plaza que lleva su nombre. Es un punto icónico de la ciudad que ha sido protagonista de festejos de triunfos deportivos, políticos y también -desde hace un año y medio- el epicentro de constantes manifestaciones tras el estallido social de octubre de 2019.

Mientras la estatua es removida, miembros del Ejército le rinden homenaje al general Baquedano.

La mañana de este viernes, tras el operativo que lo trasladó de lugar, se divisan ofrendas florales de sus adeptos. En contraposición, también se escuchan bocinazos de quienes aún festejan que horas antes, bien de madrugada y en pleno toque de queda, haya sido removido, aunque sea momentáneamente, para ser restaurado tras la decisión del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN). Fue en medio de las protestas, en que la estatua ha sido vandalizada en más de una ocasión, siendo el blanco de pinturas, carteles e incendios. De hecho, fue durante la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, el lunes 8, cuando individuos intentaron derribarla, provocando desgaste en su estructura y desencadenando la decisión de las autoridades de su traslado.

Pese a que las opiniones de los transeúntes sobre su permanencia o no en ese lugar están divididas, lo cierto es que para nadie pasa desapercibida la postal. No pocos que pasan por el lugar hacen una pausa en el andar, ya sea para observar con detención el nuevo paisaje o bien para fotografiarse de fondo con el espacio donde antes había casi una tonelada de bronce. Adultos, jóvenes y niños repiten la escena durante casi todo el día.

El monumento cuelga y de fondo se observa la nueva intervención de DeLight Lab.

Y aunque ya no está, Carabineros igualmente resguarda la plaza, en un día que suele ser movido en este punto capitalino, ya que se ha generado una especie de “tradición” de que incluso en medio de la pandemia un grupo de manifestantes se enfrenten los viernes en la tarde con personal de Carabineros. Este viernes no fue la excepción. Seis efectivos, un carro lanzagua, otro lanzagases y dos vehículos propios de transporte se mantienen estacionados durante la mañana alrededor de donde estaba apostada la estatua de Baquedano, que ahora es resguardada en un recinto del Ministerio de las Culturas y las Artes ubicado en la comuna de Cerrillos.

Como sea, en poco tiempo, son varias decenas de personas las que cruzan la calle e intentan llegar hasta el centro mismo de la rotonda para inmortalizar una fotografía e incluso una selfie con el nuevo escenario. La curiosidad es contenida por los efectivos policiales, que les piden a estas personas que se mantengan en la vereda y despejen el lugar.

Selfies y fotos, la tónica durante la jornada.

Aunque durante casi toda la jornada el ambiente es de calma, pasadas las 18 horas un centenar de carabineros de Fuerzas Especiales y de otras ramas rodea el perímetro del monumento. La situación genera que algunos manifestantes intenten acercarse, pero el cerco humano de uniformados que custodia el sector acompañado de carros blindados no pudo ser sobrepasado durante toda la tarde. Poco antes, un grupo reducido de personas había usado extintores con colorantes para cortar el tránsito, pero fueron dispersados de inmediato debido a la acción del carro lanzagua. Era un viernes de manifestaciones como los anteriores, con los acostumbrados enfrentamientos en esta zona -que dejaron un saldo de al menos 78 detenidos- pero había, sin lugar a dudas, un gran ausente.

¿Vuelve el monumento?

A la misma hora que la Plaza Baquedano amanecía sin su monumento, el Presidente Sebastián Piñera zanjaba, en Radio Pudahuel, el futuro de este monumento: “Vamos a hacer todo lo que de nosotros dependa para que, lo antes posible, en un periodo lo más corto posible, el general Baquedano vuelva a estar presidiendo la Plaza Baquedano”.

Un locatario del sector, que prefiere no decir su nombre, asegura que le cuesta creer que esto será así. Clama, de hecho, para que no ocurra. Y es que cree que, de no volver a posicionar la escultura, “quizás lo que ha venido ocurriendo y que nos tiene en una profunda crisis económica se calme un poco”.

Gritos más, consignas menos, lo cierto es que durante la mañana y buena parte de la tarde la plaza se apreciaba en calma. No hay agitación, como sí la hubo durante la madrugaba, mientras se retiraba con grúas el monumento, cuando 25 personas fueron sorprendidas por Carabineros rompiendo el toque de queda, otras cuatro por desórdenes y una fue detenida por atentado contra la autoridad. Con minutos de diferencia, los militares presentes en el operativo le rendirían homenajes a Baquedano, aunque con algunas pifias de fondo y una posterior intervención luminaria de Delight Lab en uno de los edificios aledaños que rezaba “extirpar de raíz”. Piñera, en la misma entrevista radial, defendía el legado del militar. “Fue el general que condujo al Ejército chileno al triunfo en la Guerra de Pacífico, fue el general que llegó a Lima” y que, por tanto, “es un general que merece respeto, es parte de nuestra historia. Es parte de algo por lo cual todos nos sentimos orgullosos, excepto unos delincuentes que no respetan a nada ni a nadie. No respetan ni al general Baquedano ni a las iglesias”.