Tras varias postergaciones sucesivas, esta semana se esperaba que apareciera nuevamente en la tabla del Senado la nominación de Anuar Quesille como su nuevo defensor de la Niñez con el fin de llenar la vacante que dejó Patricia Muñoz el pasado 31 de mayo, algo que finalmente no ocurrió pues dentro del listado de temas a votar la nominación quedó fuera.

El abogado de la Universidad Diego Portales fue desde un principio la carta de la senadora Fabiola Campillai (independiente) para el cargo. Sin embargo, sorpresivamente el pasado 3 de octubre recibió el respaldo de los legisladores de derecha, Enrique van Rysselberghe (UDI) y Francisco Chahuán (RN).

De hecho, en la sesión de ese día fue Van Rysselberghe quien lo propuso como candidato de consenso. La idea era evitar un nuevo fracaso tras el rechazo de dos candidaturas anteriores que fueron propuestas con votación dividida por la comisión: Rosario Martínez (RN) y Blanquita Honorato (UDI).

A diferencia de las propuestas previas, Quesille logró una votación unánime, de cuatro votos a favor. Además de Campillai, Chahuán y Van Rysselberghe, también dio su consentimiento el socialista Gastón Saavedra.

No obstante, a pesar del buen pronóstico de un posible acuerdo transversal, su nombre comenzó a generar resistencia entre algunos senadores tanto del oficialismo como de la oposición, lo que podría hacer que peligre su nominación.

El problema es que, para ser nominado como nuevo defensor de la Niñez, Quesille necesita del respaldo de dos tercios de la Cámara Alta, es decir 33 votos, cifra que podría bajar levemente si se descuentan los legisladores que están con permisos constitucionales por viajes al exterior.

El senador Ricardo Lagos Weber (PPD) se encuentra en China con el Presidente Gabriel Boric y ya pidió permiso constitucional. Sin embargo, otro acompañante, el senador Iván Moreira (UDI), aún no oficializa su permiso. En el caso de que el UDI formalizara su ausencia, el quórum bajaría a 32. Adicionalmente la senadora Paulina Núñez (RN) se encuentra con licencia médica y no estará el día de la votación.

Si se cae nuevamente la propuesta para la Defensoría de la Niñez, probablemente ello repercutirá en una prolongación del bloqueo de designaciones que tiene pendiente el Congreso.

Hasta ahora hay seis cargos en distintos órganos del Estado que no se han llenado por falta de acuerdo: además de la jefatura de la Defensoría de la Niñez, están pendientes dos ministros del Tribunal Constitucional, un cupo en la Corte Suprema, un integrante del Consejo para la Transparencia y un miembro del Consejo de Asignaciones Parlamentarias.

En casi todos estos casos, las propuestas de nombres han sido rechazadas por falta de votos. En su mayoría, estas designaciones requieren de un altísimo quórum para ser ratificadas: dos tercios de la Sala del Senado, es decir, 33 votos.

Algunas de estas nominaciones están pendientes desde el año pasado, como es el caso de dos cupos para el Tribunal Constitucional (TC).

El problema es que si se prolonga la falta de entendimiento entre el oficialismo y la oposición -condimentada además por conflictos internos en cada sector político, duelos corporativos entre el Senado y la Cámara y complejidades propias de estos procesos- en los próximos meses se irán acumulando más vacantes con otros dos integrantes de la Suprema, con el cargo de fiscal del mismo máximo tribunal, con otro consejero para la Transparencia que debe resolverse a fin de año y con el contralor general de la República, en vista de que Jorge Bermúdez culmina su período a mediados de diciembre.

El candidato a defensor de la niñez, Anuar Quesille.

El ruido entre los senadores

Quesille ha sido profesor de Derecho Internacional y Litigación en Derechos Humanos en la Universidad Central de Chile y en la UDP. En esta última también se ha desempeñado como investigador en el Centro de Derechos Humanos. Ha trabajado en el Área Legal de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en San José, Costa Rica y ha sido oficial de Protección de UNICEF Chile. Además, es asesor legal de diversas instituciones dedicadas a infancia y consultor internacional para UNICEF.

Sin embargo, su nombramiento ha generado ruido en algunos sectores del PS. Uno de ellos es el senador Fidel Espinoza, quien dice: “No lo conozco, por ende, mi voto no lo tiene seguro el gobierno. Me interiorizaré respecto al profesional en cuestión”.

Pese al apoyo inicial, en la misma derecha, su nombre también provoca inquietud. Entre los senadores de oposición comentan que Quesille tiene una marcada tendencia de izquierda y aún resienten que el oficialismo no diera su apoyo a los nombramientos de Martínez y Honorato, ambas profesionales ligadas a la derecha.

El hecho derivó en recriminaciones dentro del sector. De hecho, en la comisión política de RN, se criticó al senador Chahuán por haberle dado su apoyo a Quesille.

Durante los últimos días, además, se ha difundido en las bancadas opositoras contenido de multimedia para desacreditar al candidato a la defensoría. Por ejemplo, una imagen de una convocatoria al “derecho a la protesta social”, en diciembre pasado, en la cual el abogado exponía sobre el “impacto diferenciado de la represión”.

También han circulado posteos en sus redes sociales como críticas a Israel, mensajes de apoyo a la exdefensora, Patricia Muñoz, al proceso constituyente pasado y al estallido social.

El jefe de los senadores UDI, Gustavo Sanhueza, dice que “como en todos los nombramientos, no existe ninguna instrucción en particular. Por lo que hemos conversado, va a ver unos aprobando y otros rechazando el nombramiento del candidato a defensor”.

Dentro de la UDI se menciona que habría cerca de cuatro senadores en contra, mientras que, en la bancada de RN, el independiente Juan Castro también se opone.