De un momento a otro y sin siquiera preverlo, el 8 de septiembre y a sus 55 años, Gabriel Bosque pasó de ser el Seremi de Educación de la Región de O’Higgins al flamante nuevo subsecretario de Educación.
El lío que se había armado con la frustrada llegada de Nicolás Cataldo como subsecretario de Interior, junto a su breve regreso al Mineduc y su inmediato movimiento a la Subsecretaría de Desarrollo Regional, derivó en que Bosque fuera el elegido para tomar el relevo de Cataldo. Su llegada, en todo caso, no fue una casualidad.
Los enroques, las idas y vueltas de cargos y personas -como Ignacio Cáceres, el originalmente escogido para suceder a Cataldo- y, sobre todo, las tratativas entre gobierno y partidos oficialistas terminaron zanjando que esa subsecretaría seguiría ocupada por el Partido Comunista. Cataldo lo era y Bosque -reemplazado como seremi por el jefe regional de Educación, Pedro Donoso- milita hace años, desde su época universitaria.
Bosque conoció al ministro Marco Antonio Ávila siendo seremi y no haber sido el elegido en primera instancia no le complica mayormente. “Recibí el llamado del Presidente Boric, lo que valoro y tomo con mucha responsabilidad. Me ha convocado para llevar a cabo una función importante y hermosa, eso es lo importante para mí. He asumido con la misma responsabilidad que en mis otras funciones”, dice a La Tercera el propio subsecretario.
En 182 días, el profesor de Castellano de la Universidad de Talca y magíster en Educación de la Universidad de Santiago (Usach) rotaba por tres cargos: en esta última institución fue el encargado territorial del Programa de Acceso Inclusivo a la Educación Superior (desde 2016), luego estuvo menos de seis meses como seremi y ahora es subsecretario de Educación, ya habiendo incluso ejercido como ministro subrogante esta misma semana. Y, por cierto, con un nuevo salario, que, según datos de Transparencia Activa, para el caso de la Subsecretaría de Educación alcanza un sueldo bruto mensual de $ 7.742.660, más del doble de los $ 3.215.645 brutos que, según el mismo portal de Transparencia, cobró en agosto como seremi.
Apenas oficializado su nombre y en línea con la relevancia que este gobierno les da a las redes sociales, Bosque fue impulsado a crear cuentas en Facebook y Twitter. Así, según se lee en su perfil, apenas se unió en septiembre de este año y tiene muy pocos posteos (menos de 30), los primeros de ellos del 11 de este mes, donde dice agradecer “el cariño y el apoyo que me han dado durante estos días. Tenemos el compromiso de trabajar por la educación y la convicción de fortalecer la educación pública a lo largo de todo el país”.
En casi dos semanas en el cargo, Bosque ha participado en diversas actividades, como el mismo 11, cuando estuvo en el Estadio Nacional en un acto conmemorativo y de homenaje a las víctimas del golpe de Estado. “A 49 años del golpe, como gobierno somos claros: lo que pasó, no puede pasar nunca más. Mantener vivo el sueño de un país mejor es la base para que avancemos hacia un futuro con memoria, justicia, reparación y garantías de no repetición”, escribió ese día.
Pero, además, ya ha participado en la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, ha sostenido reuniones con pares de otras carteras y autoridades comunales, así como fue parte de la inauguración de las fondas del Parque O’Higgins de Santiago y del tedeum.
Su visión de la educación es crítica. “Nuestro desafío es poder realizar transformaciones profundas, levantar un cambio de paradigma que nos encamine hacia asegurar la educación como un derecho social, con procesos acompañados que apunten a mejorar, con una educación integral, avanzar también en la profesionalización de los trabajadores de la educación, valorar experiencia en distintas comunidades educativas, avanzar hacia un currículum contextualizado”, analiza Bosque, quien, además, detalla que esto es importante, porque “por mucho tiempo la educación se ha ido cargando de estresores, asumiendo presiones, constantemente llamándola a rendir cuentas y se ha observado que eso ha generado un sistema que requiere tener espacios para avanzar hacia una visión más integral”.
Oriundo de Santiago, cursó su enseñanza básica en La Granja y la media en el Instituto Nacional. Luego se formó profesionalmente en la U. de Talca, donde fue dirigente estudiantil, primero como presidente del centro de alumnos de Pedagogía en Castellano y luego como presidente de la Federación de Estudiantes, en 1988.
Fue justamente ese año que contrajo matrimonio con Elisabeth Gómez, también profesora, y quien trabajó por largos años en el municipio de Machalí, donde llegó a ser la jefa de la Unidad Técnico Pedagógica del Departamento de Administración de Educación Municipal. Junto a ella tuvo hijos, quienes además lo transformaron en abuelo.
Tras titularse, Bosque ejerció como profesor y directivo en distintos establecimientos entre las regiones de O´Higgins y de La Araucanía: pasó largos años en el Liceo Industrial Presidente Pedro Aguirre Cerda de Rancagua (1996 a 2012), administrado por la Usach. Fue ahí, justamente, cuando nació su relación con esa casa de estudios, que luego de 16 años lo destinó como director del Liceo Industrial de Nueva Imperial (2013 a 2016).
Así recuerda al nuevo subsecretario Nicolás Reyes, quien cursando segundo medio en el establecimiento de Rancagua fue su alumno en Lenguaje, pero también compartió experiencias en el taller de teatro que el docente lideraba.
“Como profesor era muy simpático, dominaba muy bien la clase para que todos le pusiéramos atención y nunca una pregunta le quedó grande. Te explicaba todo bien y no se quedaba tranquilo hasta que realmente uno entendiera”, señala, al tiempo que expone que su otrora profesor “siempre se preocupaba de nosotros, nos apoyaba en lo que fuera necesario si estaba a su alcance, era un hombre muy justo”.
Y añade: “No le recuerdo conflictos con algún compañero, todos le tenían mucho respeto, porque él mismo respetaba a los demás. Tiraba la talla sin problemas, sabía divertirse y compartir con todos”.
Ahí vino el cargo en la propia Usach -su paso previo a los cargos gubernamentales- que lo llevó a vivir otra vez cerca del Liceo Industrial rancagüino, en las inmediaciones del Parque Comunal. Aquí conoció, por ejemplo, a Mahia Saracostti, hoy profesora titular de la Universidad de Valparaíso, pero que, en ese entonces, como parte de sus trabajos para la Universidad de la Frontera, le tocaba hacer investigaciones en escuela de otras regiones, entre ellas la de O’Higgins, donde el profesional a cargo era Bosque.
“Es un hombre quitado de bulla, disciplinado, humilde y sencillo. Me quedé con la impresión de que es una persona muy buena, que sabe de educación, con experiencia en establecimientos y con muy buena llegada a los profesionales”, señala la también directora de la cátedra Unesco Niñez/Juventud, Educación y Sociedad, quien recuerda que fue en uno de los viajes entre Santiago y Rancagua en que coincidieron con Bosque en un bus en el que el hoy subsecretario le contó que era militante del PC y de su recorrido en la educación. “Ahí me quedó muy claro que era una persona competente, rigurosa, disciplinada y de bajo perfil, ese tipo de personas que le van a hacer bien a la política pública”.
En medio de esa época, Bosque también realizó clases de pedagogía en educación superior en las universidades Católica Silva Henríquez y de O´Higgins, y paralelo a esa docencia dedicó también buena parte de su tiempo a la dramaturgia y la dirección teatral.
Así, por ejemplo, una de sus últimas obras escritas como dramaturgo (Sewell, teatro musical) estuvo desde inicios de este mes en cartelera en el Teatro Regional de Rancagua. El telón de esa obra se bajó, analógicamente, al día siguiente que le bajó la cortina a su cargo como seremi y asumió en la subsecretaría.
¿Su último hobby? El año pasado comenzó sus estudios de luthería, dedicado a la construcción de guitarras clásicas, el que probablemente deberá pausar por el tiempo que ahora debe dedicarle a su nuevo cargo en el Mineduc.