Este miércoles la fundación InSight Crime publicó su balance anual respecto de la ocurrencia de homicidios en América Latina y el Caribe, revelando que Chile es el tercer país de la región donde más aumentó la tasa de este delito si se comparan las cifras de 2022 respecto de lo registrado el año anterior. Los casos por cada 100 mil habitantes pasaron de 3,6 a 4,6, lo que representa una variación de 27,8% en relación a cifras de 2021.
De acuerdo con la entidad -que se dedica al estudio del crimen organizado y la seguridad ciudadana en las Américas-, nuestro país se ubica tras Ecuador y Uruguay, donde se registraron variaciones de 85% y 31,8%, respectivamente.
Si bien los homicidios registrados en territorio nacional son considerablemente menos que los que ocurren en otras zonas, 960 de acuerdo con cifras reportadas por la Policía de Investigaciones (PDI), InSight Crime advierte que el 2022 fue uno de los años “más violentos” para el país.
En términos generales, como detallan, el alza tendría directa relación con el aumento de la producción de cocaína -que habría alcanzado máximos históricos-, la fragmentación de organizaciones criminales y la mayor circulación de armas de fuego.
Según el detalle al que accedió La Tercera respecto de los casos reportados por la PDI, las regiones del país donde más aumentaron los homicidios fueron Atacama, donde pasaron de ocho en 2021 a 17 en 2022; Arica y Parinacota, donde pasaron de 11 a 20, y Antofagasta, donde los casos pasaron de 13 a 23.
El análisis local
Según Jorge Araya, exjefe de la división de Seguridad Pública del Ministerio del Interior y académico de la Universidad de Santiago, el escenario que enfrenta nuestro país se explica por dos fenómenos: el alto poder de fuego de organizaciones criminales ligadas al narcotráfico y la inmigración descontrolada de los últimos tres años.
“Chile tenía tradicionalmente una tasa de homicidios bastante moderada de entre un 2,3 cada 100 mil habitante, un 3,0, un 3,2 cada 100 habitantes. Pero ahora estamos en una tasa bastante elevada, que tiene que ver con estos dos últimos fenómenos y ahí se requiere un esfuerzo de inteligencia y de persecución del delito muy fuerte por parte de las policías. Las policías necesitan modernizarse, pero necesitan más recursos también, la Fiscalía Nacional también necesita fortalecerse, y es urgente desplegar políticas de prevención del delito en todo el territorio nacional”, comentó.
A juicio del experto, para revertir las actuales cifras se requiere aplicar “más potencia” en las medidas que se están implementando. “Se necesitan políticas de inteligencia policial que requieren mucha sofisticación, mayor control de la frontera, control de aduanas, lo que significa también una fuerte articulación entre las instituciones que están ligadas a la prevención y el control. Hablo de la ANI, pero también hay que involucrar a la Unidad de Análisis Financiero, a fin de fiscalizar y poder detectar el uso de capitales o de inversiones que levanten sospecha. Todo ello tiene que estar muy coordinado con el Ministerio Público, Gendarmería, para poder ir desarticulando estas bandas”, complementó.
Si bien Pilar Lizana, experta en seguridad e investigadora de Athena Lab, destaca que las cifras que presenta nuestro país son más bajas que las del resto de la región, también pone énfasis en que preocupa que en sólo 12 meses la tasa haya aumentado un punto. “Es súper preocupante, eso nos habla de una rapidez con la que están creciendo los homicidios en el país. Hay una fuerte relación con la llegada de bandas extranjeras, porque no es que hayamos estado exentos de delincuencia y ahora la tengamos, sino que la naturaleza del crimen está cambiando”, explica. Agrega que grupos como el Tren de Aragua o carteles mexicanos están importando “sus propias metodologías y disputando el territorio y el poder con las bandas locales”.
Por su parte, Hugo Frühling Ehrlich, académico del Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana de la Universidad de Chile, sostuvo que los homicidios, a diferencia del resto de los delitos, aumentaron de la mano de la pandemia. Sin embargo, a su juicio, aún se deben analizar todas las razones que podrían haber incidido en este cambio para poder tener un panorama acabado. De todas maneras, coincide en que se requiere fortalecer medidas en seguridad, prevención y persecución.
Las dificultades con las cifras
Para el exfiscal Luis Toledo, académico de la Universidad San Sebastián, en tanto, es importante relevar que en Chile no existen cifras unificadas respecto de la ocurrencia de homicidios. Y es que mientras Carabineros da cuenta de un aumento de más del 40%, la Policía Investigaciones sostiene que es de un 32%, y el Ministerio Público cifra el alza en torno al 20%.
En ese sentido, aseveró que si bien Chile está en la región más violenta del mundo y es de toda lógica querer aparecer en los puestos más bajos de todo ránking, hay que mirar la tasa que refiere Insight Crime con discrecionalidad. “Da cuenta de una cifra global en la que se esconden muchas realidades particulares distintas en un territorio bastante extenso. Así, la tasa de homicidios en la zona norte, esto es Arica, Iquique o Antofagasta, es radicalmente distinta de aquella que puede obtenerse de la zona sur del país, como Coyhaique, Punta Arenas o de localidades más pequeñas y menos violentas”, dijo.
“Este promedio, entonces, no tiene la virtud de poder conocer con exactitud el aumento concreto que ha tenido esta tasa de homicidios en el norte del país o en la Región Metropolitana. Hay que ser muy cuidadosos al momento de sacar conclusiones generales respecto de un promedio que no identifica los verdaderos problemas de seguridad en los diversos territorios de nuestro país”, advirtió.
La situación de los vecinos
En cifras de InSight Crime, por segundo año consecutivo Ecuador registró la mayor tasa de crecimiento en Latinoamérica. Durante el 2022 tuvo un alza del 86,3% respecto del año anterior y, según el análisis, aquello se funda en que las pandillas “peleaban por cantidades asombrosas de cocaína proveniente de Colombia”, lo que dejó 4.603 asesinatos.
En el caso de Venezuela -país con mayor cantidad de casos- se registraron 10.737 muerte violentas durante el año pasado, lo que da un promedio de 29 casos por día. Según el informe de la fundación, llegaron a dicha situación porque “cinco de los siete estados con las tasas más altas se encuentran en la zona centro-norte del país”, donde se halla Aragua, “hogar de la pandilla local más notoria de Venezuela, Tren de Aragua; Miranda, donde pandillas ultraviolentas dedicadas al secuestro y la extorsión se han apoderado de franjas de territorio, y Caracas”.
A Venezuela le sigue Honduras, que registra 35,8 asesinatos por cada 100.000 habitantes de acuerdo con datos a los que accedió InSight Crime. Se destaca, en todo caso, que el país redujo en un 12,7% los homicidios durante el 2022.
En la misma línea de disminución de los casos, el estudio explica que El Salvador logró un descenso de un 55,7% en la tasa de homicidios, aunque sigue teniendo una alta tasa a nivel regional. Aquello, según la fundación, se debe a “una represión decisiva de las pandillas, aunque a costa de presuntas violaciones sistemáticas de los derechos humanos”. En el caso de Panamá, se consigna que el uso de tecnología permitió disminuir su tasa de asesinatos en 10,2%.