Son, en total, 20 los establecimientos educacionales afectados por los incendios de las últimas semanas en el país. En algunos casos, las pérdidas fueron totales, y en otros, el nivel de destrucción fue menor. En detalle, son 432 estudiantes afectados de 16 establecimientos municipales, 351 alumnos de un colegio particular, 24 de una escuela particular subvencionada y 50 menores de dos jardines infantiles de la Junji. Son, según las cifras actualizadas del Ministerio de Educación al 16 de febrero, 857 alumnos afectados.
Por eso es que el Mineduc, en conjunto con los diez municipios con recintos educacionales afectados (Santa Juana, Arauco, Nacimiento, Tomé y Mulchén, en el Biobío; Galvarino, Renaico, Traiguén, Purén y Cholchol, en La Araucanía) y los demás sostenedores, han debido trabajar en diversos planes, los que a su vez tienen distintos alcances, plazos y presupuestos.
De hecho, la cartera está trabajando con soluciones a corto, mediano y largo plazo, las que han denominado soluciones de emergencia temprana, transitorias y de reparación y reposición. Según detallan en Educación, las primeras buscan responder a la urgencia del inicio del año educativo que arranca el 3 de marzo y que se ha trabajado en dos alternativas: reubicación de estudiantes en otros establecimientos cercanos o adaptación de infraestructura existente, como sedes sociales e iglesias. Con todo, según cálculos del Mineduc, el 60% de los alumnos afectados no tendrá que ser reubicado, pues sus escuelas tienen daños menores.
En los casos en que sí y considerando que algunos alcaldes han advertido la complejidad que implica para sus alumnos los traslados, el Mineduc y el Ministerio de Transportes están trabajando en soluciones. Para ello se activará el Programa de Subsidio al Transporte Escolar, ya que, explican, existe una línea de financiamiento para servicios de emergencia y catástrofes.
¿Ejemplos de reubicaciones? La Escuela Básica San Antonio (Tomé) se irá a una capilla vecina; la Escuela Colico Alto (Santa Juana) funcionará en el internado, que no sufrió daños; y la Escuela Reducción Pangueco (Galvarino) funcionará en la Escuela Básica La Piedra.
Mientras, las soluciones transitorias implicarán soluciones modulares que pueden ser instaladas en un plazo de dos a tres meses. Estos módulos, aclaran, no son contenedores reacondicionados, sino que construcciones transitorias que cumplen con las condiciones de habitabilidad según la normativa vigente.
Las soluciones definitivas, en tanto, se trabajarán paralelamente. Eso sí, aún se está en etapa de análisis y para aquellos casos de pérdida total, aseguran en el Mineduc, el plazo estimado es de mínimo un año y medio.
La Tercera pidió a la cartera un detalle con el nivel de destrucción, así como la solución específica y el presupuesto destinado para cada establecimiento, información que no fue entregada. También se le preguntó al ministerio si es que era factible que todos los estudiantes iniciaran sus clases en marzo, como lo había aseverado el ministro Marco Antonio Ávila, ante lo que el propio secretario de Estado señala que el “compromiso como gobierno y como ministerio es trabajar para que todos los niños y niñas inicien sus clases en marzo”.
Además de las soluciones momentáneas, agrega la autoridad, el objetivo final es reponer los establecimientos dañados “no solo porque son vitales para sus comunidades y les da un sentido de pertenencia en sus territorios, sino que además porque nuestro gobierno tiene un compromiso con la educación rural y aunque sea un solo estudiante, esa escuela la vamos a levantar”.
La voz de los territorios
Y aunque ya se ha tomado la decisión de trasladar a comunidades completas, hay también grupos que optaron por no hacerlo. Tal es el caso de la Escuela Alhuelemu, parcialmente dañada y donde el municipio de Mulchén es el sostenedor. Los 18 alumnos seguirán sus clases en las mismas dependencias, toda vez que lo que dañó fueron las bodegas, el sistema eléctrico y de aguas.
“Se evaluó que los alumnos pudieran ser reacomodados en colegios del sector urbano mientras se generaban los arreglos. Sin embargo, los apoderados decidieron que independiente de los ruidos, las clases continuarán a pesar de los inconvenientes que pudieran darse por los arreglos. No en condiciones óptimas, pero podemos retomar”, explica el alcalde Jorge Rivas (DC). En esa escuela, que está en medio de una comunidad indígena, se quemó también la ruca educativa, la que el edil cree que hay que reconstruir “porque es necesario para refortalecer sus costumbres”.
Mulchén tiene tres (dos municipales y uno subvencionado) de los 22 establecimientos afectados por los incendios y según el alcalde Rivas, su otra escuela siniestrada, la básica de Los Hinojos, se vio afectada parcialmente y en salas donde se enseñaban idiomas. “Hay que reponerlas, pero se pueden continuar las clases”, dice.
El otro establecimiento de la comuna incendiado fue la Escuela Acumar, que es particular subvencionada. “El sostenedor nos ha pedido apoyo para retirar escombros y ha pedido apoyo del Mineduc para reconstruir. Mientras, evaluamos la posibilidad de, a través del municipio, facilitarles una infraestructura comunal”, expone el alcalde.
El Colegio Arauco, en la comuna homónima, es particular y esa sola institución tiene el 40% de la matrícula afectada por los incendios: 351 de 857. “Se nos quemó un sector del techo, pero producto del agua también se vieron afectadas otras partes”, detalla la rectora Gloria Aguayo, quien cuenta que ya comenzó el proceso de reconstrucción, el que no impedirá que retomen las clases en marzo, aunque con matices: el colegio informó al Mineduc que retrasará hasta el 9 de marzo el inicio de clases y, mientras se llevan a cabo los arreglos, los que podrían durar hasta fines de mayo y serán costeados particularmente, utilizarán como salas la biblioteca o el auditorio. “Iré acomodando a mis alumnos dependiendo de cómo avancen los arreglos”, agrega la rectora, quien, aunque no quiere hacerlo, no descarta clases telemáticas.