Con más de $ 14 billones, el Ministerio de Educación está a cargo de casi el 20% del gasto público total del año 2023, sólo superado por el presupuesto de Trabajo y está más arriba de otra cartera relevante como lo es Salud.
En tal sentido y por solicitud de La Tercera, el Mineduc hizo el ejercicio de analizar el uso que a esta altura del año se le ha dado al dinero destinado para algunos programas de su ministerio y algunas instituciones que supervigila, como Junaeb.
“La ejecución presupuestaria del Ministerio de Educación avanza según lo programado”, dicen de entrada desde la cartera, donde apuntan que a julio había sido ejecutado el 59,4% del presupuesto.
Pero al hacer zoom hay ciertos programas o glosas que están muy por debajo de ese casi 60% macro, algo que reconocen en la propia cartera, donde están al tanto que los programas presentan distintos niveles de ejecución, pero donde analizan que, en general, están en un mejor nivel que en 2022.
Por ejemplo, el Fondo de Apoyo a la Educación Pública (FAEP) y el Fondo de Reactivación Educativa, que a nivel municipal tienen un presupuesto de $102.938 millones entre ambos, según el Mineduc presentaba en junio una ejecución del 16,7%, y al cierre de agosto ya alcanzaba el 32,5%. Esto, aseveran en la cartera, se explica porque las transferencias de recursos están sujetas a la firma de convenios entre la Dirección de Educación Pública y las municipalidades, y, argumentan, el 56% de los sostenedores presentó sus proyectos entre junio y julio. Además, agregan que estos primero deben rendir o reintegrar los recursos de períodos anteriores. Pese a eso, dicen al respecto, la tramitación de convenios este año ha sido “mucho mejor” que en 2022, destacando que, por otra parte, el FAEP para los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP) ya fueron transferidos al 100%.
En el ministerio, además, hacen referencia a que la ejecución de una “gran cantidad” de recursos ocurre tradicionalmente en el segundo semestre de cada año. Y ejemplifican con el programa de Mejoramiento de Infraestructura Escolar Pública para establecimientos municipales y de SLEP, el cual presenta una ejecución “de acuerdo a lo planificado” -27,9% hasta junio- según dicen, y que ya se han levantado iniciativas que serán financiadas a través de la convocatoria de conservación, lo que asegurará la ejecución presupuestaria. “Al igual que el año pasado, se estima que habrá un gasto total relacionado a los municipios y se ha fortalecido el levantamiento de carteras y estrategias de ejecución para los SLEP”, dicen.
La Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas -Junaeb- es supervigilada por el Mineduc. Y como tal, fue desde la cartera desde donde contestaron al requerimiento de La Tercera para explicar el estado de avance presupuestario de algunos de sus programas.
Según el ministerio, al 31 de agosto los programas “presentan una ejecución presupuestaria acorde a sus rangos históricos”. Así, por ejemplo, dicen que el de Becas y Asistencialidad Estudiantil, que incluye las becas, útiles escolares, las becas TIC y la TNE, lleva un 46,6% de ejecución, pero que “el mayor gasto ocurre en el segundo semestre, ya que en enero y febrero, cuando las y los estudiantes no están en clases, la Junaeb se enfoca en desarrollar los procesos administrativos”.
Lo mismo pasa, aseguran, con el programa de Salud Escolar, que hasta aquí tiene una ejecución de un 50,8%, “cuyo mayor gasto ocurre en el segundo semestre, cuando se entregan los servicios médicos, como lentes, audífonos y corsé, entre otros, mientras que en el primer semestre se realizan controles y tamizajes médicos a estudiantes”. Asimismo, el Programa de Alimentación Escolar (PAE) lleva una ejecución del 54,4%. Por otra parte, añaden, el programa de Becas de Mantención presenta una ejecución del 44%, “que es normal para esta fecha”, así como Salud Oral de Junaeb (43,4% a julio) está “acorde al gasto proyectado para este servicio”.
“El presupuesto de Educación, en comparación al 2022 a la misma fecha, tiene una ejecución superior y esa es una primera buena noticia”, dice al respecto el ministro de Educación Nicolás Cataldo, quien agrega que, por otro lado, han estado realizando esfuerzos de gestión “importantes dentro del ministerio para poder cubrir con más eficiencia y de manera más oportuna algunos puntos que siempre son delicados en el sistema, como por ejemplo, la ejecución de los incentivos al retiro o las transferencias del FAEP”. Esto último, de hecho, fue una promesa de mejora de este gobierno.
La situación es la misma, dicen en el Mineduc, para el programa de Desarrollo Profesional Docente y Directivo y la asignación para los Centros de Liderazgo Educativo, que a junio tenían un 33% y un 0% de ejecución, respectivamente, pero cuyos recursos, acorde a la cartera, son desembolsados principalmente en el segundo semestre. “Este presupuesto es invertido en cursos de formación, por lo que son pagados a las instituciones una vez que se realizan. Por ejemplo, en el caso de los centros de liderazgo, los recursos serán ejecutados en diciembre, como ocurre normalmente”, aseguran.
“Septiembre es un mes muy corto y resulta que en áreas claves, como por ejemplo liderazgo directivo, a mitad de año había cero ejecución del gasto. O que los recursos para mejorar la infraestructura educacional tienen porcentajes bajísimos de ejecución y uno habla con los dirigentes de los jardines infantiles vía transferencias de fondos y nos dicen que los mudadores están con hongos u oxidados, con un 20% de ejecución en algunos lugares... “Eso es ineficiencia aquí y en cualquier parte”, dice al respecto la senadora de la Comisión de Educación y exministra del área Yasna Provoste (DC), quien agrega que, por otro lado, “uno de los problemas que hoy tenemos para que los estudiantes lleguen a la sala de clase tiene que ver con el transporte y hay partidas de ese gasto que tienen un 0% de ejecución. La gestión no se condice con el sentido de urgencia que esto tiene”. Sobre este punto específico, desde el Mineduc no entregaron explicaciones.
En una línea similar, Ana Luz Durán, decana de la Facultad de Educación de la Universidad San Sebastián y exencargada del área de educación del programa presidencial de Sebastián Sichel, señala que como la ejecución presupuestaria es un instrumento que permite evaluar el avance de la implementación de las políticas públicas, “es preocupante una baja ejecución, porque los ciclos educativos tienen su temporalidad y a las escuelas no les sirve que los recursos lleguen a fin de año”. En ese sentido, dice que “el gobierno se planteó desde su programa la educación pública como una prioridad” y que esa “ha sido una promesa fallida y la debilidad en la gestión se hace evidente con el bajo porcentaje de ejecución presupuestaria”.
En tal sentido, a la académica dice preocuparle “la baja ejecución en infraestructura, que es una condición basal para el desarrollo escolar, y esto a la larga atenta contra la calidad”. Y cierra: “Tienen que acelerar el tranco y poner prioridad también a la agenda legislativa que en estos 17 meses ha sido escasa y sin ninguna prioridad en los temas de calidad educativa”.