Fue la salida de un grupo de personas, a plena noche, desde un galpón, lo que llamó la atención de los funcionarios de carabineros que patrullaban la avenida Camino a Melipilla, a la altura del cruce con Américo Vespucio.
Era la madrugada del domingo 3 de mayo. Regia el toque de queda obligatorio en Santiago, debido a la pandemia del COVID-19, que justamente el sábado 2 registró un alza en los contagiados en la Región. Pero acaso como un recuerdo de las ochenteras “fiestas de toque a toque”, un grupo de jóvenes respondió a una convocatoria viralizada en las redes sociales.
Hasta que fueron sorprendidos por los policías uniformados.
“Se sorprendió a unas personas saliendo desde esta ocupación, detectando que se trataba de una fiesta clandestina, ingresando inmediatamente verificando la situación, saliendo aproximadamente unas 400 personas desde su interior”, relató el Capitán Claudio Valenzuela Pérez.
Según el oficial, en el lugar se vendían bebidas acohólicas y las personas no guardaban las medidas de prevención recomendadas, como la distancia social. “Se estaba vendiendo alcohol de todo tipo. Las personas que estaban en su interior lo hacían sin ningún tipo de medida de seguridad, no había ningún tipo de distancia social o medidas de seguridad tales como las mascarillas", agregó.
Apenas los muchachos vieron a los policías, intentaron arrancar. Se terminaba la noche. “Al ver la presencia de carabineros de Chile rápidamente se dieron a la fuga -cuenta el capitán Valenzuela-. Las personas reaccionaron un poco sorprendidas, luego se exaltaron un poco”.
Solo una persona pasó la noche en un calabozo. “Se identificó a la persona responsable, el que fue detenido por personal, pasando mañana a segundo control de detención”, detalló el oficial. Al ser llevado al interior del automóvil policial, según el registro de televisión, el sujeto -con mascarilla en el rostro- aseguró que no tuvo mayor participación en la organización de la fiesta y solo prestó el lugar.