Fue a mediados de julio cuando la Superintendencia de Educación Superior (SES) instruyó a todas las instituciones que fiscaliza a que reportaran información referida a la reanudación de las actividades presenciales, la constatación de lo pendiente desde 2020 e información actualizada de su funcionamiento. Hoy, casi cuatro meses después, el ente destaca ciertos avances, aunque al mismo tiempo inicia acciones en contra de aquellas instituciones que muestras signos de rezago.
Así queda de manifiesto tras el segundo informe mensual del plan de fiscalización del sistema de educación superior por el Covid-19, correspondiente a los datos reportados durante septiembre y al que tuvo acceso La Tercera. Y en medio del anuncio de dos grandes -la UC y la U. de Chile- de que reabrirán sus puertas de forma presencial para 2022.
En total, fueron 134 instituciones -universidades, centros de formación técnica e institutos profesionales- las que entregaron información y que, según la SES, evidencian mejoras respecto del informe anterior, pero aún mantienen márgenes amplios de mejora.
De estas, 78 (58%) demostraron avances o mantienen al menos a un tercio de sus estudiantes con clases presenciales. Mientras que a 56 casas de estudios (41%) se les están ejecutando acciones de fiscalización especialmente dirigidas. Son, precisamente, las que presentan mayores retrasos y que, acorde a la entidad gubernamental, están muy por debajo del promedio del sistema educativo.
“Los resultados de este segundo informe arrojan que las instituciones de educación superior avanzan progresivamente hacia una mayor normalización, pero a un ritmo más lento del que quisiéramos”, dice primeramente Jorge Avilés, superintendente de Educación Superior, quien añade que confían en que, producto del avance en el plan de vacunación y a los últimos cambios incorporados al plan Paso a Paso, “podremos comprobar un avance más contundente en esta materia durante los siguientes informes, sobre todo, considerando que a partir del próximo año la presencialidad debe ser total en todas aquellas casas de estudios que previo a la pandemia funcionaban bajo esta modalidad”.
El detalle del informe señala que se ofició a 22 planteles por actividades rezagadas desde el año académico de 2020 y a otros 34 por baja presencialidad. Lo anterior, dado que menos del 20% de sus estudiantes asistió al menos una vez presencialmente durante septiembre.
En cifras, 384.855 estudiantes (cerca del 30% de los 1.308.406 de todo el sistema) asistieron al menos una vez de manera presencial a las instalaciones de su institución, un 19% más que en el informe anterior de agosto, cuando llegaron 323.342 alumnos.
A mayor ahondamiento, las universidades pasaron de agosto a septiembre de 18,5% a 27,9% de estudiantes que asistieron al menos una vez, los centros de formación técnica de 19,2% a 32,6%, mientras que los institutos profesionales, si bien bajaron, prácticamente se mantuvieron igual, pasando de 33,8% a 33,7%. Respectivamente, esto significó recibir a 213.654, 43.884 y 127.317 estudiantes.
“La Universidad de Valparaíso (UV) ha implementado un programa de retorno gradual desde principios de este año: durante el primer semestre se recuperaron básicamente las actividades prácticas que habían quedado pendientes de semestres anteriores, o bien, aquellas que correspondían ser cursadas este año”, expone Osvaldo Corrales, rector de dicha casa de estudios.
A partir del segundo semestre de este año, añade el rector, “todos nuestros estudiantes tienen al menos una actividad presencial a la semana y a partir de noviembre ese número ha escalado a dos actividades presenciales a la semana, lo que supone que cerca del 50% de la oferta académica de nuestra institución se está dando de forma presencial”.
En tanto, desde la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), el vicerrector académico, Nelson Vásquez, expone que su institución ha estado realizando un trabajo gradual y progresivo de retorno a la presencialidad durante el segundo semestre de este año.
“En el primer semestre estuvimos analizando cómo se comportaba el desarrollo de la pandemia en el país, así como también la vacunación, y al finalizar éste observamos que el 96% de nuestros estudiantes contaba con al menos la primera dosis de la vacuna y un porcentaje altísimo tenía las dos dosis, al igual que nuestros profesores. Por ello tomamos la decisión de tener un segundo semestre con asignaturas presenciales, asignaturas híbridas y asignaturas online”, ahonda.
Desde la Universidad de los Andes señalan que en la medida en que las autoridades han ido aumentando los aforos, han ido impulsando el retorno a la presencialidad, “pues tenemos la convicción de los beneficios académicos y socioemocionales para la formación integral”, según explica Pilar Ureta, secretaria general de la institución, quien añade que “en el último mes hemos registrado que, al menos, el 70% de nuestros estudiantes ha asistido presencialmente al campus, y que, en términos generales, nuestras actividades están al día con el calendario académico”.
Así, el informe de la SES, publicado desde este jueves en su sitio web, señala que si bien estos ejemplos dan cuenta de los esfuerzos de muchas instituciones por normalizar la entrega de su servicio educativo, preocupa las que aún reportan que menos del 20% de sus alumnos asistió al menos una vez de manera presencial en septiembre.
En ese sentido y a modo de ejemplo, en la UV las actividades se siguen dando en un formato híbrido, según el rector Corrales, “debido a que muchos estudiantes, por provenir de fuera de la Quinta Región, no han estado en condiciones de retornar. A contar de marzo de 2022 está planificado que volvamos a la presencialidad plena”.
Mientras, en la Universidad de O’Higgins, donde cuentan que alrededor del 60% de sus estudiantes ha asistido a clases en 2021, esperan que “para el 2022, si las condiciones sanitarias lo permiten, realizaremos clases presenciales en nuestras 23 carreras en los dos campus”, según detalla Marcello Visconti, vicerrector académico.
En la PUCV ocurre algo similar: “De los 15.470 estudiantes matriculados en el segundo semestre -de todas las carreras y promociones-, 5.826 aceptaron volver a la presencialidad , en una modalidad híbrida y en una modalidad de clases presenciales, como por ejemplo laboratorios y formación práctica”, cuenta Vásquez.
Aun así, la mejora en las cifras, creen en la SES, se debe a las nuevas condiciones sanitarias por el mayor grado de vacunación, donde el 99% de las sedes del país ha logrado eliminar la exigencia de aforos acotados.
En cuanto a actividades pendientes, los resultados del informe de septiembre arrojan que, aunque ha ido disminuyendo, el 43,3% de las instituciones (fue de 45,1% en agosto) dicen mantener rezagos del año académico 2020. En las universidades es donde más ocurre esto, con un porcentaje de planteles retrasados que llegan a 60%. En cambio, 37,5% de los institutos profesionales y 27,7% de los centros de formación técnica declaran tener actividades rezagadas.
En esa línea, Visconti, desde la U. de O’Higgins, asegura que “gracias al trabajo que hemos realizado como universidad, no tenemos actividades rezagadas ni del 2020 ni de 2021″.
“Así como valoramos el esfuerzo desarrollado por un número importante de casas de estudios, que ya evidencia significativos avances en la reanudación de la entrega del servicio educacional en las modalidades acordadas originalmente con sus estudiantes, nos preocupa profundamente que un 43% de las instituciones del país mantengan actividades rezagadas de 2020 y, más aún, que seis de casa 10 universidades presenten este problema”, agrega el superintendente Avilés.
En tanto, desde la PUCV el vicerrector Vásquez cuenta que efectivamente “tenemos actividades rezagadas que no pudieron realizarse durante el 2020 y en el primer semestre del 2021″, pero también detalla que en el segundo semestre han comenzado a realizarlas, “sobre todo en lo referente a laboratorios de la formación experimental y formación práctica o el trabajo presencial en carreras como Educación Física, Arte o Música”. En este plano, añade, han implementado distintas estrategias. “Al mismo tiempo, hemos elaborado algunos programas de apoyo, acompañamiento y diplomados para estudiantes que ya egresaron el 2021 y que como universidad nos parece muy importante apoyarlos con estos aprendizajes y competencias comprometidas en el perfil de egreso y que quedaron más debilitadas”, cierra.
Según la SES, las instituciones dicen haberse atrasado en prácticas fuera del campus (26,9% de las instituciones), laboratorios y talleres (20,2%), campos clínicos (22,4%) y titulaciones (34,3%). En todos los tópicos de retraso, las universidades son las que se han quedado porcentualmente más atrás. A nivel país, por ejemplo, hay 4.130 universitarios rezagados con sus titulaciones o fin de carrera y 5.065 con asignaturas prácticas.
¿Cómo sigue el procedimiento para las instituciones a las que se les iniciaron procesos? Las instituciones ahora tienen espacio para dar a conocer sus razones, pero la SES también busca verificar que efectivamente estén adoptando todas las medidas necesarias.
“Esta superintendencia velará porque las instituciones realicen todos los esfuerzos necesarios para cumplir con los compromisos académicos pendientes, en los plazos más rápidos posibles”, añade el superintendente.
¿Cómo puede velar por aquello? “Si producto de este proceso se determina que hay instituciones que no han contado con una planificación adecuada o no han ejecutado las medidas necesarias para ir reanudando progresivamente las actividades presenciales, esta superintendencia podrá instruir los procedimientos administrativos sancionatorios que correspondan”, cierra la autoridad fiscalizadora.