El transporte de pasajeros del país vive días complejos.
Los trabajadores de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) anunciaron que, de no alcanzarse un acuerdo con las autoridades de los ministerios de Hacienda y Defensa en la reunión programada para la mañana de este viernes, retomarán desde el mediodía la ralentización de sus servicios. A esto se suma la huelga iniciada por el Sindicato Nº 2 de Turbus, que representa a 400 conductores y auxiliares de buses, tras no lograr un consenso en su negociación colectiva.
Ambas situaciones suman preocupación al Ejecutivo, donde ya durante la semana pasada estaban inquietos debido a la afectación en el servicio de aviación y pasajeros. Incluso el jueves pasado el tema escaló a La Moneda y se discutió por los jefes de gabinete que componen el Ministerio de Interior y el del propio Presidente Gabriel Boric. Todos ellos ahora miran estos dos flancos abiertos.
El sector más crítico es el terminal aéreo, que ha sufrido importantes retrasos en la salida y llegada de vuelos debido a la movilización de los funcionarios, con despegues fueron cancelados a partir de las movilizaciones del miércoles pasado, las que fueron solo un aviso. En medio de esa paralización, los gremios informaron que los vuelos nacionales tenían en promedio 2 horas y 16 minutos de demora, mientras que los internacionales estaba con una tardanza de 1 hora y 22 minutos.
Eso y el caos visto el miércoles en Arturo Merino Benítez obligó a una reunión de emergencia desde las 14:00 de este jueves donde participaron un equipo de la Subsecretaría de Fuerzas Armadas del Ministerio de Defensa, la Dirección de Presupuestos (Dipres) y las cuatro asociaciones para buscar salidas. Ahí se entregó una nueva propuesta de negociación a los trabajadores, a quienes, acorde a conocedores de la misma, se les propuso un bono permanente y de aplicación inmediata de 600 mil pesos anuales, dividido en $ 30 mil mensuales durante todo 2025 y para 2026, la cifra aumentaría a $ 50 mil.
Así también, la propuesta que detallan desde el Ejecutivo contenía una inversión que incluye 42 mil millones de pesos para la renovación de radares, $ 23 mil millones para el refuerzo de la seguridad de pasajeros y funcionarios, y $ 1 millón para la movilización de los funcionarios hacia aeropuertos lejanos.
Pero las asociaciones de funcionarios de la DGAC rechazaron la propuesta del gobierno, frente a lo cual desde la Subsecretaría de Defensa afirmaron que “el llamado es a detener las movilizaciones y negociar con las autoridades una solución realista que permita su sostenibilidad en el tiempo”.
Fue a eso de las 17 horas de este jueves que las cuatro asociaciones familiarizaron la propuesta del gobierno con los funcionarios de la DGAC y que estaba lejos de lo que ellos solicitaban: un bono de 4.200.000 mil pesos anuales, dividido en $ 350.000 mensuales.
El rechazo de las asociaciones a la contrapropuesta del Ejecutivo fue contundente, anunciando un día más de movilizaciones, que hasta el momento apuntan como “indefinido” y que está programado a partir de este viernes a las 8 de la mañana.
Turbus, en paro
Como se ha dicho, durante la misma jornada de jueves Turbus también tuvo que hacerle frente a una situación similar por no llegar a acuerdo en una de sus negociaciones colectivas. La empresa señaló mediante un comunicado que “pese a que en los últimos años la actividad del transporte interurbano de pasajeros ha sido impactada por continuos aumentos en los gastos de operación (...) Tur Bus destaca que sus conductores interurbanos, involucrados en esta negociación, tienen remuneraciones brutas que superan en un 30% el promedio de mercado”.
En respuesta, desde el gremio dijeron que “en conformidad al artículo 355 del Código del Trabajo, una vez terminado el periodo de mediación sin acuerdo entre el sindicato y el empleador, debe iniciarse la huelga el día siguiente, al inicio del primer turno”.
“En el caso de los tripulantes que se encuentren en trayecto a esa hora, deberán terminar sus servicios en el terminal de Turbus más cercano, dejando el bus estacionado, avisando a los pasajeros que dicha circunstancia era conocida por el empleador”, agregaron.
Durante la mañana Transporte Informa indicaba que los buses interurbanos en el Terminal Alameda estaban teniendo complicaciones debido al bloqueo del acceso por la huelga sindical, algo que mantuvo en alerta a Carabineros.
Mientras tanto, el presidente del Sindicato N° 2 de Turbus, Rodrigo Vásquez, indicó en diferentes instancias que cuando terminó una mediación voluntaria con la Dirección del Trabajo las cosas comenzaron a complejizarse. Según afirmó, a los conductores se les ofrece un aumento de $ 15.750 y a los auxiliares de $1.900. “Es una burla entendiendo la situación país y cómo ha subido la vida”, expresó.
En particular, este sindicato entrega servicios especialmente hacia el norte del país, por lo que podría verse afectado ese sector con la falta de conectividad.
Desde el Ministerio de Transportes dicen que “pese a ser una huelga legal -estrictamente laboral- y que escapa de nuestro ámbito de acción, estamos siguiendo atentamente la evolución de esta movilización, en especial por los eventuales efectos en los usuarios. Estamos en contacto con las partes y a disposición para colaborar si se requiere, en un rol facilitador, como el que hemos ejercido previamente, en conflictos gremiales externos a nuestra cartera”. Y el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac), por ahora, no se involucrará.