Una visita “flash” realizará el Presidente de Argentina, Alberto Fernández, el próximo 5 de abril a Santiago. El motivo es el día de la amistad Argentino-Chilena, el cual desde 2003 conmemora el abrazo entre José de San Martín y Bernardo O’Higgins tras el triunfo de Maipú que aseguró la independencia de Chile.
Fernández -quien tendrá un encuentro con el Presidente Gabriel Boric ese día- llega al país tras tres fuertes impasse entre ambas administraciones que se han registrado este año.
El primero ocurrió en enero, y fue provocado por la filtración de una conversación privada entre la excanciller Antonia Urrejola y un grupo de asesores, en la que se referían en duros términos al embajador de Argentina, Rafael Bielsa, justo en medio de la visita a ese país de Boric para participar de la cumbre de la CELAC.
Los otros dos se registraron en febrero y este mes de marzo. Ambos impasse fueron provocados por el propio Fernández, quien criticó a la justicia chilena a propósito del juicio que se lleva adelante en contra del exdiputado Marco Enríquez-Ominami por el caso SQM. “Desde el 2015, Marco Enríquez-Ominami viene siendo acusado por fiscales ligados directamente al expresidente de derecha Sebastián Piñera. Durante estos 8 años, Marco ha negado éstas acusaciones y ha pedido concurrir a un juicio justo, con jueces imparciales, donde pueda demostrar la falsedad de las acusaciones”, decía la carta que el mandatario trasandino firmó junto a otros 29 líderes iberoamericanos del Grupo de Puebla el 15 de febrero.
La misiva motivó un reproche diplomático por parte de la Cancillería y del propio Boric.
El 22 de marzo, en tanto, Fernández publicó una carta dirigida a su par ecuatoriano, Guillermo Lasso, tras la decisión de su gobierno de expulsar al embajador argentino en Quito luego de que la exministra María de los Ángeles Duarte -prófuga de la justicia ecuatoriana y refugiada desde hacía más de dos años y medio para evitar cumplir una condena por corrupción- se fugara a Venezuela.
En ella, planteó que “quiero que sepa también que a todos debe lastimarnos que su Patria, como en la mía, como en Brasil o como en Chile la justicia se haya puesto al servicio de quienes persiguen opositores”. La mención nuevamente generó la molestia en el gobierno chileno, y provocó que el ministro de Justicia, Luis Cordero, afirmara que sus dichos eran “impertinentes e impropios”.
El fin de semana pasado, en el marco de la Cumbre Iberoamericana en Santo Domingo, República Dominicana -donde Boric invitó a su par de Argentina a Chile- , Fernández mantuvo sus críticas a la justicia chilena, aunque remarcó que “tengo el mejor vínculo, el mejor trato con el Presidente Boric, tengo por él un enorme respeto personal, pero la realidad es que yo no estoy opinando sobre las instituciones chilenas, estoy opinando sobre los derechos vulnerados de una persona en Chile”.
“Lo he hablado con el Presidente Boric y le he aclarado que no es una posición contra el gobierno. Al Presidente lo valoro y lo aprecio. Tenemos una mirada común en un montón de cosas, pero yo lo que siento es que en Chile tenemos una necesidad de hacernos pelear y no entiendo por dónde pasa”, agregó.
En esa misma cumbre se planteó que la próxima visita de Fernández serviría para “limar asperezas” entre ambas administraciones.
Ayer, en tanto, el canciller Alberto Van Klaveren sostuvo una reunión con el embajador Bielsa en el edificio Carrera, en la cual “dialogaron sobre la visita que realizará el Presidente Alberto Fernández a nuestro país, el próximo 5 de abril, así como diversos temas de la agenda bilateral”, según informó el Ministerio de RR.EE.
Fuentes consultadas por La Tercera indicaron que la agenda de Boric y Fernández contempla su participación en un Te Deum en el Templo Votivo de Maipú, con motivo de la celebración del Día de la Hermandad argentino-chilena, que tendrá lugar el 5 de abril por la mañana. Posteriormente, se prevé una bilateral entre ambos mandatarios en el Palacio de La Moneda.