El Tribunal Oral en lo Penal (TOP) de Temuco, entregó la mañana de este sábado su veredicto de la investigación contra Martín Pradenas Dürr declarándolo culpable por violación y abuso sexual de la joven de 20 años Antonia Barra. Así, se declaró veredicto condenatorio en su contra por todos los ilícitos que Fiscalía le imputó en un principio: dos delitos de violación y cinco de abuso sexual perpetrados entre 2010 y 2019 en Temuco y Pucón.
El magistrado Leonel Torres Labbé -a cargo de la lectura y redacción del fallo- advirtió la necesidad en estos casos de juzgar con perspectiva de género. Los jueces calificaron como clave haber escuchado la versión de la víctima “que trascendió a su existencia física”, en relación a audios enviados por Antonia Barra a su amiga Consuelo Uribe ya que estos “constituyeron material probatorio” para dictar el veredicto.
Pradenas ha estado cumpliendo prisión preventiva en el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Valdivia desde julio de 2020 y el Ministerio Público aspira a conseguir contra el imputado penas que en total suman 41 años de cárcel.
La sentencia, según se informó este sábado, se dará a conocer el viernes 26 de agosto a las 14 horas.
El 21 de julio de 2020 Pradenas había sido formalizado como autor de agresiones sexuales en contra de seis mujeres de entre 13 y 21 años, hechos cometidos entre noviembre de 2010 y septiembre 2019 en la región de La Araucanía.
La formalización ese año -previo a la cual Pradenas había difundido un video asegurando ser inocente- fue seguida por más de un millón de personas que se conectaron a los canales de internet del Poder Judicial. La cifra batió un récord, ya que nunca antes en el país se había registrado ese número de personas siguiendo un proceso. Ese día, además, en distintos puntos del país hubo cacerolazos en recuerdo de Antonia Barra.
La investigación se había originado tras el suicidio de la joven que acusó haber sido violada por Pradenas en una cabaña de Pucón el 18 de septiembre de 2019. La estudiante universitaria contó lo ocurrido a su pareja y a algunos cercanos. Tras su deceso, el 13 de octubre de 2019, la familia encontró en el teléfono de Antonia mensajes que hacían alusión al hecho.
El 14 de junio de 2022 partió el juicio y el jueves de esta semana, luego de 37 audiencias en el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Temuco se desarrollaron los alegatos de clausura.
“Utilizando el mismo modo de operar, aprovechándose de una situación de vulnerabilidad situacional, contextual, que vivían cada una de las víctimas las agredió sexualmente en distintas oportunidades. A lo largo de este juicio quedó demostrado que esta misma forma de operar fue evolucionando en el tiempo en el sentido de que esta situación de vulnerabilidad fue aprovechada por el acusado para efectos de atacarlas de manera intempestiva, aprovechando que las víctimas quedaban paralizadas, choqueadas, aprovechándose también de su mayor capacidad física”, afirmó el fiscal de Temuco, Miguel Ángel Rojas ese día.
Por su parte, el abogado defensor de Pradenas, Gaspar Calderón, dijo esperar que su defendido sea absuelto. “Evidentemente lo que ocurrió durante estas 30 sesiones es muy distinto a lo que se ofreció en la acusación en todos sus planos”, señaló.
El viernes, en la última audiencia, cuando el juez Roberto Herrera ofreció la palabra, Pradenas prefirió acogerse a su derecho de guardar silencio. “Voy a reservarme, señor magistrado”, dijo.
Relatos que marcaron la formalización (en julio de 2020) y acusación de la fiscalía
Ese julio de 2020, la imputación de cargos contra Pradenas estuvo a cargo del fiscal Rojas. Según explicó el persecutor, todo inició en la discotheque ex Sala Murano en Pucón, donde llegó Antonia junto a una amiga y la pareja de ésta. La compañera -Consuelo Uribe- relató que, según un relato posterior de Antonia, Pradenas la abordó tras haberla acosado durante la noche, hasta que logró que se fuera con ella de la discotheque.
Rojas mostró al tribunal un video tomado por cámaras de seguridad de un supermercado, donde se ve a la joven caminando con dificultad junto al imputado, quien en el estacionamiento le habría hecho sexo oral contra su voluntad. “Se quedaron en una esquina en la que el chico quería intimar con la niña, ella estaba muy bebida y se notaba que ella no quería tener relaciones”, declaró Karina Ratimán, encargada de las cámaras de seguridad del supermercado.
El fiscal señaló que a las 7.30 del día siguiente Uribe se contactó con Emilio Boric (amigo que se había quedado con Antonia en la discotheque) y éste le dijo que ya no estaba con ella. Luego, cerca de las 9.50 fue Antonia quien “llamó a Consuelo alterada y llorando”, relató el fiscal. El persecutor agregó que por WhatsApp Antonia le dijo a su amiga “toy violada (sic)” y que Pradenas la había encerrado. También le mandó la ubicación donde estaba, que era una cabaña que Pradenas había arrendado con unos amigos.
De acuerdo a Rojas, Consuelo y su pareja fueron a buscar a Antonia, quien al salir se veía muy afectada.
Barra vivía junto a sus padres en Temuco. Era la cuarta de cinco hermanos (tres mujeres y un hombre) y estudiaba ingeniería comercial en la Universidad Mayor de su ciudad. Tras la muerte de la joven, su padre, Alejandro Barra, recibió un diploma que distinguía a su hija por segundo año consecutivo en el cuadro de honor por sus buenas calificaciones.
El suicidio de la estudiante movilizó a la capital regional de La Araucanía y generó una alta expectación pública. El abogado querellante señaló en la mencionada audiencia que Pradenas ingresó a uno de los múltiples grupos de redes sociales y WhatsApp que se habían creado solicitando “Justicia por Antonia” usando un nombre falso para obtener información. Acusó también que el imputado habría borrado fotos de su computador y que la madre de Pradenas rompió su celular.
En febrero de 2021 se encontró el celular que supuestamente habían destruido. Tras ese hallazgo se amplió la investigación. En la solicitud de aumento de plazo el magistrado Juan Mauricio Poblete Erices acogió la solicitud del ente persecutor e informó que “a raíz de la investigación fiscal se logró incautar el teléfono del imputado Pradenas, el que supuestamente había sido destruido de acuerdo a lo señalado por la madre del imputado, móvil que está siendo periciado al estar vinculado a la investigación de una de las víctimas en la causa (…)”.
Las otras denuncias
El caso de Antonia generó que fueran saliendo a la luz otras denuncias contra Pradenas por las que luego fue formalizado y este sábado condenado.
El primero de los delitos por abuso sexual es por tocamientos a la víctima de iniciales P.V.C.Q. en 2010, quien entonces tenía 16 años. Esto, al interior de su domicilio particular, en Temuco.
El segundo hecho de abuso sexual, también ocurrido en la capital regional de La Araucanía dos años después -en 2012- es por actos de significación sexual y de relevancia en perjuicio de la víctima de iniciales T.V.B.R., también de 16 años a la época.
El tercero es por ejecutar actos de significación sexual y de relevancia en perjuicio de la víctima de iniciales C.P.C.U. Los hechos ocurrieron en Temuco en el periodo comprendido entre diciembre de 2012 y enero de 2013, cuando la víctima tenía 13 años.
En abril de 2014 Pradenas abusó en la misma ciudad de otra víctima, de iniciales V.F.L.R., de 19 años, ejecutando actos de significación sexual y de relevancia en su contra.
El 24 de noviembre de 2018 ocurrió el primer delito de violación, día en que habría atacado sexualmente a F.V.M.O., de 20 años en la época de los hechos, aprovechándose de su estado de ebriedad.
En el caso Antonia Barra se lo condenó por el delito de abuso sexual de mayor de 14 años y el delito de violación de mayor de 14 años.