Hacia el Estrecho de Magallanes, con destino al Atlántico Sur, navegan las últimas dos naves extranjeras que realizaron pesca en la altamar de Ecuador y Perú y que, desde finales del año pasado, se encontraban cruzando la Zona Económica Exclusiva chilena (ZEE).
Desde diciembre del 2020 a enero del 2021, un total de 233 naves han efectuado el cruce de océanos desde el Pacífico hacia el Atlántico, de las cuales 219 hicieron uso del Estrecho de Magallanes, mientras que las 14 restantes navegaron por el Cabo de Hornos.
La Autoridad Marítima de Punta Arenas tiene dispuesto, como medida de seguridad a la navegación, que el cruce de ese paso bioceánico sea realizado bajo un sistema de “convoy”, para lo cual se embarcan Prácticos que los conducen desde la bahía de Punta Arenas hasta la Boca Oriental del Estrecho de Magallanes, lugar donde este personal se desembarca para que la agrupación continúe con su destino hacia el Atlántico.
El director general (s) del Territorio Marítimo y de Marina Mercante, contraalmirante litoral Eric Solar, indicó que “las navegaciones de cambio de océano se han desarrollado desde los primeros días del mes de diciembre de 2020 hasta esta fecha, con un total de 13 agrupaciones de pesqueros extranjeros sin inconvenientes”.
Cabe recordar que la flota pesquera no nacional, dedicada a la extracción del recurso Calamar Rojo (Dosidicus Gigas), operó en aguas del Pacífico Sur desde mediados del 2020, principalmente en los bordes externos de las Zonas Económicas Exclusivas de Galápagos y de Perú.
A la expedición se sumaron naves provenientes de China, Taiwán y Corea del Sur, alcanzando un número superior a los 600 pesqueros del tipo “poteros/liner”, los cuales para sostener su permanencia en los referidos caladeros se apoyaron logísticamente por naves frigoríficas y del tipo tanque para el reaprovisionamiento en la mar.
Fue en este contexto que la Armada de Chile, a través de la Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante (Directemar), en su rol de Autoridad Marítima Nacional, mantuvo y sostiene una exhaustiva vigilancia desde su “Central de Monitoreo y Análisis”, tanto de esta flota como de otras presentes en el Área de Responsabilidad de Búsqueda y Salvamento Marítimo (área SAR). La labor, que se ejecuta de manera continua y 24/7, se lleva a cabo mediante sistemas satelitales que evidencian la posición e intención de estas naves. A esta acción se suman las diversas operaciones de vigilancia oceánica, a través de aeronaves y unidades de superficie de la Armada, además del cruce de información del monitoreo de la Subsecretaría de Pesca.