Al mediodía de este jueves, en el Centro de Justicia de Santiago, se llevó a cabo la formalización de Javier Molina, funcionario policial dado de baja y apuntado como el responsable del deceso de Rodrigo Puga, sargento 2° de Carabineros que recibió un impacto de bala en las afueras del Teatro Caupolicán, la madrugada del 25 de agosto.
Esa jornada, ambos desarrollaban labores de seguridad privada durante una fiesta en el centro de eventos capitalino.
La fiscal jefa de la Fiscalía Local de Primeras Diligencias de la Fiscalía Regional Metropolitana Centro Norte, Macarena Cañas, detalló tras la audiencia que el excarabinero fue formalizado por dos delitos simples, la tenencia de un arma de fuego irregular, que tiene una pena de presidio menor en su grado máximo cumplimiento en libertad y un cuasi delito de homicidio, que tiene una pena también en el rango del precio menor medio.
El imputado quedó con la medida cautelar de arresto domiciliario.
Falta de cooperación
Cañas hizo ver la dificultad de la indagatoria, acusando falta de colaboración de los testigos, particularmente, los excarabineros que trabajaron como guardias esa jornada en el local, cuatro según dijo, y “en calidad de funcionarios públicos debieron haber colaborado con veracidad y transparencia, cuestión que no lo hicieron”.
“Lo que es cierto es que aquí había una actividad, de alguna manera, regular, con presencia de carabineros activos, trabajando en horas no propias de su servicio, en una labor que les está vedada, les está prohibida. No pueden oficiar en trabajos, además de ser carabineros de Chile, que sean de materias fiscalizadas por la institución”, recordó la fiscal.
Molina entregó otra pistola
La bala extraída del cuerpo de la víctima es de un arma calibre .38 y el excarabinero Molina hizo entrega de una pistola Taurus 9 milímetros, asegurando que era la que portaba el día de los hechos. El Ministerio Público sigue buscando este elemento homicida.
En esa línea, la fiscal reforzó el valor de las imágenes de videos que registraron lo ocurrido y se presentaron en la audiencia, que dan cuenta de la responsabilidad del expolicía que él mismo reconoció.
“La que entrega el imputado no coincide con la munición que se extrae del cuerpo de la víctima. Y por los videos, que son una prueba bastante objetiva, no hay otra forma de establecer que así ocurrieron los hechos, tanto así que el señor Molina lo declara (...). Él reconoce que efectúa los disparos y entrega esta Taurus”, dijo.
Cañas sugirió que el imputado obró esta manera para que la falta de compatibilidad pudiera conducir a un sobreseimiento o “puede ser también que estaba tratando de evitar el que se diese cuenta de que andaba con un arma irregular”.
El incidente fatal
Puga, al igual que Molina, formaba parte de la dotación de la 3° Comisaría Santiago Central. Pasadas las 4.00 horas del domingo, mientras se desarrollaba una nueva versión de la fiesta Dame, celebración orientada a la comunidad LGBTIQ+, el carabinero de 38 años fue baleado en la calle. Su hermano lo asistió y fue llevado hasta el Hospital de Urgencia Asistencia Pública, recinto en el que agonizó algunas horas hasta que se constató su muerte a raíz de la herida en su abdomen. Tenía 38 años y dos hijos.
Según afirmó la ministra del Interior, Carolina Tohá, en Tolerancia Cero, los carabineros que trabajaban como guardias esa noche, intervinieron por “un grupo de personas extranjeras, que había la sospecha de que estaban robando celulares”.
Por su parte, el subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara, indicó en una actividad el lunes que la información que manejaba es que “un grupo de delincuentes que estaba cometiendo delitos dentro de la fiesta y que fue expulsado por una puerta lateral y que posteriormente vienen al acceso principal donde toma lugar este enfrentamiento”.
En las imágenes exhibidas en la audiencia se ve a un sujeto extranjero siendo expulsado del recinto a golpes por un grupo de personas, entre guardias internos, guardias externos y funcionarios del Teatro Caupolicán.
“Y efectivamente luego se produce el accionar en que el funcionario Javier Molina acciona el arma y está filmado, se ve el fogonazo, se escucha el audio, en contra de un tercero, probablemente un extranjero. Y luego en la huida de todo el grupo, la víctima cae al piso y el funcionario Molina se tropieza sobre él y se puede observar nítidamente en la filmación, que se escucha el disparo y hace una acción con el brazo y que sería entonces coincidente, además, con lo que nos arroja la autopsia”, relató la fiscal Cañas.
¿Cierre del Caupolicán?
Vergara, igualmente hizo ver que hubo una “falta grave” de los uniformados involucrados por desarrollar esas labores paralelas y que la empresa que los contrató se arriesgaba a multas millonarias. Una carabinera que trabajó en la fiesta fue dada de baja al igual que Molina.
El hecho policial, según el delegado presidencial de la Región Metropolitana, Gonzalo Durán, llevó a evaluar la clausura del Teatro Caupolicán, histórico recinto de entretención de calle San Diego, una idea que fue rechazada por productoras y el gremio de eventos que calificaron de “insólito comenzar a cerrar locales, emprendimientos, restaurantes y centros de eventos porque el gobierno no ha sido capaz de enfrentar a la inseguridad”.