A Osvaldo Aceituno lo mataron con armas de guerra. El vigilante de la empresa de valores Brinks que murió en un asalto en el mall Florida Center, recibió un proyectil calibre 7,62, el cartucho de arma larga -para fusil y ametralladora- estándar de los países de la OTAN. Aceituno era un suboficial retirado de Carabineros. Tenía 56 años. Dos de sus compañeros resultaron heridos de gravedad esa jornada. Fue la mañana del lunes 4 de abril de 2022.
Dos años después del hecho, a las 11.00 horas de este viernes, en la sala C 501 del Centro de Justicia de Santiago, tuvo lugar la lectura de sentencia tras el juicio a los responsables del mortal asalto.
La Fiscalía de Alta Complejidad y Crimen Organizado de la Fiscalía Regional Metropolitana Oriente logró condenar a los cuatro acusados por el crimen y solicitó para ellos la pena de presidio perpetuo calificado. El 7° Tribunal de Juicio Oral de Santiago accedió.
Se trata de Juan Gadiel Quezada Correa, Jonathan Antonio Polanco Zúñiga, Esteban Alejandro Farías Sandoval y Luis Hernán Navarrete Faune.
El fiscal Miguel Ángel Orellana destacó que esto es “coincidente con la gravedad del hecho”.
Los sujetos fueron condenados por los delitos de robo con homicidio, receptación y los homicidios frustrados de los demás guardias. Además, a Quezada Correa se le condenó a un año por el soborno a un funcionario policial y a 800 días por tenencia de municiones. El tribunal absolvió a los acusados del delito de porte ilegal de arma de fuego.
El soborno a un carabineros, que terminó siendo apartado de las filas de la institución, permitió alertar de un allanamiento a un quinto integrante de la banda que se mantiene en calidad de prófugo.
El asalto en estacionamientos del mall
La banda llegó al nivel -1 del centro comercial en al menos dos vehículos, uno marca BMW y el otro marca Land Rover, con encargo por robo, que usaron para escapar y que fueron encontrados posteriormente abandonados en La Granja.
Vestían overoles y abordaron a los guardias cuando salían de un local de Servipag con recaudaciones de dinero que llevaban al interior de un carro de supermercado, cerca de las 10.00 horas. Tras la balacera, los trabajadores heridos abordaron el camión y por sus medios llegaron al Hospital de La Florida.
Los asaltantes se apropiaron de una suma cercana a los $200 millones.
El fiscal Felipe Rojas llegó al lugar tras la balacera y lideró las primeras diligencias. En diálogo con la prensa esa jornada indicó que la banda atacó a los vigilantes “con disparos de distinto armamento, con distinto calibre, sustrayendo el dinero y huyendo aparentemente en tres vehículos”.
Rojas mencionó que tres tipos de armas habrían sido utilizadas por los asaltantes, según las vainillas que se encontraron en el estacionamiento: “Dos armas cortas y un armamento largo que sería armamento prohibido, armamento de guerra”.
Fueron cinco armas
El trabajo de personal especializado del Departamento OS9 y Laboratorio de Criminalística de Carabineros fue destacado por el Ministerio Público tras la condena de los imputados.
El fiscal Miguel Ángel Orellana resaltó que el tribunal valoró la calidad de la prueba rendida a partir del proceso investigativo, pese a la nula colaboración de los imputados que guardaron silencio durante todo el desarrollo del juicio.
“El tribunal hizo suyas nuestras argumentaciones, nuestras pruebas y ha condenado a la mayor pena, a la pena más grave que puede traer aparejada la comisión de un delito como este. Nuestro ordenamiento no contempla penas mayores que esta”, enfatizó Orellana.
El persecutor expuso que la indagatoria, a través de peritajes tanatológicos del Servicio Médico Legal pudo acreditar que la víctima recibió disparos en distintas partes del cuerpo y al menos dos lesiones de carácter mortal.
“Quien haya jalado el gatillo, quien haya apretado el disparador de una u otra de las cinco armas que fueron usadas ese día 4 de abril en el mall Florida Center, resulta irrelevante, porque el plan criminal siempre fue el mismo y estuvo en la mente de todos ellos la posibilidad de que los guardias de seguridad fallecieran. Hay cinco armas de fuego, hay protección con láminas de seguridad en los vehículos para evitar los disparos, todos con chalecos, antibalas. Por lo tanto, el plan criminal, tal como lo acreditamos, era disparar y matar para robar. Y eso es lo que considera el tribunal”, explicó el fiscal Orellana.