Vecinos piden compensaciones económicas ante vibraciones provenientes de la Línea 6 de Metro

Compensación. Esa es la palabra que repiten los vecinos que se sienten afectados por vibraciones emanadas de la Línea 6 de la empresa Metro, tras la formulación de cargos hecha por la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) a la estatal. Esta entidad planteó que la empresa supera la norma sobre vibraciones en diversos puntos de ese trazado, lo que es considerado como "grave" de acuerdo al organismo regulador.

Ante este escenario, el ferrocarril urbano deberá entregar un plan de cumplimiento con medidas que mitiguen esta situación en un plazo de 10 días.

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En abril de 2018, la Superintendencia inició una investigación  que contempló mediciones en siete puntos del trazado. En cinco de ellos, finalmente, se registraron movimientos mayores a lo permitido, correspondientes a viviendas ubicadas en el sector del Persa Biobío, en Santiago Centro; y a villas de la comuna de Pedro Aguirre Cerda.

Sus habitantes, de hecho, denunciaron problemas para conciliar el sueño desde que comenzó a operar el servicio, en noviembre de 2017. "Los temblores y zumbidos provenientes de los trenes son muy fuertes. Solo podemos dormir entre la 1 y las 5 de la madrugada cuando no pasan los carros", cuenta Rosa Díaz, quien reside en Av. Carlos Valdovinos a la altura del 1.800, en Pedro Aguirre Cerda, a 16 metros del trayecto del tren subterráneo, donde el informe de la SMA detectó anomalías.

"No descartamos ninguna acción porque queremos que nuestra vida vuelva a la normalidad", dice, aunque por ahora espera que "logren mitigar los movimientos generados por el paso de las ruedas metálicas por los rieles de fierro".

En tanto, la casa de Fresia Aguilar (69), quien reside en calle Portugal, ubicada a 12 metros de la línea, también registró vibraciones sobre la norma. La afectada indica que las paredes se han erosionado y que los muebles tiemblan de forma constante. "Deberían indemnizarnos porque nuestras casas, que son nuestra única herencia que tenemos, se desvalorizaron totalmente. Nos perjudicaron para siempre", sostiene.

Julián González, vecino de Providencia quien denunció los episodios en 2018 ante la Superintendencia, valoró la resolución de la entidad, porque "evidencia que Metro no cumple con su Declaración de Impacto Ambiental, tal como lo dijimos varias veces (...) Esperamos que la empresa se acerque a los afectados para que pague por los daños causados a las viviendas. Muchos vecinos poseen daños en revestimiento de las paredes y el piso está suelto por el movimiento continuo", señala.

Tampoco descarta "recurrir a la justicia, posiblemente a los tribunales ambientales". Todo eso aún está en evaluación por parte de los vecinos afectados.

González dice tener argumentos ante la justicia, pues la resolución de la Superintendencia dice que los incumplimientos detectados han "generado efectos negativos, consistentes en la afectación por vibraciones a vecinos cuyas viviendas se ubican aledañas a la Línea 6 del Metro, alterando consecuentemente sus sistemas de vida".

Metro, en tanto, informó que "ha desarrollado un trabajo sostenido en materia de vibraciones, que contempla, entre otros aspectos, mediciones periódicas en diversos puntos de la línea y la aplicación de medidas de control en algunos sectores, aun cuando los resultados de las mediciones efectuadas por Metro han reportado el cumplimiento de la norma".

En tanto, un grupo de vecinos de La Reina, que residen en las inmediaciones del trazado de la Línea 3, también denunciaron ruidos molestos en enero pasado e informaron que hicieron una presentación ante la Superintendencia del Medio Ambiente, en febrero, la que aún está en análisis por parte del organismo.

Manuel Merino, residente que hizo la denuncia, sostiene que "los ruidos han ido en aumento y afectan a unas 320 personas por donde pasa la línea, donde hay hogares y colegios".