Jeanette Jara, subsecretaria de Previsión Social: "Si el próximo gobierno considera que la solución es más AFP, errará el camino"
La subsecretaria espera que buena parte de las propuestas de Michelle Bachelet en pensiones sean consideradas por la próxima administración de Sebastián Piñera, así como también que la futura oposición defienda estas iniciativas en el Congreso. "El debate por las pensiones no ha terminado. Está en pleno desarrollo", asegura.
De los tres subsecretarios de Previsión Social que hubo en el gobierno de Michelle Bachelet, Jeanette Jara fue la que enfrentó los minutos más tensos. Apenas asumió, en octubre de 2016, debió encarar todo el cuestionamiento contra la industria de AFP y el modelo previsional, con multitudinarias marchas y duras críticas a nivel social y político. A esto se sumó la elaboración de la propuesta de reforma, cuya tramitación no alcanzará a finalizar en el Congreso en esta administración y quedará para el próximo gobierno. Ad portas de entregar su cargo a la nueva subsecretaria designada por Sebastián Piñera, María José Zaldívar, la autoridad defiende los cambios impulsados por la Presidenta Bachelet y asegura que "no me cabe duda que servirán de base para las próximas reformas que se implementen".
"Aquí hubo un hito: los proyectos legislativos que manifestaron una voluntad política de cambio dentro del pilar contributivo, que no había existido y que recogen una demanda ciudadana. Que no hayan avanzado en el Congreso no significa que el debate haya terminado. Está en pleno desarrollo. De hecho, el próximo gobierno lo ha señalado dentro de su agenda programática (...). Espero que se continúe con la senda de la presidenta Bachelet de fortalecer el pilar solidario, pero también abordando el pilar contributivo, porque es una necesidad del país", indica.
Y, además, advierte: "Si el próximo gobierno considera que la solución es más AFP, errará el camino".
¿Por qué sería un error?
Porque los chilenos han demostrado una desconfianza en el sistema de AFP que está suficientemente documentada en las conclusiones de la Comisión Bravo y porque se requiere una entidad estatal distinta de las AFP, que en esencia no tenga fines de lucro, lo demás nos acerca a los estándares internacionales de un sistema mixto, público-privado. En segundo lugar, porque aumentando el ahorro individual no voy a solucionar el problema de los jubilados actuales. Por eso nuestro sistema requiere una transferencia solidaria de reparto y los proyectos de ley constituyen un avance que le va a servir al próximo gobierno, para no partir de cero.
Pero el próximo gobierno está lejos de promover tal idea.
Lo relevante es que el debate llegó y se logró instalar. Los demás puntos van a tener una mirada desde el Ejecutivo, pero también un contrapunto en el Congreso, donde hay una mayoría social importante. Espero que el debate previsional se siga dando con la amplitud que se dio en el gobierno de Michelle Bachelet, y que tanto desde los movimientos sociales, como desde los partidos políticos, el ejecutivo y el Congreso Nacional se sigan entregando opiniones.
¿Qué errores se cometieron en el avance de los proyectos?
Debimos haber acelerado la discusión aún más, porque no puedes saltar la etapa previa de buscar acuerdos en un tema tan trascendente, pero tampoco la puedes eternizar. El Parlamento requiere también tiempos y nos faltó tiempo. Pero lo que logramos avanzar fue importante. Al inicio no estaba instalada la necesidad de una reforma en el debate y ahí el aporte trascendental de No + AFP, al poner este tema dentro de las prioridades de la agenda política y que debiera seguir siendo actor protagonista en el debate de las pensiones.
¿Creen que la idea del reparto y las dudas que genera debilitaron la propuesta?
Es compleja la respuesta, porque en materia de pensiones confluyen muchas miradas. Hay personas que de manera legítima creen que aquí debieran prevalecer siempre medidas sobre el aumento del ahorro por parte del trabajador, destinarla a las AFP o elevar la edad de jubilación. Mientras otros creemos que lo que se requiere en realidad es un cambio que nos acerque a la seguridad social. Hay que avanzar en lo que hemos logrado confluir y avanzar en el debate de lo que no logramos despejar. Pudimos confluir en que hoy día aumentar la edad de jubilación no es posible, pero el debate que hay que resolver es quién va a administrar la cotización adicional de cargo del empleador. Para nuestro gobierno es importante la presencia del Estado en materia de seguridad social.
¿Qué esperan que pase con la propuesta de pensiones con la nueva administración?
Sin duda, trazamos un camino que el próximo gobierno debiese seguir. En nuestro país ha primado una visión en la cual cada persona ahorra para sí y ante sí, en el sistema más ortodoxo en capitalización individual del mundo. Pero de acuerdo con los datos que tenemos a diciembre de 2017, una persona que tiene una mediana de cotización entre 30 y 35 años, con una densidad del 92%, tienen pensiones inferiores al salario mínimo de $ 235 mil. Los cambios que ha demandado la ciudadanía en materia de pensiones no se pueden detener. Es necesario reformar, por la insuficiencia de las pensiones, pero, además, porque éticamente es necesario que nuestra sociedad se haga cargo de apoyar a quienes ayudaron a nuestro país a crecer y que tengan claro que también van a contar con ese apoyo al momento de pensionarse.
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