Amor líquido: Workshop de diseño de Satorilab
<img style="padding-bottom: 0px; margin: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px" border="0" alt="" align="left" width="60" height="13" src="https://static-latercera-qa.s3.amazonaws.com/wp-content/uploads/sites/7/200911/586906.jpg" />Desechos industriales, experiencias y sentimientos dieron forma a una instalación artística que siembra una semilla respecto al consumo y al diseño consciente.
La basura, esa que todos los días botamos, va a parar a alguna otra parte; aunque creamos que desaparece, sólo lo hace de nuestra vista.
Hace unos 20 años el diseñador argentino Alejandro Sarmiento vio en ella su fuente de inspiración y materialidad para un trabajo que lo ha llevado lejos.
La semana pasada estuvo en nuestro país junto a la periodista Luján Cambariere, con quien encabeza Satorilab —un laboratorio de diseño experimental con el que han desarrollado distintos proyectos a partir de desechos o descartes, es decir, basura— y llevaron a cabo el workshop Amor Líquido, con estudiantes de diseño de distintas escuelas de nuestro país, invitados por la Universidad Andrés Bello.
La fragilidad de los vínculos humanos o el amor descartable fue la premisa con la que Satorilab dio inicio a esta iniciativa: "Nos basamos en valores esenciales de la vida, como el amor, la niñez, el juego, la celebración. Son temas básicos, pensando en que cada vez tenemos corazas más grandes y nos enfrentamos al mundo como dentro de un paquete, dejando de ser nosotros en muchas cosas", cuenta Alejandro a modo de resumen sobre la inquietud que plantean a los alumnos al partir este taller.
Y para dar forma a esas reflexiones la empresa de cosméticos Natura puso al servicio del workshop una serie de desechos, principalmente catálogos, envases y cajas en desuso, que cobraron una nueva vida. "Creemos que esto es un aporte que después puede ser muy interesante de aplicar en lo profesional, para ser más sensible, más realista, más contundente en los productos y las necesidades que realmente existen.
Cada vez estamos generando más productos de obsolescencia programada, por lo que es fundamental pensar más el objeto luego de la muerte de éste como producto de uso", señala Sarmiento sobre la experiencia.
Así surgieron una serie de conceptos y palabras, como vínculos, individualidad, intimidad, compartir, control, que se fueron incorporando en el trabajo con los materiales donde los alumnos de distintas universidades se mezclaron libremente. Para Sarmiento esto es vital, ya que "los hace vincularse y formar nuevas maneras de hacer las cosas, porque acá se mezclan diseñadores industriales, con gráficos y de moda, entonces ven el potencial que tienen juntos, más que por sí solos. Intercambian información de una forma muy contundente y los resultados son extraordinarios para enfrentar el mundo de los proyectos".
Luján, por su parte, agrega que fuera del arranque conceptual del workshop "no tenemos nada prefijado, ninguna expectativa más que disfrutar con ellos porque la experiencia nos ha demostrado, a lo largo de los años, que eso es lo que mejor se lleva, el generar conciencia, reflexionar, acordarse". Y es que esta iniciativa es algo que ya han llevado a cabo en Argentina, Colombia y Brasil, y que para el próximo año esperan repetir por estas tierras.
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