Andrés Allamand: "Con el ex Presidente coincidimos en que los actuales partidos de la Alianza no dan el ancho para superar la crisis"
El parlamentario da detalles de su reencuentro político con Sebastián Piñera y la tarea común que se fijaron.
Varias conversaciones, tanto telefónicas como personales, han sostenido el ex Presidente Sebastián Piñera y el senador Andrés Allamand durante los últimos tres meses.
Con las profundas diferencias que los enfrentaron en el pasado, aparentemente ya superadas, el ex mandatario y el legislador de RN han coincidido en la necesidad de reestructurar a la centroderecha para sortear la crisis que afecta al sector, y así tener opciones de volver a La Moneda en 2018.
¿Se acabaron sus diferencias con el ex Presidente Piñera?
Vamos a trabajar en conjunto mirando hacia adelante y dejando atrás las diferencias políticas que nunca han devenido al plano personal. La política se hace mirando hacia adelante y, fundamentalmente, el interés del país y de nuestras ideas, y hemos coincidido en trabajar en empujar un carro para generar una nueva plataforma organizativa en la centroderecha, la renovación de su mensaje y ser una oposición más eficaz.
¿Entonces ya no cree que el ex mandatario fue el principal responsable de la derrota electoral de la Alianza en 2013?
A ver, le insisto, hemos coincidido en dejar atrás las diferencias políticas, que vuelvo decir, nunca, en nuestro caso, se han extendido al plano personal. No hay duda de que hemos tenido severas diferencias en el pasado, pero también hemos trabajado muchos años juntos. Lo importante es que tenemos la voluntad común de mirar hacia adelante para enfrentar la grave situación que afecta al país.
¿Y esta situación, que en el caso de la Alianza y en particular de la UDI, es bastante grave, se supera con la rearticulación del sector, creando un nuevo referente?
Lo que nosotros hemos pensado en primer lugar es gatillar un proceso. Lo que estamos haciendo es poner nuestra fuerza y experiencia política para gatillar este proceso, cómo se da ese proceso, ahí lo veremos. Por ejemplo, yo soy partidario de que confluyamos hacia un solo partido en la centroderecha. Y otros dirigentes tienen una visión más escéptica sobre esto, pero en lo que todos debiéramos coincidir es que debemos hacerlo de manera muy abierta, de cara a la ciudadanía, en las regiones, con mucha participación de independientes. Es decir, las coincidencias con el ex Presidente son: las actuales formas de organización están agotadas. Necesitamos una nueva plataforma. Necesitamos una renovación clara de nuestro mensaje y tenemos que ser más eficaces como oposición.
¿Se puede iniciar ese proceso en paralelo a lo que está ocurriendo con el caso Penta? ¿No le resta legitimidad?
Tenemos que hacerlo. Los tiempos judiciales simplemente no coinciden con los tiempos políticos. El caso Penta y el resto de los casos que se están investigando van a durar muchos meses y en consecuencia, la centroderecha no puede paralizarse por estas investigaciones judiciales. Estas indagaciones van a seguir su curso, pero nosotros tenemos que ser capaces de separar aguas y hacer este esfuerzo político.
¿Y toda esta reorganización del sector se puede hacer con los mismos protagonistas, incluidos los mencionados en el caso Penta?
Mi idea es que hay que hacerlo con todos, y cuando digo todos eso significa con las personas que hoy tienen responsabilidades en la centroderecha, pero fundamentalmente abriéndose a nuevos dirigentes y a nuevas personas.
Es evidente que las identidades de la centroderecha, en el caso de la UDI, están hoy claramente dañadas, pero también en el de RN por los vasos comunicantes que existen, porque se genera una imposibilidad de acceso. Mi convicción es que hay un enorme potencial de dirigentes, de personas con ganas de participar en política, que no se va a acercar a la centroderecha a través de la UDI ni de RN, ni tampoco de los otros movimientos. Ese peaje de entrada no lo va a pagar mucha gente valiosa, por eso es fundamental que se genere una plataforma totalmente distinta a las anteriores.
¿Y qué van a hacer con las profundas rivalidades que han existido en su sector?, cuesta pensar que bajo el nuevo esquema eso no continúe.
Como centroderecha tenemos una amenaza muy fuerte que es la Nueva Mayoría, entonces tenemos dos opciones: seguimos gastando nuestra energía en discutir entre nosotros o volcamos toda nuestra fuerza para obtener una revalidación de la confianza de la ciudadanía y, en consecuencia, más capacidad para enfrentar a nuestros adversarios. Si seguimos como estamos, los problemas y rivalidades van a continuar, en cambio, es más productivo y vale más la pena gastar los esfuerzos en tener un momento inicial para todos, lo que llamo partir de cero. En ese sentido, con el ex Presidente Piñera coincidimos en que los actuales partidos de la Alianza no dan el ancho para superar la crisis. En consecuencia, la verdadera decisión es: nos reorganizamos a partir de los partidos o, por el contrario, nos reorganizamos sobre la base de que hay que superar a los partidos. Yo creo que hay que superar los partidos, hay otros que piensan que hay que hacerlo a través de los partidos, Pero de lo que estoy seguro, es que la gente nueva que necesitamos con urgencia no va a llegar a los actuales partidos. Otra coincidencia con el Presidente Piñera es que hay que dar el puntapié inicial a un proceso, cuál va a ser el resultado, bueno eso tiene que ver con cómo se conduzca el proceso.
Profundice en la idea de que esto se tiene que hacer a partir de superar a los partidos y de que no dan el ancho.
Es perfectamente posible generar una convergencia en un partido político diferente que agrupe a todos aquellos que ya están y que simultáneamente se abra al mundo universitario, al mundo intelectual, a personas que tienen experiencia en organizaciones gremiales, y a un conjunto de liderazgos regionales. Por ejemplo, hay muchas personas que trabajaron en el gobierno del Presidente Piñera y que no ingresaron a los partidos. Ese es un capital que tenemos que recuperar y que con los actuales partidos va a ser imposible. Tenemos que partir de cero y no seguir intentando lo que claramente no funciona.
¿Eso significa que hay que disolver los partidos?
Mi idea es que los partidos inicien el proceso. Tiene que haber una etapa de reflexión que debe darse en paralelo a la acción que los partidos tendrán que seguir desempeñando en el Congreso. Por eso que es factible separar los dos planos. Cuál va a ser el desenlace, es decir, la forma que adquiera esto, es la respuesta que tendrá que venir una vez que terminemos el proceso de reflexión. Ahí tenemos tres opciones: mantener el esquema actual, que ha demostrado ser absolutamente insuficiente. Un paso intermedio es ir hacia una federación de partidos, o dar un paso, como yo propongo, mucho más audaz, y generar una convergencia totalmente nueva.
Están un poco contra el tiempo, porque ya el próximo año es uno de elecciones municipales y los candidatos van a querer saber bajo qué bandera van a competir.
Estoy seguro de que si enfrentamos la elección municipal bajo las mismas marcas que hoy se encuentran profundamente desgastadas, es decir, nos presentamos frente al país revitalizando la desgastada Alianza, vamos a tener un pésimo resultado electoral. No hay que olvidarse que la Alianza la superamos con la Coalición por el Cambio que fue con la que se obtuvo el triunfo presidencial del 2010, pero posteriormente volvimos a la Alianza. Tenemos que plantearnos frente al país en 2016 con una propuesta nueva. Si queremos revitalizar las imágenes o las marcas que están hoy completamente desgastadas vamos hacia un completo fracaso. Este es un esfuerzo de renovación. La Concertación fue capaz de hacer un esfuerzo político y generó una nueva identidad con la Nueva Mayoría.
¿Ayudaría en este proceso que la UDI tuviera gestos concretos para separar lo judicial de lo político, por ejemplo, con las renuncias a su militancia de los involucrados en el caso Penta?
La centroderecha, la Nueva Mayoría y también el gobierno, tienen que ser capaces de separar los planos. Hay uno que es judicial, que tiene su intensidad, sus ritmos, y cualquier intento que se haga por influir en ese plano va a tener un enorme repudio ciudadano y va a ser complemente inútil. Respecto a la militancia de algunos parlamentarios, yo creo que formular peticiones en estas materias es totalmente inútil. A esta altura, cada partido y cada dirigente que se ve involucrado en estas situaciones sabe el daño que genera. Por ejemplo, quién puede desconocer que la demora en renunciar de Sebastián Dávalos, o a la inversa, no haberle exigido desde el día uno que abandonara su cargo en La Moneda, le ha causado un devastador daño al gobierno y a la propia Presidenta de la República. Creo que una reflexión igual se deben estar haciendo algunos dirigentes de la UDI.
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