Arturo Duclos, artista visual: "Al arte chileno le falta mística"
El pintor, parte de la Escena de Avanzada en los 80, exhibe en galería Metales Pesados.
Un elefante blanco hecho a escala real (de cuatro metros de alto), con azúcar refinada y exhibido en el Parque Forestal de Santiago; Post-Marx, una edición de cajas de fósforos firmadas y númeradas en conmemoración de la caída del Muro de Berlín, o un viaje en globo desde la Patagonia hasta Alaska con cámara en vivo, accesible las 24 horas en la web. Utópicas ideas como éstas son las que han rondado la mente de Arturo Duclos (1959) en los últimos ocho años, las que ahora exhibe a modo de pinturas en la muestra I just believe in art, que abre el miércoles en la galería Metales Pesados.
El título hace referencia a la canción God, de John Lennon, donde el beatle reniega de todas sus pasadas creencias para asegurar que sólo cree en él y su esposa, Yoko. De la misma forma, Duclos reafirma ahora su compromiso con el arte, disciplina a la que se ha dedicado desde los 21 años, cuando se volvió el miembro más joven de la Escena de Avanzada, formado por Eugenio Dittborn, Carlos Leppe y Lotty Rosenfeld en los años 80.
"En I just believe in art, juego con la palabra arte y el diminutivo de mi nombre. Es un manifiesto ideológico nihilista con respecto a la política de hoy. Para mí la solución está en el arte, que sigue siendo el gran motor de cambio de paradigmas", dice el pintor que durante años trabajó visualmente con los símbolos de religiones e ideologías políticas, como el comunismo, el cristianismo y el budismo.
En los últimos años, Duclos ha debido reinventarse. Sin dejar de producir obras, ha sumado facetas como profesor, curador y ahora gestor cultural. Hace unos meses, junto a su socia Daniela Claro, abrió Espacio O: un centro de artes visuales en el segundo piso de una casona de Lastarria, donde organiza exposiciones y eventos, como los recorridos Arte sin Miedo, en los que reúne a grupos de 10 a 12 personas para visitar el circuito de arte del barrio: MAVI, MAC y galería Metales Pesados, para terminar con un almuerzo donde se discuten las obras vistas. En la misma tecla, a fin de año, planea un viaje a Miami, donde con un grupo de inscritos visitará los museos, las ferias Art Basel Miami y Art Miami, y colecciones privadas.
¿Por qué abrir Espacio O?
Creo que uno de los problemas de la difusión del arte local es que los espacios no se conectan. La gente ve las exposiciones, pero no entiende las relaciones que hay entre las obras y los artistas. En los recorridos tratamos de llenar ese vacío. Aunque el medio de arte en Chile es chico, no hay comunicación y los espacios hacen sus esfuerzos por separado y todo se diluye. Lo mis mo pasa con las galerías de Alonso de Córdova, que tuvieron su auge, pero ahora están anquilosadas: tienen clientes, pero no son propositivas.
En ese panorama, ¿cómo ve el arte chileno actual?
Los artistas están desencantados, pero no es con el arte, sino con el sistema. En Chile, el 90% de los artistas de mi generación no vive de su obra, sino de hacer clases, y al mismo tiempo la educación artística se ha transformado en un mercadeo. No te imaginas lo díficil que es llevar a estudiantes de arte a ver una exposición, hay un desgano total.
Sin embargo en 2002, Duclos fue uno de los impulsores de la carrera de arte en la Universidad del Desarrollo. También hizo clases en la UC y en la Uniacc, pero ahora está lejos de las aulas.
¿Hay quizás demasiadas escuelas de arte?
El problema no es la cantidad sino que no hay ninguna buena. Todas terminan en manos del mercado. Estamos frente a la industria de la educación superior y eso ha matado el arte. En las escuelas ya no hay referentes ni poder de seducción. Al arte chileno le falta mística. El Estado tampoco valora la labor de los artistas como motores de la cultura. Me encantaría ayudar a crear un centro de investigaciones artísticas. Hace falta repensar en el arte de manera más abstracta, generar utopías, y transmitirlo.
Eso sí, Duclos no deja de lado la mirada comercial. A fin de año abrirá Farsa, en Espacio O, la feria de arte de Santiago, que venderá obras de artistas jóvenes. "No digo que el arte no pueda ser sostenible, al contrario, lo que hay que cuidar es su espíritu, que el dinero no sea lo principal".
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