Blair busca recuperar protagonismo en medio de crisis del laborismo y del Brexit

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El ex primer ministro británico dijo que estaba creando un espacio de debate político. Ha sido crítico de la salida del país de la UEy podría reunirse con Theresa May.




Su foto se encontraba ayer en todos los portales de noticias británicos, porque sin importar cuántos años lleve alejado de la política, cada declaración o entrevista que da, vuelve ocupar los titulares. Si bien el ex primer ministro británico, Tony Blair (1997-2007), dijo que descartaba su regreso a la primera línea ha vuelto a ganar protagonismo no sólo en medio de la crisis que vive el país producto del Brexit (la salida de Reino Unido de la Unión Europea), sino que también del conflicto que atraviesa su partido, el Laborista.

En una entrevista con la revista New Statesman - a la que en sus memorias de 2010 A Journey calificó como una publicación "que solía ser seria"- aclaró que no podía "volver al frente de la política", porque "hay mucha hostilidad y también existen elementos en los medios de comunicación que literalmente harían movimientos para destruir eso si trataba de hacerlo".

De esta manera el ex jefe de gobierno, de 63 años, pretendió poner fin a las especulaciones sobre su regreso a la política luego de cerrar su oficina de asesorías, Blair Holdings, en septiembre pasado. Sin embargo, paralelamente señaló que "estaba tratando de crear un espacio para un debate político respecto de hacia dónde van las democracias modernas de Occidente y dónde particularmente las fuerzas progresistas encuentran su lugar". "Estoy consternado por el estado de la política de Occidente, pero también increíblemente motivado por eso. Pienso en Reino Unido hoy, tienes a millones de personas efectivamente sin hogar políticamente", añadió.

El semanario The Sunday Times publicó un artículo el domingo pasado, citando fuentes cercanas al ex primer ministro, en el que señaló que su interés en regresar a la vida pública se ilustra con la reunión que sostuvo con Jared Kushner, yerno del Presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, hace dos semanas en el restaurante Cipriani en Nueva York. "(Tony) conocía a un par de personas en la mesa y fue invitado a unirse. Sin embargo, la aseveración de que él estaba 'pescando un puesto' es un sinsentido", dijo un asesor a New Statesman. En todo caso, Blair y Kushner podrían tener temas en común. Esto porque su último cargo público, que ocupó desde junio de 2007 a mayo de 2015, fue de enviado especial del Cuarteto de Medio Oriente.

Mientras que el yerno de Trump -según el diario The New York Times- ha "surgido como una figura potencial importante en el futuro de esta región" (ver página 38).

A nivel local, The Sunday Times señaló que Blair se va a reunir pronto con la primera ministra, Theresa May, para tomar un café. Sin embargo, advierte el diario, los asesores de la jefa de

Gobierno creen que él es parte de una "alianza infame" de ex funcionarios que están determinados a interrumpir el Brexit. En ese sentido, Blair escribió el mes pasado en el periódico New European que los partidarios de la permanencia deberían "movilizarse y organizar" una insurgencia para que la ciudadanía cambie de opinión sobre abandonar la Unión Europea. "Blair quiere mostrar que está preparando su regreso y qué mejor forma de hacerlo que discrepando con el Brexit", dijo al semanario una persona cercana al tema.

En la entrevista con New Statesman, Blair negó haber calificado como "loco" alguna vez al actual líder laborista Jeremy Corbyn, tal como lo había señalado The Sunday Times. Sin embargo, dijo que éste era alguien de la extrema izquierda. "No creo que sea una postura correcta o una postura con la que él pueda ganar una elección. Quizás me equivoque, así es que esperemos y veamos", añadió.

Sentimiento contrario

"¿Nos mentiste Tony (Blair)?. Pensamos que eras diferente, ahora no estamos tan seguros". Así dice la canción Follow me Around de la banda inglesa Radiohead y que ilustra el sentimiento de muchos británicos respecto de la figura del ex primer ministro.

Blair llegó a Downing Street tras arrasar en las elecciones de 1997 y posteriormente triunfó en las de 2001 y 2005, con lo que seconvirtió en el único líder laborista que cuenta con tres victorias electorales. Según la cadena BBC, en un comienzo tenía el respaldo tanto de la derecha como de la izquierda, pero la derecha se enfureció cuando percibió que fracasaba ante el control de la inmigración. Sin embargo, fue su respaldo al entonces Presidente de Estados Unidos, George W Bush, en 2003, para la invasión a Irak, lo que despertó la ira de todos los sectores. El enojo aún se siente, porque un sondeo de YouGov realizado en mayo pasado reveló que el 53% de los británicos no puede perdonarlo.

Las críticas no se quedan ahí. Una vez que salió del gobierno, Blair se dedicó a realizar charlas y asesorías con las que recaudó US$ 9,9 millones. Además, fue cuestionado duramente por sus asociaciones con líderes como Nursultan Nazarbayev, el autocrático Presidente de Kazajistán.

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