Bob Dylan retrata la decadencia del viejo Hollywood

En 1964, el cantante escribió 23 poemas inspirados en una colección de 90 fotos de Barry Feinstein. Del funeral de Gary Cooper a la muerte de Marilyn Monroe, las imágenes retratan el fin de la época de oro del cine. El libro ve la luz 40 años después.




"Bob, ¿quieres venir conmigo?", le preguntó. El fotógrafo Barry Feinstein iba a buscar el Rolls Royce de su amigo Albert Grossman, mánager de Bob Dylan, a Denver. Y luego lo llevaría hasta Nueva York. No quería hacer el viaje solo, así que invitó a Dylan. "Encantado", dijo el cantante. Eran los años 60 y el músico y el fotógrafo  cruzaron tres mil kilómetros arriba de un Rolls Royce.

Fue una aventura fantástica, recuerda Feinstein. "Una noche anduvimos por Nebraska persiguiendo un tren y aporreando la bocina. También fuimos a, eh, una asamblea evangelista, una iglesia, ya sabes, con  tipos en trance, arrebatos y todo eso", cuenta. "Nos convertimos en compañeros de viaje", agrega Dylan.

Colaborador de las revistas Life y Newsweek, Barry Feinstein retrató a Dylan para la portada de su álbum The times are a-changin (1964). Desde principios de los 60 registraba fotos de Hollywood y había armado un ensayo fotográfico: imágenes en blanco y negro que retratan el fin de la época de oro. Le preguntó a Dylan si escribiría el guión "y sin más se vino a California, vio mis fotos y escribió los poemas".

Así nació Fotorretórica de Hollywood, el manuscrito perdido, libro que reúne 90 fotos de Feinstein y 23 poemas de Dylan. El volumen se mantuvo inédito por décadas: los editores no se atrevieron a publicarlo entonces por temor a la reacción de los estudios. Hasta 2008, cuando Feinstein desempolvó los negativos y el manuscrito y lo publicó en EEUU. Publicado en español por el sello Global Rythm, acaba de llegar a Chile en una edición de tapas duras.

Fotógrafo de rock, que retrató también a Janis Joplin y  George Harrison, Feinstein registra el fin de la era de los grandes estudios y las estrellas legendarias. Gary Cooper muere de cáncer, Marilyn Monroe de una sobredosis, las divas de antes (Marlene Dietrich, Judy Garland) ya no tienen la misma luz y una nueva generación comienza a brillar, con Marlon Brando a la cabeza.

"Me encantaban las fotos de Barry", cuenta Dylan. "Por su atmósfera desolada y, obviamente, por el tema". Sus poemas no llevan títulos y no son descriptivos, pero transmiten el espíritu de las imágenes. Ante una toma del estreno de Cleopatra, que fue un fracaso estrepitoso, escribe: "esplendor emplumado/ respetable espectáculo/ con regazos que esperan/ ternuras guturales/ luego están ellos/ acorralados allí/ en la otra orilla/ ojo con acercarse/ cuidado con pisar/ la acera de las estrellas".

En los textos el cantante se hace cargo también de sus incipientes líos con la fama: "sí, mujer, soy actor/ la diferencia está en la paradoja/ de que no/ deseo en verdad ser recordado/ por mi sonrisa/ ni por mi traje/ aunque dándole más vueltas/ cuando miro alrededor/ comprendo/ que así será". Candidato al Nobel hoy, Dylan no se atreve a calificar de poemas a sus versos. "Si son poemas o no... ¿Importa de verdad mucho? ¿Y a quién?".

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