Bose, el arte de vender sonido
La ciencia y su amor por la música llevaron a Amar Bose a crear una de las empresas pioneras en el mundo de la tecnología en sonido, Bose Corporation, la que ha llegado a obtener US$ 3.500 millones en ventas al año y conquistado con éxito los embates del mundo digital.
A veces, las ideas más simples pueden generar grandes negocios. En el caso de Amar Bose, el estadounidense fundador de la reconocida empresa Bose Corporation, su meta era mejorar la calidad de sonido.
Fue así como pasó de ser un joven que reparaba radios en su hogar a combinar la ciencia para crear aparatos que lo ayudaron a construir un imperio, que no sólo vende equipos tecnológicos personales o para el hogar, sino que también ha sido buscado para mejorar la acústica de instituciones y espacios conocidos a nivel internacional, como la NASA, la Capilla Sixtina del Vaticano o el Estadio BBVA Bancomer de los Rayados de Monterrey, inaugurado en 2015, que requirió de US$ 2 millones en equipo tecnológico para proveer de sonido a la estructura de 5,8 hectáreas.
Bose, además, inició la tradición de incluir equipos de audio sofisticado en los autos de lujo, asociándose con General Motors y cambiando así el mercado de accesorios de audio. Actualmente, los equipos de audio de esta empresa se incluyen en modelos como Porsche, Audi y Mercedes Benz, entre otras marcas.
Otro de los grandes logros del gigante del sonido es haberse adaptado a los cambios de la industria, la cual revolucionó con la entrada de los archivos digitales en formatos como wav o el ya reconocido mp3. Amar supo posicionar su empresa, dado que la música de este tipo no requiere de un hardware complicado. Otra ventana de oportunidad que aprovechó fue tras el lanzamiento del iPod, en que rápidamente sacó al mercado el dock, que reproduce la música directamente y con alta calidad. Hoy, Bose Corporation emplea a más de 11.700 personas y genera US$ 3.500 millones en ventas anuales, según Forbes.
Pasión por el sonido
Desde pequeño, Amar Bose demostró habilidad para entender el mundo de la mecánica y la tecnología. A los 13 años ya sabía reparar todo tipo de radiotransmisores. En 1947 entró al MIT (Massachusetts Institute of Technology). En ese momento Amar descubrió que su habilidad y experiencia en la electrónica eran muy menores al conocimiento que necesitaría para dedicar su vida a este rubro, especialmente en el área de cálculo, por lo que decidió dejar de lado la música y dedicarse tiempo completo a los estudios. Pasó de escuchar 9 a 2 horas semanales de música clásica.
Nueve años después, cuando finalizó su doctorado en ingeniería eléctrica, tomó algunos ahorros y compró uno de los mejores sistemas de sonido del mercado, a modo de premio por el esfuerzo. Pero la alegría se convirtió en decepción al descubrir que la calidad del audio era mediocre y deficiente.
Ese evento se convirtió en su obsesión, investigando y experimentando distintos caminos para crear un mejor sonido. Y no tuvo su respuesta hasta el 3 de agosto de 1963, durante la última presentación de los Beatles en Liverpool. Ahí se dio cuenta de que en un concierto la mayor parte del sonido que escuchamos no proviene directamente desde la fuente, sino que indirectamente de las reflexiones en las paredes y el techo, por lo que si los parlantes hicieran lo mismo, dirigiendo parte del sonido hacia las paredes, se lograría un efecto similar.
Amar fundó, un año después, Bose Corporation y trabajó con la Sinfónica de Boston para medir los ángulos de incidencia del audio que llegaba a las personas. Así nacieron los parlantes Bose 901, considerados como el primer sistema de audio casero que reprodujo la sensación de claridad y espacio de un concierto en vivo.
Pero Bose no sólo buscaba vender productos de alta definición, sino que desarrollar innovaciones que lograran llevar la experiencia de la música a niveles impensados de sensaciones acústicas. Esta fue la segunda obsesión de Amar, quien invirtió miles de millones de dólares en desarrollo. El lema de la compañía es "Mejor sonido a través de la investigación".
Otro hito ocurrió en 1978, mientras viajaba de Zurich a Boston. Bose probó un nuevo modelo de audífonos de la aerolínea, pero no escuchó nada debido al ruido de la cabina. Al aterrizar, ya había diseñado las ecuaciones para crear audífonos que lograban eliminar el ruido exterior. Fue tal su éxito, que el Ejército de EE.UU. y los consumidores adoptaron el producto y la competencia lo replicó.
En paralelo, Bose daba clases en el MIT, a la que le entregó, en 2011, gran parte de sus acciones en la empresa para financiar su labor educativa.
Luego del fallecimiento de Amar Bose, en 2013, y con 53 años de historia, la compañía sigue liderando la industria, creando tecnología para todo tipo de espacios y ocasiones, combinando inteligencia, ciencia e innovación y adaptándose a los desafíos del creciente y cambiante mundo digital.
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