Catalina Hotz, la viajera
La alemana logró unir el deporte con sus ganas de conocer culturas y descubrir nuevas olas. Quedó asombrada con Indonesia, navegó un río en Munich y quiere recorrer la costa chilena.
Es curioso que Catalina Hotz se sienta tan cautivada con el mar, considerando que nació sin costa. La joven de 24 años nació en la ciudad alemana de Friburgo y “desde que era chica que tenía esa fascinación por el mar, aunque ni siquiera había visto una ola en persona”, recuerda Hotz.
Esa fascinación se convirtió en enamoramiento cuando, a los 11 años, vino de vacaciones a Chile. “Lo probé y me encantó, pero no pude seguir surfeando en Alemania”, dice. El idilio había nacido y se hizo definitivo cinco años después, cuando su familia se radicó en Viña del Mar: “Cuando nos vinimos empecé a surfear y no lo dejé más. Todos los días me meto al mar y es lo que más me gusta”.
Hotz se ha convertido en uno de los principales nombres del circuito surfer nacional, aunque ella pone una cuota distinta a los demás. “Hago lo que se llama freesurf. Salí de la universidad Adolfo Ibáñez, donde estudié Ingeniería Comercial, y me puse a viajar. Me gusta mezclar los viajes con el surf, que es todo un estilo de vida más que un deporte. Siempre está la inquietud de conocer nuevas playas y olas, ver nuevas culturas y eso se compatibiliza bien con el surf”, explica.
Siempre estuvo ligada al deporte. “Antes nadaba, hacía snowboard en las montañas suizas y ahora hago surf. El elemento agua para mí era muy familiar, pero el surf era algo que siempre quería hacer”, dice Hotz. “Hay muchos factores que lo hacen entretenido. Viajar, buscar el momento preciso y la condición de la ola perfecta, compartir con los amigos... Ver, por ejemplo, en el agua un atardecer es una linda postal. Eso, personalmente, me llena de felicidad y es impagable”, agrega.
Este fin de semana, Hotz competirá en Cachagua en el Quiksilver & Roxy Summer Jam by Royal Guard y después se presentará en Reñaca y Maitencillo, “que es cerca de mi casa”. Pero sus ganas de competir no taparán las de viajar por el mundo y por Chile, en donde ya tiene definido su lugar favorito. “Me encanta el sur, esa combinación de bosque, campo y verde con el mar, la arena negra... Me gusta mucho, aunque sea un poco más frío que el norte. Chile tiene una costa afortunada, porque hay muchas olas”, cuenta.
¿Y el extranjero? Hotz ha estado en las islas Galápagos, Perú, el Caribe y Estados Unidos, entre otros. “Es difícil elegir uno. Pero me gustó mucho Indonesia. Este año fui por tercera vez y la cultura que tienen es cautivante, además que hay buenas olas”, explica. También ha estado en lugares raros. “En Múnich hay un río, el Eisbach, y se forma naturalmente una ola en medio de la ciudad. Ves surfistas con trajes y tablas en el centro. Es el lugar más extraño donde he estado”, recuerda.
Hotz dice que tiene dos deudas internacionales: “Sueño con ir a Hawai, que es donde dicen que nació el surf. También me llama la atención Sudáfrica, pero Hawai debo conocerlo”. ¿Y en Chile? “Me gustaría recorrer la costa para buscar más olas”, dice. Hace una pausa y saca a lucir su lado de ingeniera: “Podría hacer un proyecto de televisión y recorrerlo. No es mala idea”, remata entre risas.
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