Chile medita la continuidad del Dakar

Natalia Riffo reconoce asombro con su primer Dakar como ministra del Deporte. "Quedé bastante impresionada por la organización, por el conocimiento que existe", dice la secretaria de estado, quien ahora tendrá que vivir su propio Dakar, el de ver si la prueba continúa en Chile.

No se ve fácil. La misma Riffo reconoce también que los rumores de la ausencia de Chile para la edición 2016 son fuertes, pero ella prefiere la mesura y el uso de una idea que se repetirá mientras dura la entrevista: "evaluar".

Efectivamente, Riffo no se juega tajante ahora a sacar la carrera del país o dejarla amarrada. Todo depende. "Como todo evento deportivo, el Dakar tendrá evaluaciones no sólo en lo deportivo, sino también en lo económico, lo turístico y vamos a hacer un procedimiento como corresponde. De hecho, ya comenzó para nosotros el post Dakar", asegura.

Ese proceso, que debería terminar en marzo, servirá para tomar esa decisión. ¿Por qué en marzo? Porque así lo dijo el director del Dakar, Etienne Lavigne, en Argentina. "Nosotros evaluamos sin presiones de ningún tipo", responde Riffo, agregando además la idea de que ASO está negociando con otros países por si Chile dice no en 2016.

La principal crítica que se hace a la presencia del Dakar en Chile es la alta inversión que se hace. Aunque la cuota bajó para 2015 por el terremoto de Iquique y el incendio de Valparaíso, el costo no deja de ser alto, aunque se pensó en un momento que la prueba no se haría en suelo nacional. "Había acuerdos del gobierno anterior. ¿Amarrado? No, porque la carta de compromiso no estaba firmada. Lo hicimos al llegar en marzo. Y aunque se firmaron acuerdos que quedaron de antes, entendemos que hay políticas de estado", dice la ministra.

Ahora bien, la duda sigue: ¿Vale la pena la inversión? "Es tan complejo cuando uno pone números ante la felicidad de la gente o que la gente sienta que tiene un evento de calidad en regiones. En Iquique, donde estuve, hubo actividades culturales todas las noches, hubo turismo, entraron recursos a la región. Eso es lo que observo", responde Riffo.

De todas maneras, la inversión no necesariamente crea prioridades y en el Mindep lo califican de esa forma. "Lo que no me gusta es poner uno antes que otro. Todos tienen su peso específico y como parte de la política deportiva hay que ir conjugándolos. Un año le tocará a uno, otro año a otro y eso como ministerio tenemos que ir cautelándolo", dice Riffo.

De hecho, ante la consulta de si se privilegiará un evento caro como el Dakar ante varios certámenes de menor cuantía, Riffo reconoce que "eso  será parte de la evaluación".

Lo que no cambiaría serían las condiciones que impondría el gobierno si el Dakar continúa en el país, tales como el resguardo del patrimonio. Ahí aprovecha Riffo de destacar la rápida actuación de los organismos para detener al italiano Matteo Casuccio y el holandés Kees Koolen, acusados de dañar zonas arqueológicas.

"Si no hubiéramos tenido preocupación en el cuidado de nuestro patrimonio, no hubiesen sido detenidos, ni les habrían tomado declaraciones ni tendrían un proceso en curso", dice la ministra y agrega que lo que diga el Consejo de Monumentos Nacionales será importante.

La última a Riffo: ¿Le gustaría que el Dakar siguiera en Chile? "Me gusta cualquier evento que resguarde condiciones y que sea que le llegue a la gente. Cuando siento, me gusta. Pero tambien tengo que resguardar todos los elementos".

Lo que sí queda claro es que estos días serán claves para definir el futuro del Dakar. "Hay voluntades y hay elementos que no tengo ahora para evaluar, porque le insisto: estas dos semanas nos dedicamos a disfrutar", concluye la ministra.

El pequeño Dakar quiere Crecer

Aunque Chile es el corazón del Dakar, por su paso por el Desierto de Atacama, nunca la carrera ha tenido siete días de competencia pura completamente en territorio nacional. Eso es lo que promete, entre otras cosas, el proyecto del Atacama Rally 2015, carrera que este año fue incluida en el calendario de la Copa del Mundo de la FIM (motocicletas). No pretende ser un reemplazo del Dakar, si es que esta carrera no pasará por Chile en 2016, sino un complemento.

La idea es ambiciosa. Siete etapas, con un prólogo en Valparaíso o Viña del Mar, que puede ser en la noche o el atardecer y con una entrada a beneficio de alguna fundación; siguiendo a La Serena, Copiapó, donde se harían dos loops con diferentes rutas, como el camino a Caldera, hacia la cordillera, o las zonas de Mar de Dunas Alto, Medio o Bajo, y cerrando en Antofagasta, donde se haría otro loop.

De acuerdo a Gerardo Fontaine, uno de los organizadores del Atacama Rally, el presupuesto sería de unos dos millones de dólares, la mayor parte de los cuales se lograría con las inscripciones, mientras que 400 millones de pesos espera conseguirlos, en partes iguales, de las cuatro intendencias regionales involucradas en el tema.

"Si los gobiernos nos entregan su apoyo, daremos beneficios a los amateurs, bajando la inscripción o gestionando el wild card para los futuros Dakares. El costo del Dakar supera los 14 mil euros, y el Mundial son sólo 3.800 dólares", dice Fontaine.

El retorno por cobertura está garantizado, porque la FIM obliga a tener un trabajo de televisión de alto nivel, que se transmite por Eurosport. "Ese retorno está calculado en 5,4 millones de dólares. Queremos traer a 50 periodistas y eso da otro retorno de 3,4 millones de dólares", agrega el organizador.

En 2014, Marc Coma y Joan Barreda corrieron el Atacama Rally, pese a que aún no era fecha mundial, para probar los caminos del Dakar. Para este año se espera que aparezca una buena cantidad de competidores internacionales. Alex Döringer, team manager de KTM dice: "Lo más probable es que vengamos como equipo, pero la decisión se toma en marzo, cuando se vea el calendario completo". Su homólogo de Honda, Martino Bianchi, asegura: "Vendremos, seguro, con un par de pilotos, tres máximo. Es una buena preparación para el Dakar".

Entre los atractivos de la carrera los organizadores destacan que es el único de Sudamérica bajo la modalidad cross country, es decir por el desierto y no por caminos, con reenganche y asistencia en ruta. Además buscará acercar la carrera a la gente, abriendo los campamentos al público.