Ciudad Juárez, la violencia que no cesa

Hace un año Luz María Dávila perdió a sus dos únicos hijos en la masacre de 15 jóvenes en Villas de Salvárcar, Ciudad Juárez. El ataque obligó al gobierno mexicano a modificar su estrategia contra la inseguridad en esa población, considerada la más violenta de México.




Doce meses después, familiares de las víctimas y organizaciones ciudadanas dicen que la vida en la ciudad fronteriza con Estados Unidos, ha cambiado muy poco.

Las autoridades aplicaron la estrategia Todos Somos Juárez que pretende abatir la inseguridad con escuelas, parques, hospitales, programas culturales y un sistema más eficiente de vigilancia.

El plan fue puesto en marcha después de una polémica reunión de familiares de las víctimas y vecinos de la población con el presidente Felipe Calderón. Luz Dávila permaneció de espaldas al mandatario durante casi todo el encuentro.

La estrategia, de 160 acciones, no ha logrado terminar con la violencia, pues en 2010 murieron 3.060 personas. A pesar de esta cifra, las autoridades afirman que la tendencia de homicidios ha bajado.

Los resultados abonan a la desconfianza, dice Luz María a BBC Mundo. "Los parques no van a quitar la inseguridad. Lo que pedimos es paz en la ciudad, que se acabe la violencia".

"JOVENES MATANDO JOVENES"
¿Por qué no se contiene la violencia en Ciudad Juárez?

La periodista Marcela Turati, autora del libro Fuego Cruzado, las víctimas atrapadas en la guerra del narco, dice que la estrategia oficial se concentra en rescatar espacios públicos, pero olvida a los nuevos protagonistas de la guerra entre carteles, es decir, jóvenes y adolescentes.

De acuerdo con la página electrónica del programa Todos Somos Juárez, hasta octubre pasado el gobierno había invertido más de US$275 millones, la mayor parte en acciones de cultura, deportes, educación, salud y economía.

Pero se ha hecho muy poco por los miles de niños que crecieron solos, con escasa atención familiar y en un ambiente de violencia creciente.

"Para ellos no hubo guarderías o escuelas de bachillerato. Se pensaba que al terminar la secundaria iban a las empresas maquiladoras, pero muchas se fueron y en otras no los contratan", dice Turati en conversación con BBC Mundo.

"Esos niños socializaron la violencia y en ellos el crimen organizado encontró su bolsa de trabajo. Hay una generación que se está exterminando: jóvenes matando jóvenes".

Después de la masacre en Villas de Salvárcar hubo más jóvenes asesinados, no sólo en Ciudad Juárez sino en otros lugares del país. La Secretaría de Seguridad Pública ha dicho que algunos victimarios fueron menores de edad.

OTRO PLAN
Recientemente la Secretaría de Gobernación anunció un nuevo plan de seguridad para Ciudad Juárez.

Con la estrategia las autoridades pretenden depurar a la policía local y mejorar la coordinación entre corporaciones, sobre todo de nivel federal.

No se trata de reemplazar al programa Todos Somos Juárez, que según Teresa Almada, directora de la organización independiente Centro de Asesoría y Promoción Juvenil, debe evaluarse en su justa dimensión.

"En materia de seguridad es un fracaso, porque no han cesado los asesinatos. Pero en otras áreas sí hay avances", dice en conversación con BBC Mundo.

Según especialistas y autoridades, la situación de Ciudad Juárez es distinta a otros lugares del país donde también existe disputa de bandas de narcotráfico.

En la población hay al menos 500 pandillas, que mantienen una violenta batalla desde hace varios años.

En 2008 los carteles de Juárez y Sinaloa empezaron a reclutar a los pandilleros, que ahora disputan calle a calle el control del mercado de drogas.

MENOS MUERTES
El uso de pandillas es una de las razones que explican la muerte de tantos jóvenes, dice Marcela Turati.

"Hay muchos enrolados en los carteles, y cada vez son más pequeños", asegura.

A pesar de las cifras, el secretario de Seguridad, Genaro García Luna, asegura que ha bajado el número de personas asesinadas en la población fronteriza.

A principios de 2010 Ciudad Juárez concentraba el 46% de los homicidios violentos cometidos en el país. Al cierre del año el número se redujo a sólo la tercera parte del total.

Es muestra de que la estrategia oficial ha funcionado, dijo García Luna a diputados.

"Ha disminuido este registro de homicidios, el cual todavía es alto –quiero reiterarlo-, sin embargo casi está a la mitad de lo que teníamos hace unos meses".

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