Cumbre del clima en sus horas decisivas
La llegada de presidentes y del secretario General de la ONU, marcará el inicio de la búsqueda de un borrador que reemplace el Protocolo de Kioto.
El archipiélago polinésico de Tuvalú, en el Pacífico Sur, es sindicado como uno de los primeros países que sucumbirá ante el cambio climático. El aumento del nivel del mar, de hecho, ya amenaza playas e inunda cultivos. Por eso ayer, su primer ministro, Enele S. Sopoaga, instó a los países presentes en la 20ª Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático (COP 20), en Lima, a avanzar rápido para lograr un acuerdo de reducción de emisiones y adaptación al fenómeno. "Que 2015 sea el año en que salvemos a la Tierra, en que salvamos a Tuvalú, porque si salvamos Tuvalú, salvamos el planeta", dijo en su intervención en el llamado "segmento de alto nivel", que comenzó ayer con la llegada de presidentes y ministros a la cita.
El arribo de estas delegaciones -que incluye a Michelle Bachelet, que realiza una presentación hoy, Enrique Peña Nieto, de México y Evo Morales, de Bolivia, se da comienzo formal a las últimas reuniones para lograr un borrador de un acuerdo que reemplace al Protocolo de Kioto, en pro de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para que la temperatura del planeta no suba más de 2 °C hacia fines de siglo.
El Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, pidió entregar un texto balanceado, bien estructurado y coherente, "que provea una clara y sólida fundación para la negociación del próximo año". Llamó, además, sobre todo a los países desarrollados, a presentar sus contribuciones determinadas nacionalmente el primer trimestre de 2015, y a comprometerse con el Fondo Verde, para ir en ayuda de los países más afectados.
El ministro del Medio Ambiente chileno, Pablo Badenier, intervino en representación de la Asociación Independiente de Latinoamérica y el Caribe (Ailac) -que conforman Perú, Colombia, Panamá, Costa Rica, Guatemala y Chile- diciendo que están seguros de que se llegará "a un acuerdo universal y jurídicamente vinculante que facilitará una economía baja en carbono".
Badenier indicó que el grupo de países promueve un acuerdo equilibrado, respetanto las responsabilidades comunes, pero diferencidas. Un acuerdo "basado en reglas y ratificable", con contribuciones dinámicas y que permita aumentar la ambición en el tiempo.
El papel de EE.UU.
Precisamente lo "jurídicamente vinculante" y "ratificable" son las condiciones que complican a algunos países, sobre todo a EE.UU. Aunque la administración de Barack Obama ha dado señales de que están dispuestos a recortar emisiones, un acuerdo legalmente vinculante requiere la ratificación del Congreso -dominado por los republicanos-, que no está asegurada. Con todo, y como muestra del compromiso estadounidense, el Secretario de Estado, John Kerry, llegará mañana a Lima para participar de las conversaciones, rango político normalmente ausente en estas citas.
Si defenderá o no un acuerdo no vinculante aún no está claro. Sin embargo, algunos expertos defienden los beneficios de un acuerdo no obligatorio. El economista británico Nicholas Stern, experto en cambio climático, señaló que un tratado jurídicamente vinculante puede no ser la mejor fórmula y defendió la idea de un compromiso nacional de desarrollo sostenible.
En entrevista con la BBC, dijo que las sanciones establecidas en el Protocolo de Kioto, por ejemplo, eran en teoría jurídicamente vinculantes, "pero simplemente no eran creíbles y fallaron en garantizar la implementación de los compromisos domésticos".
Pese a ello, la Unión Europea anunció que defiende el compromiso legal.
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