De la ficción a la ciencia: cibercirugía, la cirugía del futuro
Además de ampliar las capacidades del cirujano al momento de realizar una operación, permite reducir la duración de la hospitalización y el traumatismo quirúrgico.
Se trata de una técnica para operar de manera menos "invasiva", y que, incluso, puede ser realizada a distancia. Es la "cirugía del futuro", ha dicho el profesor francés Jacques Marescaux, fundador del IRCAD (Instituto de investigaciones contra los cánceres del aparato digestivo), en Estrasburgo, explicando que "esta cirugía híbrida es la convergencia de técnicas y especialidades (quirúrgicas, de gastroenterología, radiología, etc.) y de una mezcla de instrumentos, material de imágenes y robots".
Dichas técnicas innovadoras - que hace unos años sólo podrían ser parte de la ciencia ficción- permiten ampliar las capacidades del cirujano a la hora de hacer las cirugías, razones por las que el especialista ya ha realizado cuatro operaciones quirúrgicas "mininvasivas", entre enero y julio de este año.
Pero no sólo eso, ya que en 2001 dio que hablar cuando operó en Nueva York la vesícula biliar de una paciente que estaba en Estrasburgo, con la ayuda de una consola robotizada, llamada "Operación Lindbergh". Esa intervención, que se saldó con un éxito total, fue una primicia en la historia de la medicina.
En tanto, las otras cuatro operaciones "mininvasivas", realizadas durante este año, se efectuaron en el nuevo Instituto Hospital Universitario de Estrasburgo, un establecimiento dotado de aparatos técnicos muy sofisticados, como máquinas digitales e imágenes en 3D, que están revolucionando la cirugía tradicional.
Tres de esas operaciones -entre ellas la utilización de la realidad virtual como ayuda al diagnóstico y a la estrategia operatoria en una intervención en el cuello de una paciente de 66 años que sufría de una patología de una glándula de la paratiroides- representan primicias mundiales, aseguró Marescaux. Las otras dos operaciones fueron una cirugía de un cáncer en el colon, que se realizó gracias a técnicas digitales, y una cirugía del hígado, que se benefició de una máquina que aumentó las imágenes.
Para la operación del cuello, la exploración quirúrgica virtual -una reconstrucción a partir de imágenes de scanner (o de IRM) en tres dimensiones de la glándula, con ayuda de un programa informático desarrollado en el Ircard - permitió detectar una anomalía de una arteria, explicó el especialista. Esta anomalía, sistemáticamente asociada a una anomalía del trayecto del nervio de la voz, no habría sido posible detectarla en el balance preoperatorio standard. "La utilización de la realidad virtual ha permitido guiar el gesto quirúrgico de manera personalizada y preservar el nervio oculto", indicó.
Este tipo de programa informático podría ser utilizado en operaciones de próstata para evitar alcanzar los nervios en los que lesiones podrían provocar impotencia. Y en diez años, según el experto, estas técnicas quirúrgicas serán la norma, ya que, además, permiten reducir la duración de la hospitalización y el traumatismo quirúrgico.
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