Death Note: el popular manga revive como película de Netflix

Nat Wolff

El director y el protagonista de la historia, originalmente japonesa, adelantan la esperada cinta que se estrenará el viernes en streaming.




No es fácil hoy en día adaptar una historia asiática al público occidental. Sobre todo en Norteamérica, donde se viven tiempos de debate sobre la sensibilidad racial, y cómo Hollywood suele tomar historias propias de otras culturas, y las reimagina con actores caucásicos -un proceso conocido como whitewashing-, generalmente sin los mismos resultados.

Bien lo saben los involucrados en Death note, película que Netflix estrenará el viernes 25, y basada en un popular manga y animé del mismo nombre. Desde que se anunció el proyecto, algunos fanáticos manifestaron su rechazo, el que se agudizó cuando se publicó el primer trailer de la cinta, encontrándolo "demasiado norteamericano".

"Sabía que existían versiones geniales de esta historia -la trama además ha sido adaptada a películas live-action en Japón- y que tienen un público muy fiel. Pero mi personaje sigue una ruta muy distinta a la que tiene el personaje en las versiones japonesas. Entonces obviamente tenía claro que puede haber algo de rechazo; la gente suele preferir las cosas a las que están acostumbrados", dice a La Tercera el actor Nat Wolff (Ciudades de papel), que protagoniza la historia, agregando: "Creo que al final hay un público que apreciará que hayamos hecho algo distinto". "Antes se hacían grandes adaptaciones de películas extranjeras en Estados Unidos y no había mayor controversia. Creo que quizás en algún minuto se abusó del recurso, y películas como Dragon ball: evolution generaron molestia en la gente. En nuestro caso, creo que la gente pensó que íbamos a apropiarnos de todos los elementos japoneses, y no es así", dice por su lado el director, Adam Wingard, conocido por películas como Cacería macabra y The guest.

La historia sigue a Light Turner (Wolff), un joven inadaptado que recibe -literalmente desde el cielo- un cuaderno que en sus instrucciones asegura que quien tenga su nombre anotado en sus páginas morirá. Light recibe la "ayuda" -si es que se puede decir así- de un demonio de dos metros llamado Ryuk (la voz de Willem Dafoe), quien le explica que para usar los poderes del cuaderno, quien escribe sólo debe conocer el nombre y el rostro de quien desea que muera. También puede elegir cómo sucederá.

Primero, y más por curiosidad que otra cosa, Light causa las muertes -en sangrientas secuencias tipo Destino final- de un compañero de colegio abusador y del hombre que atropelló y mató a su madre, pero luego decide usar el poder para una causa mayor: castigar a criminales y terroristas, dando lugar a una suerte de utopía mundial. Obviamente, en el proceso Light se ve actuando de forma cada vez más oscura y se transforma en un personaje infame, perseguido por la justicia pero venerado como un dios por parte de la población.

"La historia de Light es sobre la moral y sobre como no todo se puede dividir en correcto e incorrecto. La vida está llena de grises, y la gente se aburriría de ver a alguien que sea de una sola línea. No conozco a nadie que sea sólo bueno o sólo malo", dice Wolff, a lo que Wingard complementa: "Lo interesante es el viaje para descubrir cuál es la motivación final de Light. Creo que una de las ventajas de trasladar la historia a Estados Unidos es que resulta en una metáfora contingente sobre cómo este país siente la necesidad de controlar los problemas del mundo".

Death note tiene un final que deja abierta la posibilidad de una secuela. Wingard ve complicado regresar, pero no pierde la esperanza: "Los próximos dos años los tengo dedicados a un pequeño proyecto llamado Godzilla vs Kong -el norteamericano dirigirá la superproducción de 2020- y mi itinerario será difícil. Pero no quiero dejar ir esta historia; le tengo demasiado cariño a este mundo, entonces si hay una secuela, me gustaría volver en cualquier capacidad".

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