Decálogo para eligir un buen jardín infantil y sala cuna
<div>El equipo de profesionales de Fundación Integra entregó una serie de recomendaciones para apoyar a las familias en la elección de los establecimientos para preescolares. </div><div><br></div>
Fundación Integra orienta a las familias con 10 pasos para reconocer el buen funcionamiento de los jardines infantiles y salas cunas para los preescolares sosteniendo que deben ser los padres los protagonistas en el resguardo de las condiciones de bienestar y calidad que ofrecen estos establecimientos.
1.- El jardín siempre debe tener las puertas abiertas a las familias. Un apoderado debe poder visitar a su hijo a cualquier hora organizándose con el equipo educativo del jardín.
2.- El establecimiento debe tener una infraestructura segura, resistente, de tamaño adecuado y con espacios despejados para el desplazamiento de los niños.
3.- Conocer el cargo del profesional de la educación parvularia que está a cargo de los menores.
4.- Verificar que el jardín posea el material pedagógico necesario, implementos, juegos y espacios estimulantes para los niños.
5.- Comprobar que los niños tengan distintos materiales para elegir, lo que demuestra que se respetan los intereses y necesidades de cada niño o niña.
6.- Verificar que baños, lugares de muda y cocina presenten una correcta higiene. Además se debe conocer el programa alimentario para comprobar que este sea nutricionalmente adecuado.
7.- Los niños aprenden explorando y para ello requieren estar en un ambiente donde se sientan seguros y en confianza, para ello es esencial una relación afectuosa entre los adultos responsables y los niños.
8.- Claridad y conocimiento de los procedimientos ante emergencias y accidentes.
9.- Las evaluaciones son muy importantes porque son el único medio para conocer las necesidades educativas de los niños. Por esto, los padres deben exigir que se evalúen los aprendizajes y deben saber cómo se los evalúa.
10.- Los padres deben estar atentos a las señales que envían los hijos, por ejemplo si muestran una resistencia recurrente a acudir al jardín, más allá de lo normalmente esperable en los periodos de adaptación (marzo, después de vacaciones de invierno, después de alguna licencia larga).
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.