Detienen a dos periodistas británicos en el marco de investigación de escuchas ilegales

Se sospecha que ambos detenidos habrían hecho pagos a funcionarios a cambio información.<br>




Dos periodistas, uno de ellos del dominical Sunday Mirror, fueron detenidos hoy bajo sospecha de haber realizado pagos indebidos a funcionarios para obtener información, confirmó la Policía Metropolitana de Londres.

El arresto se produce como parte de la investigación sobre supuestos vínculos entre medios de comunicación y funcionarios policiales en casos de corrupción, conocida como "Operación Elveden".

Un portavoz de Scotland Yard indicó que un hombre de 37 años fue arrestado en su domicilio del condado inglés de Kent, al sur de Londres y que otro, de 34 años, fue detenido en su vivienda al sureste de la capital británica.

El grupo mediático británico Trinity Mirror afirmó hoy que uno de los detenidos es el reportero Justin Penrose, empleado de su rotativo sensacionalista Sunday Mirror, y aseguró que la empresa "coopera totalmente con la policía".

Penrose trabajaba para ese tabloide desde 2004, cuando fichó por el rotativo como reportero, para ser ascendido a la posición de corresponsal de sucesos en enero de 2006.

Con la detención de ese periodista, la investigación policial amplía la pesquisa más allá del grupo News International, de Rupert Murdoch.

Según los medios británicos, se estima que el segundo reportero detenido es Tom Savage, subdirector del rotativo Daily Star, si bien por el momento esa información no ha sido confirmada por la policía ni por su grupo editorial Northern & Shell, cuya oficina en Londres fue hoy investigada por agentes.

Hasta la fecha, se  ha detenido a un total de 41 personas dentro de la Operación Elveden,
Esa pesquisa se desarrolla paralelamente a otra, denominada Weeting, con la que Scotland Yard investiga las escuchas ilegales a teléfonos de celebridades para conseguir exclusivas que cometieron durante años de forma rutinaria periodistas de News Of The World.

El sonado escándalo, que estalló por primera vez en 2006, forzó al magnate australiano a clausurar, en julio de 2011, el dominical tras 168 años de historia y puso en jaque a todo el periodismo británico, cuyas prácticas fueron cuestionadas.

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