El Hobbit: de los papeles de Tolkien a la alta definición de Peter Jackson

Hace 75 años, el profesor de Oxford J.R.R. Tolkien publicó su primera gran obra: El hobbit.




Tenía 45 años y sólo había publicado poesía y algunos cuentos. Obras esporádicas, de fantasías, inspiradas en ignotas sagas islandesas. Cuarenta y cinco años repartidos entre una infancia en Sudáfrica, una juventud en las trincheras de la Primera Guerra Mundial y una temprana madurez como profesor de Oxford. Hacía clases, escribía sobre las leyendas de Beowulf y corregía y corregía pruebas de sus alumnos. Un día, en el reverso en blanco de un certificado, decidió escribir lo siguiente: "En un agujero en el suelo vivía un hobbit". Fue el pasaje de J.R.R. Tolkien a su propia fama.

Dos años le tomó terminar lo que empezó con aquella expresión de cuento de hadas. El 21 de septiembre de 1937 se publicó El hobbit, un libro destinado al público juvenil e incluso infantil que un editor decidió imprimir después que le pasara algunas páginas a su hijo y éste dijera que sí, que quería leer más. Desde su primera edición le llegaron a Tolkien las sugerencias de que esto no se podía agotar en la agitada primera historia de su protagonista, Bilbo Bolsón. Debía haber secuelas. Tolkien, como mucho de lo que hizo en vida, se tomó su tiempo y escribió la mejor continuación posible: El señor de los anillos, extensos relatos de 500 páginas cada cual sobre las andanzas de Frodo, sobrino de Bilbo.

A 75 años de la publicación de El hobbit, el director que supo llevar con éxito El señor de los anillos al cine retrocede y realiza El hobbit, la película que tenía pendiente hace casi una década, cuando estrenó El regreso del rey. La cinta del neocelandés Peter Jackson entra el próximo jueves en Chile a 141 pantallas que se desglosarán en 99 en 35 milímetros y 42 en 3D. De todas ellas, cerca de 15 utilizarán la tecnología de los 48 cuadros por segundo, creada por Peter Jackson en sus estudios de Weta. El objetivo de esta alta definición (el doble de la normal, a 24 cuadros por segundo) es darle una nitidez fuera de regla a lo ya conocido. Las primeras reseñas aparecidas tienden, en general, a valorar el esfuerzo tecnológico. Las batallas, como nunca, ganan con el efecto 48 cuadros. Los movimientos, como rara vez, se perciben en esplendor. Eso dicen, al menos, las crónicas extranjeras,

El filme, cuyo subtítulo es Un viaje inesperado, es la primera parte de una trilogía que se estrenará sucesivamente a fin del 2013 y mediados del 2014. La decisión ha sido bastante criticada considerando que la historia original de Tolkien tiene sólo 320 páginas y todo es bastante mas simple, sintético y claro que en El señor de los anillos, su supersecuela. Jackson lo explica así: "Cada vez que empiezas con una escena, te entusiasmas un poco más y quieres desarrollar aún más los personajes". La coguionista y productora Philippa Boyens (responsable de las mismas tareas en El señor de los anillos) defendió esta semana la decisión de las tres partes en la presentación de la cinta en Nueva York con aún más razones. "Por esta película se te acercan grandes actores y si les das poco material simplemente no van a actuar", dijo.

Pero, ¿qué es El hobbit? ¿Un cuento de niños? ¿Una alegoría cristiana? ¿Un pasatiempos que se transformó en éxito? Con más de 100 millones de ejemplares vendidos en sus 75 años de publicación ininterumpida, El hobbit es la puerta de entrada a la Tierra Media, aquel reino de bosques, cavernas y seres medianos, los llamados hobbits. Uno de ellos es el protagonista aquí. Otro es el centro de El señor de los anillos. Y un tercero -el Gollum, hobbit tentado por el mal- cruza este libro y sus tres famosas secuelas.

Suena raro, pero Peter Jackson quiso empezar por el principio. A mediados de los 90, quiso hacer El hobbit, pero los usuales problemas de derechos le impidieron la tarea. Optó entonces por lo más difícil, por El señor de los anillos. Ahora, sin embargo, explica por qué el libro de 1937 es tan decisivo: "De aquí parte todo. Hay más humor y color que en su obra posterior, pero ya existen la avaricia y la locura de El señor de los anillos. Hacia el final sentimos que se pierde la inocencia y que todo cambiará para siempre. Que iremos a parar al mundo de El señor de los anillos".

El humor seguramente le pertenece a Bilbo, el hobbit sacado de su agujero por Gandalf el Gris (Ian McKellen). Todos van en ayuda de los 13 enanos que fueron expulsados de su reino de Erebor, ahora en manos del dragón Smaug. La avaricia y la locura, como siempre, tendrán el rostro y la figura de Gollum, aquel hobbit que cayó al abismo, que encontró un anillo y que perdió la inocencia.

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