El inestable escenario que complica la llegada de los Rolling Stones

La gira viene retrasando su desembarco desde diciembre de 2013. Aún con las reservas hechas en Chile, vuelve a tambalear.




Nunca tan longeva como sus protagonistas, pero sí de una duración que ya se extiende de forma inédita: desde abril de 2013 que The Rolling Stones negocia su segundo desembarco en Chile, arropados bajo un tour en que celebran sus 50 años de existencia. Primero, la mira estaba puesta en diciembre de ese año. Todo fue postergándose, hasta fijar febrero de 2015 como el objetivo.

Los continuos retrasos en el anuncio, sin embargo, dan cuenta de un obstáculo que se cierne sobre la región: la inestabilidad financiera en Argentina no ha permitido cerrar la totalidad de las paradas sudamericanas. Un escenario que ha retrasado el anuncio y ha llevado a pensar la opción que el tour continental pueda sufrir nuevos ajustes.

El viernes, el blog brasileño Popload -destacada fuerte de información de los conciertos que llegan al Cono Sur- informó que la gira de los Rolling Stones aplazó una vez más su desembarco, ahora para septiembre o noviembre de 2015, apuntando específicamente al tope financiero transandino.

Si bien nunca hubo una confirmación formal de que la gira caería por la región desde febrero, las señales sobraban: partiendo por Keith Richards, quien en una entrevista comentó que 2015 abriría con un periplo por Sudamérica. En la industria chilena se habla de un contrato sellado entre una productora local y los Stones hace ya un par de meses. Y está el hecho de que el Estadio Nacional presentaba reservas para los días 13 y 14 de febrero, en sintonía con las fechas.

"Nuestro país no es inmune a esta situación de Argentina", comenta Jorge Ramírez, el gerente general de la Asociación Gremial de Empresas Productoras de Entretenimiento y Cultura (Agepec). Según el directivo, todavía no se puede señalar algún show que haya desistido de venir a Santiago ante la situación al otro lado de Los Andes, "pero sí podríamos experimentar un encarecimiento". Así lo explica Ramírez: "Cada vez más, las giras traen sus escenarios, sus pantallas y más infraestructura. Al no tener una plaza como esa, ¿cómo lo vas a compensar? Esos costos se transfieren a algún lado".

Algo así pasó con la visita que Paul McCartney tenía programada para noviembre en el estadio de River Plate: de acuerdo con la prensa de ese país, la visita del ex Beatle se cayó por el límite que el gobierno ha establecido sobre las divisas que se pueden girar al extranjero. Además, con la inestabilidad del cambio cuesta proyectar ganancias para shows que se compran en dólares, pero que se venden al público -meses después- en pesos argentinos.

"La caída de Argentina podría impactar en la gira. Pero me parece que la verdadera problemática es que las empresas, en la lucha por quedarse con el artista, lo sobredimensionan y los mánagers aceptan ofertas inviables", dice el transandino José Palazzo, organizador del festival Cosquín Rock. Así, el tramo argentino, con las cinco paradas que recibiría se había convertido en obligatoria para solventar una aventura donde Chile y Perú aportan una fracción menor.

En el caso de McCartney, se habla de un caché cercano a los US$ 4 millones por show. Fuentes en el mercado peruano dicen a La Tercera que el show de The Rolling Stones en Lima asciende a los US$ 6,5 millones. En Argentina, US$ 5 millones por presentación. Para comparar: en 2012, cada show de Roger Waters rondaba los US$ 2 millones, mientras que Madonna y U2, en sus últimas visitas, se han acercado a los US$ 3 millones. Jagger y compañía se anotan con la tarifa más cara que se haya cobrado en la región. Una vez más: no se trata solamente de rock'n roll.

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