El semáforo del sufrido triunfo con Bolivia
Al igual que en el duelo ante Argentina, Chile dejó pocas cosas para rescatar.
Verde: El ingreso de Pablo Hernández. Si bien debió jugar en una posición diferente a la que acostumbra, el Tucu le dio algo de claridad a una Roja muy perdida. Fue de los pocos que intentó algo diferente.
Amarillo: La poca pericia ofensiva. El exceso de centros, la poca precisión en los últimos metros y el exceso de individualismo deja en claro que lo que más se ha perdido es la claridad en los últimos metros.
Rojo: Las bajas individuales. Mauricio Isla, Claudio Bravo y Charles Aránguiz están en un nivel inferior al mostrado en la Copa América, mientras el solicitado Fabián Orellana no ha estado en su nivel. Una diferencia evidente de un año a otro.
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