En su manifiesto Breivik habla de 80 células de futuros "mártires" dispuestos a copiar su sangrienta gesta

En 1.500 páginas de su escrito el autor del doble ataque en Oslo, deja patente su fanatismo y se proclama "caballero templario".




En su delirante manifiesto de 1.500 páginas, Anders Berhing Breivik, el autor confeso del doble atentado en Oslo, habla de 80 células de "mártires" dispuestos a copiar su  sangrienta gesta del viernes pasado en la que murieron al menos 76 personas. Dos de esas células estarían aún en actividad en Noruega,  como dijo hoy, en su primera aparición ante un tribunal.

Algunos temen que Breivik adquiera la dimensión de un mártir como su "hermanastro" de ultramar Timothy McVeigh, el agresor de la ciudad de Oklahoma, el 19 de abril de 1995, un atentado que causó 168  muertos y más de 500 heridos y que fue considerado el peor cometido en suelo estadounidense hasta el ataque a las Torres  Gemelas y el Pentágono el 11 de setiembre de 2001.

"Se necesita una respuesta política común de la Unión Europea para defender la libertad, para defender la democracia, para responder a la xenofobia", dijo en Londres el jefe del gobierno  español, José Luis Rodríguez Zapatero, al que Breivik había incluido entre los traidores de "categoría A" que debían ser condenados a muerte, junto a la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Nicolás Sarkozy.

Breivik, que en su manifiesto se refiere a las teorías de Ted Kaczynsky, el matemático loco conocido como "Unabomber", y  también a los blogger estadounidenses Robert Spencer de la  página JihadWatch y Gates of Vienna, pudo haber sido reclutado por dos ingleses. "Son informaciones que tomamos muy seriamente", dijo Cameron refiriéndose a la reconstrucción según la cual el trágico  recorrido ideológico del autor de la matanza del viernes pudo  haber comenzado en abril de 2002 en Londres.

Doce fundadores, como los 12 apóstoles, sentaron las bases de  la doctrina que impulsó la masacre en un encuentro orientado a refundar la Orden Militar Europea y Tribunal Penal de los caballeros Templarios (en alusión a la orden religiosa que  combatió en las Cruzadas), según escribió Breivik en su  manifiesto. "Será una organización armada para los derechos de los Indígenas y un Movimiento Cruzado", destacó. Entre los presentes en el encuentro, una multinacional de la militancia  anti islámica, figuraban dos ingleses, un francés, un alemán, un  ortodoxo griego, un holandés, un ruso y un serbio ortodoxo.

Otros tres miembros fundadores faltaron a la cita: eran un  belga, un sueco, y un europeo estadounidense.  

Al parecer no fue el único vínculo del atacante de Utoya con Reino Unido, donde Anders llegó hace 32 años, llevado  por su padre diplomático.  El noruego, según un militante de la English Defense League  (EDF), habría participado el año pasado en un encuentro de la organización fundada por Tommy Robinson y definida por el diputado laborista Jon Cruddas como un cocktail peligroso de  "hooligans, activistas de extrema derecha y racistas de pub".

La EDF -que nunca alcanzó el peso electoral de PVVI (Partido  de la Libertad) de Geert Wilders en Holanda o del Frente  Nacional francés- salió a la luz hace algunos meses cuando  intentó inútilmente de hacer intervenir en sus encuentros al  pastor de Florida "quema-Corán" Terry Jones.

El propio Anders, que en un "post" en la página noruega  anti islámica Dokument no se imagina al frente de un Tea party  europeo, en su manifiesto dijo contar con más de 600 militantes entre los amigos de Facebook, y haber mantenido contactos con  "decenas" de ellos en el pasado.

En esa página el atacante de Utoya agradeció por ejemplo en  octubre de 2010 al responsable del sitio y lo elogió diciéndole  que era una "de las voces alternativas" en Noruega. 

"Incluso me atrevería a afirmar que Dokument se ha convertido  en una fuerza política en Noruega, ya que todos sabemos que las  elites del país leen en secreto Dokument cada semana", destacó  entonces Breivik.

TEMPLARIOS

Pasados siete siglos de la disolución de la "Orden del Temple", sus autoproclamados sucesores se cuentan por cientos, más allá del noruego. Y sus fines son de lo más diversos: hoy por hoy se llaman templarios desde organizaciones caritativas, hasta sectas religiosas y bandas criminales.

El Vaticano contabiliza más 400 organizaciones de toda índole inspiradas en los monjes guerreros medievales, una lista que sigue incrementándose, como por ejemplo este año con el sanguinario cártel de "Los Caballeros Templarios" en México. Mientras, leyendas y teorías conspirativas en torno a la desaparecida orden continúan dando vida a novelas y films de éxito como "El péndulo de Foucault", de Umberto Eco, o "El Código Da Vinci" de Dan Brown.

La orden original se remonta al final de la primera cruzada (1096-1099), que expulsó a los turcos de Jerusalén. Nueve cruzados franceses encabezados por Hugo de Payens deciden permanecer en la ciudad para defender a los cristianos. Los monjes guerreros fundaron su orden en 1118 y establecieron su central en las ruinas del destruido templo judío, de donde reciben su nombre.

Con el paso del tiempo, reclutaron adeptos por Francia y toda Europa y acumularon cuantiosas riquezas, llegando a convertirse en la orden más poderosa de la cristiandad.

En su manifiesto "2083: Una declaración europea de independencia", Breivik colocó en la portada el escudo de los templarios, una cruz roja sobre fondo blanco. El subtítulo del documento es "Alabanza de la Nueva Milicia de los Caballeros Pobres del Templo de Salomón", el nombre original de la orden de los cruzados.

Breivik, como "comandante" templario, se siente llamado a limpiar Europa de musulmanes y preservar la cultura europea, y considera que, para ello, lo primero es "eliminar las doctrinas políticas multiculturalistas y marxistas", atacando a los partidos políticos que defienden la convivencia entre ciudadanos de diversas culturas.

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