Esteban Paredes y Gustavo Canales: La semana de los cracks

Ambos goleadores llegan con distinto ánimo al Superclásico. El albo está molesto y se excluyó de la antesala del partido. El azul luce relajado. Optó por hablar poco y esperar en familia.




Esteban Paredes está enojado. "Anda odioso. Medio atravesado con la vida", describe un amigo del goleador. No quiere hablar con nadie. En la semana, se excluyó de la antesala del Superclásico, en la que siempre participó para encender la disputa. Lo graficó con un gesto inequívoco al dejar Macul, en su auto deportivo. La señal requería poco esfuerzo para la interpretación: "Están todos cortados".

En cambio, Gustavo Canales lucía relajado en La Cisterna. Su única preocupación era que el hombro derecho, en el que sufrió una luxación durante el partido ante San Marcos de Arica, le generara complicaciones. Ese temor ya no existe. Sólo el martes realizó una preparación diferenciada. El resto de la semana, se exigió como todo el plantel azul.

De distinta forma, las figuras de Colo Colo y Universidad de Chile vivieron la semana previa al Superclásico. Sobre su capacidad goleadora está puesta la ilusión de millones de hinchas.

A fines de septiembre comenzaron los problemas para el "30" albo. El lunes 22, no viajó con el plantel de Héctor Tapia a la Octava Región para enfrentar a Universidad de Concepción por la Copa Chile. La derrota frente a los penquistas (3-0), que desencadenó la eliminación de la competencia, abrió los cuestionamientos en su contra.

La excusa del descanso para recuperarlo de una pubalgia cedió terreno ante la versión que atribuía la ausencia a su descontento por el incumplimiento directivo de mejorar sus condiciones económicas, compromiso que selló con el vicepresidente, y máximo accionista individual de Blanco y Negro, Aníbal Mosa. A lo único que accedió la concesionaria fue a permitirle dejar el club después de la Copa Libertadores del próximo año, si recibe una oferta de US$ 2 millones por el pase. Es decir, US$ 500 mil dólares menos que la cláusula de salida inicial.

En Macul, de todas formas, prefieren desdramatizar su descontento. "Ha hecho una semana de entrenamiento normal, buena. Nadie se quiere perder el clásico. El se ha cuidado igual que como en el resto del Campeonato. Hay cosas que puede hacer y otras que no. De eso estamos totalmente conscientes. Todo el resto de temas, que de pronto a cualquiera le pueden afectar, por la experiencia que tiene, se los va a sacar de la cabeza", dijo Héctor Tapia, uno de sus principales soportes en medio del enfrentamiento con los directivos.

A Canales, en cambio, su calma le alcanzó para tranquilizar a Martín Lasarte. El técnico le pidió que le comentara su evolución con franqueza. El "19" azul le dijo que estaba listo para rendir en su mejor nivel.

En las prácticas, incluso, ha forzado el hombro  sin dificultades. No eludió los choques y jamás sufrió molestias. "Ha sido una semana normal. No ha tenido nada distinto a otros partidos, con la excepción de los cuidados por el hombro", dijo Canales a mediados de semana a La Tercera, mientras abandonaba el Centro Deportivo Azul.

El oriundo de General Roca está relajado. Hace rato que recuperó el cariño de los hinchas estudiantiles. Tampoco se presiona con la obligación de convertirse en el héroe de una victoria en Macul que rompería un maleficio de 13 años.

Relajado, abre la ventana de su vehículo y explica que no hablará. La verdad, casi nunca lo hace. A la pasada, apurado por el reloj, porque diariamente retira a sus tres hijas de la escuela. En familia, espera el duelo más importante del año.

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