Exposición muestra en Nueva York valiosas piezas precolombinas de Perú
"Arte y mito en el antiguo Perú: la historia del Valle de Jequetepeque" es el título de la muestra.
La Sociedad de las Américas exhibe a partir de hoy, y por primera vez en Estados Unidos, piezas precolombinas del Valle de Jequetepeque en Perú, que muestran las creencias y el desarrollo político, social e ideológico de quienes lo poblaron.
"Arte y mito en el antiguo Perú: la historia del Valle de Jequetepeque" es el título de la exposición gratuita que presenta la riqueza artística de la cerámica precolombina y que se mostrará en Nueva York, en colaboración con el Museo de Arte de Lima (MALI), en Perú, hasta el próximo 23 de octubre.
En diferentes momentos de su historia, Jequetepeque formó parte del territorio de las culturas Cupisnique (2200-200 AC) Mochica (200 AC-400 DC), Lambayeque (950-1200 DC), Chimu y finalmente, del imperio inca (1200-1532 DC).
A pesar del dominio de estas grandes culturas, las sociedades que florecieron en esa región permanecen relativamente desconocidas, comentó a Efe la comisaria del MALI, Cecilia Pardo, quien viajó con la exhibición a Nueva York, donde dictará algunas charlas sobre el tema.
"La exhibición cuenta la historia larga de desarrollo artístico de una zona y aunque hay piezas de otras regiones, las hemos incorporado de forma tal que nos dicen cómo influyen a las culturas del Jequetepeque" a través de tres mil años, comentó.
"Tenemos que recordar que las sociedades precolombinas aparentemente no utilizaron un sistema de escritura y que el principal soporte de expresión, de creencias, de rituales y mitos fueron las piezas de arte, principalmente la cerámica", destacó.
La exhibición está dividida en cinco partes: cronología, iconografía, mitología y medioambiente, contexto arqueológico y avances tecnológicos.
Pardo comentó además que uno de los objetivos de la exhibición es contar al público que las piezas proceden principalmente de tumbas, que no fueron producidas para la vida diaria sino para cumplir con rituales en ceremonias o para acompañar al difunto en su paso al más allá.
Las que se muestran en Nueva York forman parte de una colección de 73 piezas que el MALI adquirió en 2007 de una de las principales colecciones de alfarería precolombina del valle del Jequetepeque, en la costa norte, que estaban en manos del empresario y agricultor Oscar Rodríguez Razzetto.
Pardo agregó que un objetivo de la exposición "es contar al público que las piezas arqueológicas precolombinas que ven en los museos vinieron de algún lado, y especialmente de las tumbas, y que fueron producidas para cumplir roles en rituales o para acompañar al difunto a su paso al más allá".
La pieza más antigua que se exhibe proviene de los Cupisnique, la primera gran cultura que se desarrolló en la región del valle de Jequetepeque, 1.200 hasta 500 antes de Cristo y se trata de un contorsionista.
"Es una pieza muy original. Si bien existen otras representaciones de contorsionistas, ésta es muy rara. Al parecer, según los arqueólogos, se trata de una persona que ha sufrido una enfermedad que se conoce como Marfan, es lo que creen los arqueólogos", indicó.
Marfan es una enfermedad hereditaria que afecta a distintas estructuras, incluyendo esqueleto, pulmones, ojos, corazón y vasos sanguíneos y se caracteriza por un aumento inusual de la longitud de los miembros.
Esta pieza tiene la particularidad de tener en su torso incisos de cabezas en perfil de felinos, y por su color oscuro, se cree que fue quemada en un horno donde no había oxígeno.
Otra de las principales tradiciones artísticas de la región las produjo la cultura Mochica, de la cual se exhiben cerámicas que cuentan ceremonias, sobre las batallas rituales en las que capturaban al rival para sacrificio.
Una de las piezas presenta tres eventos de ese tipo, el sacrificio de una mujer, una diosa entregando conchas a otro dios y el tercero, el entierro de un personaje muy importante para los Mochica.
"Creo que lo particular de la colección es que viene de un solo lugar a través de tres mil años, además del valor artístico y estético, que es lo más rico que hay en la región andina, y, diría, que comparable con las principales tradiciones de cerámica del mundo antiguo", concluyó Pardo.
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