Festival celebra boom del cómic chileno
Novelas gráficas, historietas y nuevas revistas animan el auge del género en Chile. Viñetas de Fin del Mundo parte hoy en el Centro Cultural España.
Tauca, el niño selknam, duerme en brazos de su madre. Están escondidos en una cueva. Afuera, la Patagonia -o Haruwen, como la llaman los selknam- es escenario de una guerra colosal, donde luchan hombres, dragones, dioses y traucos. Tauca duerme, pero el destino irá tras él: deberá escapar de una banda de traucos; luchará contra Siáskel, el gigante que roba niños; sobrevivirá al veneno de una hechicera y se enfrentará a un imbunche. Y se convertirá en líder de los perros baguales del Hersk, el bosque selknam.
Publicada por el sello Visuales, Tauca, la era del Hay'n cruza épica y fantasía en formato novela gráfica. Basada en leyendas australes, con ecos de Tolkien y Hermano lobo, es la primera de una serie de cinco tomos firmados por el escritor Gonzalo López y el dibujante Rafael Nangarí. El libro es una de las últimas entregas de un género que crece en Chile y es una de las novedades del Primer Festival de Viñetas del Fin del Mundo, que parte hoy en el Centro Cultural de España.
Por años dibujantes y guionistas han intentado replicar la época dorada del cómic en Chile, cuando en los 60 editoriales como Zigzag y Quimantú publicaban gran cantidad de viñetas locales fuera y dentro del país. La escena se marchitó tras el golpe militar, pero en los últimos cinco años el género ha vivido un nuevo auge gracias a una camada de creadores que han arremetido con nuevos temas: desde ciencia ficción, pasando por relatos de terror, hasta el rescate de la mitología.
"La nueva historieta chilena es más libre, contemporánea y no le teme a la intimidad. Existen cada vez más autores y la calidad es cada vez más profesional", señala Carlos Reyes, organizador del evento y uno de los autores de la compilación Monos serios (2008).
En el último tiempo han surgido editoriales independientes como Mythica Editores y Feroces Ediciones, dispuestas a publicar cómics de calidad. Así también, los sellos tradicionalmente literarios se han abierto al género: Alfaguara publicó Road Story, basada en un cuento de Alberto Fuguet, y prepara Quique hache, de Sergio Gómez, ambas ilustradas por Gonzalo Martínez; Planeta editó Arauco, la guerra en cómic, y Lom presenta en el festival El informe Tunguska, de Alexis Figueroa y Claudio Romo, un relato de ciencia ficción en Chiloé.
El encuentro, que se realizará gratis hasta el 14 de agosto, será la plataforma de lanzamiento de otros títulos, como Playas del otro mundo, de Cristián Barros y Demetrio Babul, adaptación de la novela de Antonio Gil sobre la conquista de México; Zombies en La Moneda, cómic que narra una plaga de muertos vivos que asola Santiago; el volumen II con las historias del Dr. Mortis y el libro Trauko: tributo 21 años, editado por Ocho libros, que recorre la historia de la revista nacida en los 80 y que complementa el documental Trauko, de Rodrigo Araya. "Este festival intenta recoger las dos miradas. Lo que se hizo desde los 80 hasta ahora, como también los nuevos proyectos y las futuras generaciones", dice Reyes. La muestra incluye charlas, talleres, y cortos y documentales en la Biblioteca Nacional.
RESCATANDO LO LOCAL
Además de Trauko, revistas como Beso negro, Acido y Bandido intentaron mantener viva la historieta durante los 80, con relatos de política, sexo y drogas. En los 90 destacan los ilustradores Jucca, Christiano y Asterisco y sus respectivos antihéroes: Anarko, Pato Lliro y la Abuela Fuentes. Después aparece el grupo de La Nueva Gráfica Chilena, liderado por Rodrigo Salinas y que en 2005 lanzó la antología La calma después de la tormenta. Entre los dibujantes actuales sobresalen Gabriel Rodríguez, que trabajó con Joe Hill (hijo de Stephen King) en la novela gráfica Locke & Key; Alan Robinson, que ha dibujado para la serie de Star wars, y Félix Vega, que edita en Francia y España.
Durante el festival se presentará también el cómic Sewellman, de Alonso Salazar, sobre un hombre de cobre que se convierte en el primer superhéroe rancagüino. Como Tauca y Arauco, sigue la tendencia de rescatar historia y mitos. "Chile está mirándose a sí mismo y eso implica saber de dónde venimos. Está pasando en la pintura, el cine, la música y es inevitable que los autores de historieta también lo hagan", concluye Reyes.
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