Fiordos patagónicos albergan corales únicos en el mundo
En el fiordo Cumau, en la comuna de Hualaihué, X Región, científicos de todo el mundo estudian estas nuevas variantes de coral.
El aislamiento de los fiordos de la Patagonia y el difícil acceso para el hombre, han permitido mantener en sus aguas un catálogo de especies desconocidas por la ciencia y convertirse en un lugar privilegiado, a nivel mundial, para el estudio de especies bentónicas o del fondo marino.
Dos de las 50 nuevas especies bentónicas descubiertas por la Fundación Huinay en su estación científica del mismo nombre, en la comuna de Hualaihué, X Región, corresponden a corales de aguas frías.
Vreni Häussermann, bióloga y directora de este centro científico, señala que las especies descubiertas en Chile no se conocen en otros lugares: "En los fiordos de Noruega se encontró una especie a 40 metros, pero en Chile encontramos corales, incluso a siete metros de profundidad. La razón de esta particularidad es aún motivo de estudios por parte de la comunidad científica".
Pese a que existen corales de aguas frías en fiordos de Noruega, Nueva Zelandia y Canadá, los descubiertos en Chile se diferencian de los demás, no sólo por estar a baja profundidad, sino por formar arrecifes con distribuciones atípicas, pero manteniendo un colorido tan o más vistoso que sus primos de aguas cálidas.
Además, la poca profundidad en la que viven permite a los buzos acceder a éstos con más facilidad, lo que conlleva también ahorros en equipos, lo que ha aumentado el interés por conocerlos. Los corales están protegidos en todo el mundo porque albergan una gran biodiversidad y por su fragilidad ante la intervención del hombre, ya sea por la contaminación, sedimentación, acción mecánica o sobreexplotación del fondo marino.
Edgar Wilhelm, seremi de Medio Ambiente de la X Región, señala que la investigación científica en Huinay permite catastrar recursos desconocidos para el Estado y, al mismo tiempo, conocer los riesgos a los que se exponen, para poder conservarlos. "Hay que controlar la extracción de los recursos para lograr un desarrollo sustentable. De lo contrario, las futuras generaciones no conocerán estas especies que recién se están descubriendo en ese lugar", indica Wilhelm.
LABORATORIO NATURAL
En la estación científica de Huinay, la estructura de los fiordos y el entorno virgen permiten una inusual diversidad de especies, con alto endemismo, algunas de origen Gondwánico y otras en peligro de extinción, además de un centenar de especies nuevas, que en este minuto están siendo revisadas en universidades extranjeras para su clasificación taxonómica.
Desde su creación, Huinay ha recibido a más de 400 científicos de todo el mundo, quienes tienen acceso al área marina protegida de la estación, de 15 kilómetros de largo por 75 metros de ancho, la que está en vías de extenderse a todo el fiordo Comau.
"Es un lugar único para el desarrollo de estudios biogeográficos y un aporte valioso al mundo científico, descubriendo cerca de 50 nuevas especies marinas y datando un alerce de más de 4.700 años de antigüedad", señaló María Teresa González, gerenta general de la fundación.
"El acceso a una región con el potencial biológico y físico de las áreas marinas, terrestres y atmosféricas de los fiordos chilenos, es ya atractivo suficiente para nuestros científicos", señala desde España Jesús Ricote, vicepresidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España.
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