Grandes protestas en Israel en solidaridad por el intento de inmolación de un ciudadano
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu hizo referencia a la "tragedia personal" del taxista quemado en una reunión de su partido, el derechista Likud.<br>
Unos mil israelíes se manifestaron esta noche en Tel Aviv en una protesta organizada durante el día en las redes sociales en solidaridad con el manifestante hospitalizado en estado grave tras quemarse a lo bonzo para denunciar su situación.
Los manifestantes marcharon incluso por la concurrida autopista Ayalón, que rodea Tel Aviv. Antes se habían congregado frente a la sede de la Seguridad Social, a la que Moshe Silman, de 57 años, culpaba de "haberle robado todo" en la carta que distribuyó antes de intentar inmolarse en la manifestación en Tel Aviv con motivo del primer aniversario del movimiento local de los indignados.
El intento de suicidio de Silman, ha causado conmoción en el país y provocado declaraciones desde la mañana tanto del Gobierno como de la oposición, también inspiró protestas de menor tamaño en otras tres ciudades: Jerusalén, Haifa y Beer Sheva.
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu hizo referencia a la "tragedia personal" de Silman en una reunión con ministros de su partido, el derechista Likud. Netanyahu deseó una "completa recuperación" a Silman, que sufre quemaduras de segundo y tercer grado en el 94 por ciento de su cuerpo, y pidió a los ministros de Asuntos Sociales y Vivienda que revisen su caso.
También el presidente, Simón Peres, reaccionó al incidente, que definió como "un punto bajo para Israel".
Los problemas de Silman comenzaron a finales de 2000, con el estallido de la Segunda Intifada, que supuso un duro golpe para la empresa de mensajería que había creado tras varios años en Estados Unidos.
En 2002 el Instituto del Seguro Nacional le embargó uno de los cuatro camiones de su compañía porque debía 15.000 shekels, unos 3.790 dólares.
Silman trató de recuperarlo al pagar una parte de la deuda, pero los trabajadores del Instituto estaban de huelga. Seis años después demandó a la institución, pero nunca hubo audiencia porque no podía pagar los costos judiciales.
Trabajó entonces como taxista, mientras le embargaban la cuenta bancaria, sus ahorros y los de su madre, que ejercía como avalista.
Tras la muerte de su madre hace dos años Silman, sufrió un infarto y se trasladó a Haifa, donde sobrevivía con la ayuda de sus hermanos y una pensión de incapacidad de 2.300 shekels, 580 dólares, por la pérdida del 50% de su capacidad para trabajar.
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