Grupos yihadistas en Siria se reinventan ante el avance del Ejército de Assad
El ex Frente al Nusra, que fue la rama de Al Qaeda en el país, se fusionó con otras cuatro facciones.
A medida que el Ejército sirio continúa recuperando el terreno perdido ante el Estado Islámico (EI), los distintos grupos yihadistas que operan en el país se han reagrupado y buscan nuevas formas de prolongar su existencia.
Así, el grupo Jabhat Fateh al Sham (JFS), que era conocido como Frente Al Nusra hasta que en julio pasado rompió sus lazos con Al Qaeda, se fusionó con cuatro facciones más pequeñas y se cambió el nombre a Tahrir al Sham, que se traduce como Liberación de la Organización del Levante. La agencia Efe señala que una de las razones para esta fusión es la disputa que existe entre los grupos extremistas que operan al norte del país.
Según la cadena BBC, el líder de esta nueva agrupación es Hashim al Sheikh, que había sido la cabeza del grupo islamista Ahrar al Sham, la que se negó ser parte de esta fusión. La cadena explicó que al "reinventarse, el JFS parece estar tratando de distanciarse de su pasado de Al Qaeda y se incrustó más profundamente dentro de la insurgencia siria".
"Esta última iniciativa es una indicación de que el sueño del JFS de ganarles a facciones clave en Siria ha fracasado, al menos por ahora", añadió.
En este sentido las rivalidades entre los distintos grupos yihadistas siguen presentes. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó el viernes que al menos 41 combatientes de Tahrir al Sham habían sido ejecutados extrajudicialmente por guerrilleros del grupo Yund al Aqsa, grupo extremista rival en la provincia de Idlib, en el norte de Siria.
El Observatorio señaló, además, que ambos grupos han alcanzado un acuerdo para que los miembros de Yund al Aqsa abandonen las áreas de enfrentamientos y que se dirijan a zonas controladas por el Estado Islámico.
Este grupo vive un momento complejo, tanto por la pérdida de territorio como de ingresos. Según un estudio del King's College de Londres y la consultora Ernst & Young al que tuvo acceso la revista alemana Der Spiegel, éstos últimos se han reducido a la mitad en los últimos dos años.
El reporte, que fue presentado en la Conferencia de Seguridad de Múnich, asegura que mientras que en 2014 el Estado Islámico tuvo ingresos de US$ 2.000 millones, en 2016 estos sólo alcanzaron los US$ 870 millones.
La fuerte caída de ingresos se debe, según los autores del estudio, a que EI ya no se está expandiendo sino que está perdiendo continuamente territorios. Con ello, también se reduce la recaudación de los "impuestos" que EI cobra en los territorios que controla y que constituyen la parte más importante de las finanzas de la organización, por delante de la venta de petróleo.
"Según estimaciones de las autoridades francesas, para los atentados del 13 de noviembre de 2015 en París no se gastaron más de US$ 21.200", dijo a Der Spiegel Peter Neumann, uno de los cuatro autores del estudio.
Ante esta situación, el EI está buscando expandir su influencia hacia países europeos. Si bien ya ha realizado ataques en Francia, Bélgica y Alemania, ahora tendría en la mira a España. Así lo advirtió un informe que el gobierno de ese país remitió a una comisión del Congreso. En el reporte se señala que el EI ha publicado comunicados en español e incluso lanzó una campaña para contratar a traductores de español.
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