Guy Sorman, economista y analista político francés: "La izquierda tradicional no ha podido desconectarse de sus orígenes marxistas"

El economista y filósofo francés, Guy Sorman, es uno de los intelectuales más reconocidos de Europa. Partidario del liberalismo clásico, este autor ha sido columnista de Le Figaro y The Wall Street Journal, The Guardian. Además ha escrito decenas de libros, como "China, el imperio de las mentiras" y "La Economía no miente". En conversación con La Tercera analiza las elecciones en Francia.

Actualmente existe una crisis de la izquierda, que se encuentra dividida con la presencia de grupos populistas, como, por ejemplo, Podemos en España y Syriza en Grecia. ¿Cómo evalúa esta situación? ¿Cree que estos movimientos han matado a la izquierda tradicional?

Tenemos el surgimiento de Podemos, pero ellos no han tenido éxito, porque también están divididos. Creo que el problema con la izquierda en países como España, Francia, Italia hasta un cierto punto y, por supuesto, Grecia, es que la izquierda tradicional nunca ha sido capaz de desconectarse de algunos de sus orígenes marxistas, así que de cierta forma ahora están totalmente inadaptados respecto de la sociedad moderna. En Alemania y en los países escandinavos la izquierda ha sido capaz de modernizarse, han tenido un diálogo constructivo con la derecha. Los conservadores están a favor del mercado, menos regulaciones, un menor tamaño del Estado, y los de izquierda están a favor de más regulaciones, más Estado y más solidaridad. Es un diálogo de tontos. La izquierda ha sido incapaz de entrar en este diálogo por sus raíces marxistas. La izquierda es irrelevante en el mundo actual. Creo que como resultado se creará una nueva izquierda, que será capaz de tener un diálogo constructivo con los conservadores.

¿Cuáles son las lecciones después de la primera vuelta en las elecciones presidenciales francesas?

Creo que fueron unas elecciones muy claras. Todo el mundo estaba hablando de caos y desorden, pero esa no es mi perspectiva. Y lo que vemos fue la derrota de la izquierda tradicional y de la derecha tradicional, las que fueron reemplazadas por nuevos líderes y nuevos movimientos. Por un lado, tenemos a los populistas, que son muy fuertes, y en el otro lado tenemos a un líder liberal, que también es muy fuerte, creo que eso es muy importante. También estaba mirando a quiénes votaron por estos dos líderes y las diferencias son bastantes claras. Tenemos una oposición en el programa, la señora Le Pen está a favor de un Estado fuerte y un cierre de fronteras y el señor Macron tiene una orientación de libre mercado. Los electorados son muy diferentes también, las personas que votaron por Le Pen viven en las áreas rurales, no tienen muy buena educación, los trabajos son usualmente mediocres. Para Macron sus distritos son las ciudades grandes, personas con educación. Si miras París, Le Pen tiene sólo 5% de los votos. Entonces, su fortaleza viene de los lugares olvidados en Francia, en cierta forma como Donald Trump, es una elección muy similar.

¿Cuál es el futuro que ve para los partidos tradicionales?

Creo que si tomas a los socialistas, por ejemplo, hemos tenido por un siglo una alianza entre personas que son más bien liberales y otra que son marxistas tradicionales. El domingo 23 de abril lo que tuvimos fue la explosión del Partido Socialista, entonces es probable que tengamos a un grupo de socialistas uniéndose al nuevo movimiento liderado por Macron, una clase de social-liberal. Y el otro grupo, más comunista, es probable que se una a un grupo populista mayor. Cuando se realice la segunda vuelta tendremos a los populistas versus los liberales. Cuando hablo de ellos me refiero no sólo a que estén a favor del libre mercado sino también a temas sociales. Entonces los tendremos a ellos en un lado y a los a favor de un Estado más grande en el otro. Creo que los votantes socialistas irán a uno u otro lado.

¿Por qué Le Pen aumentó la cantidad de votos respecto de las elecciones pasadas, más allá de la ola populista que vive Europa?

Es cierto que hay una ola populista, pero hay que considerar la personalidad de los candidatos, ella es muy buena. Ella ha sido capaz de aumentar la cantidad de partidarios que tenía su papá. Su padre era muy ideológico, racista de manera abierta y antisemita. La señora Le Pen tiene una perspectiva más amplia y ella no es antisemita. La brecha entre quienes están a favor de la globalización y los que son contrarios se ha agrandado y consecuentemente ha acrecentado el electorado de Le Pen.

¿Cree que Macron es la respuesta que Francia necesita ahora?

Creo que existe una tendencia a sobreestimar lo que puede hacer un Presidente y de sobreestimar los problemas en Francia. Así que en ese sentido, a Francia no le está yendo tan mal, es uno de los países más ricos del mundo, es uno de los exportadores líderes. Es cierto que en partes de Francia muchas personas de las áreas rurales, con estudios mínimos, no están bien integradas en la sociedad francesa. Francia no está en una posición dramática, no es Grecia. A menudo uno dice, el Presidente es sólo el Presidente. Entonces la visión de que hay grandes problemas y que el Presidente puede solucionarlos es una visión de la sociedad moderna, que no es correcta.

¿Cómo ve las posibilidades Macron en la Asamblea Nacional si gana?

Después de que el Presidente es elegido, tenemos elecciones para la Asamblea Nacional y tradicionalmente los franceses reaccionan siempre de la misma manera, es decir, le dan al mandatario una oportunidad. Estoy muy seguro que si Emmanuel Macron es elegido dentro de una semana, lo más probable es que tenga una mayoría de coalición en la Asamblea Nacional. Creo que no son verdad los comentarios que dicen que Macron no podrá gobernar, sino que desde el principio podrá decir qué puede hacer y qué no.