Informe saca a la luz una matanza de Los Zetas ignorada durante cinco años en México

mdf10609006

Ocurrió principalmente un fin de semana de marzo de 2011. Hay registros de 42 desaparecidos, pero se habla de hasta 300 víctimas. Fue una operación de castigo y venganza contra familiares y amigos de tres operadores del cartel que huyeron a EE.UU.




Una siniestra sociedad de violencia y silencio permitió que durante cinco años una matanza perpetrada en la localidad de Allende, en el estado mexicano de Coahuila, fronterizo con Estados Unidos, fuera ignorada. Y solo ahora, con la publicación de un informe, México parece despertar horrorizado ante la indefensión en que vivieron pueblos y ciudades a manos de las organizaciones criminales. El reporte "En el desamparo" reúne la investigación llevada a cabo por el Colegio de México y la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, y que fue liderada por el politólogo Sergio Aguayo.

El centro de esta tragedia es Allende, de 20.000 habitantes. Pero el torbellino no se quedó ahí, sino que se extendió por municipios vecinos, como Piedras Negras, donde operaba la banda de Los Zetas, zona estratégica para el control de las rutas hacia EE.UU. Por eso algunas versiones hablan de 42 víctimas, entre asesinados y desaparecidos, y otras de 300. Una matanza que para muchos está concentrada en un fatídico fin de semana, pero la verdad es que la violencia se extendió más allá de un año.

El origen de todo es la venganza. Aquella contra tres de los operadores del Cartel de Los Zetas en Coahuila, Alfonso Cuéllar, Héctor Moreno y Luis Garza, quienes desertaron y huyeron del país después de robarle supuestamente al grupo criminal entre cinco y 10 millones de dólares provenientes del narcotráfico. Los tres se encuentran hoy en Estados Unidos, donde habrían colaborado con la justicia y dos de ellos, Cuéllar y Moreno, son actualmente testigos protegidos de la agencia antidrogas estadounidense, la DEA.

La orden la dieron Miguel Angel Triviño Morales, el Z-40, y su hermano, Omar, el Z-42, dos de los máximos líderes de Los Zetas. El fin de semana del 18 al 20 de marzo de 2011 un escuadrón de la muerte de ese cartel sitió Allende para capturar, asesinar, secuestrar o hacer desaparecer a familiares, amigos y colaboradores de los "desertores". Pero no sólo eso. Reunieron los cuerpos de las víctimas en una de las granjas, los rociaron con combustible y los quemaron.

Además saquearon y demolieron sus casas con retroexcavadoras. Y la policía local en vez de salir en defensa de los ciudadanos, colaboró en la captura de algunos de ellos. Según el informe "En el desamparo", los 20 policías de Allende recibieron la orden de "no salir a patrullar ni responder a los llamados de auxilio".

Los sicarios de Los Zetas, un grupo de unas 60 personas, buscaban a todo aquel con apellido Garza, incluidos mujeres y niños. Pero también a cercanos de Cuéllar y Moreno. Policías y criminales llevaron a los capturados a dos ranchos "donde se concentraba a los condenados". Se estableció que 32 casas y dos ranchos fueron destruidos.

Después se comenzó a hablar que en esa acción murieron unas 300 personas, pero en Allende se han contabilizado 42 desaparecidos. La explicación en la diferencia de cifras puede estar en el hecho de que el calvario alcanzó a otras localidades, que hay víctimas que hasta ahora no han sido registradas y que la matanza se extendió por 14 meses. Ese es el caso de una familia de Allende, también de apellido Garza, un matrimonio, un niño de seis años y una guagua de meses, que fue asesinada un año después de ese fin de semana de marzo de 2011.

Eran los días en que México estaba hundido en la guerra contra narcos. Quizá por eso no se supo en ese momento de lo ocurrido en Coahuila. Además, porque los policías y el municipio de Allende estaban comprados por Los Zetas. Y porque había temor a represalias. Recién a fines de 2012 la revista Proceso habló de los asesinatos, secuestros de familias enteras y destrucción de viviendas en Allende y sus alrededores. En febrero de 2014 la revista Vice mencionó por primera vez que tras esa matanza había una venganza de Los Zetas. Y ahora llega este informe que concluye que el caso "fue ignorado" por las autoridades y que "el Estado no ha hecho la tarea" de proteger a sus ciudadanos.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.