La dupla Pérez-Larraín quiere cerrar este año un acuerdo previsional
Están enfocados en el análisis técnico con la Superintendencia de Pensiones, para hacer luego una propuesta al Gobierno. La búsqueda de este objetivo es prioritaria en la industria. En el Gobierno, en tanto, hay dudas sobre el timing para los cambios.
Tras asumir como presidente de la Asociación de Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) en mayo de 2014, Rodrigo Pérez Mackenna (56), reconoció que el sistema necesitaba mayor legitimidad, lo que requería cercanía con la gente. Si bien el sector había sido capaz de cumplir en lo técnico, consiguiendo tasas de rentabilidad promedio de un 8,5% real anual, la industria no se había validado frente a la sociedad porque le faltaba sensibilidad ante las críticas.
A la cabeza del gremio, Pérez impulsó la unificación del discurso y la apertura de los espacios de diálogo. Avanzando en esa dirección, fichó a un economista ajeno al mundo de las pensiones, pero con una profunda y extensa red de contactos en la academia y el oficialismo: Fernando Larraín (38). Desde entonces, la dupla ha tenido un trabajo intenso con la industria y el gobierno.
Hoy enfrentan una reforma que busca modificar no solo el funcionamiento de las AFP sino también el sistema de pensiones, con la creación de un pilar de ahorro colectivo que permita la solidaridad inter e intrageneracional, financiado con el alza de 5% en la tasa de ahorro obligatorio de los cotizantes.
Ante esto, están desplegando todo su capital político y técnico para conseguir llegar a un acuerdo con el Gobierno durante este año que permita mejorar las pensiones. Esto mientras en el Gobierno toman fuerza voces que apuntan a postergar una definición (ver recuadro).
Un primer paso es terminar el trabajo técnico con la Superintendencia para luego poder ir con una propuesta con la Presidenta Michelle Bachelet que se enmarque en el rayado de cancha entregado por la mandataria en agosto.
Redes transversales
La postura del gremio ha sido clara respecto del destino del 5% -debe ir íntegramente a las cuentas de capitalización individual de los afiliados-, algo que no ha dificultado su participación en instancias de diálogo. Y si bien nada asegura que estos esfuerzos se traducirán en una "gran" reforma o en varios proyectos, lo importante para el sector es acotar el impacto que tendría que este tema se transforme en el eje de campañas presidenciales.
Es aquí donde los contrastes entre Pérez-Larraín se vuelven virtuosos. Porque aunque no se conocían antes ni trabajaron en la defensa del sistema, coinciden en que corrigiendo el funcionamiento actual se pueden lograr mejores pensiones.
Las redes políticas de Pérez -que ingresó a la UDI a fines de 2013, congeló su militancia tras llegar a la Asociación y cercanos indican que no refichará por el partido, volviendo a ser independiente- son más incipientes y se conectan principalmente con su participación en el gobierno del ex presidente Sebastián Piñera.
Ahí ejerció como intendente de la región de O'Higgins, y como ministro de las carteras de Vivienda y Urbanismo, y Bienes Nacionales. Fue en este período en que le tocó reactivar y finalizar el proceso de reconstrucción tras el terremoto de 2010, lo que le permitió estrechar lazos con parlamentarios y en particular con la entonces senadora Ximena Rincón, hoy ministra de Trabajo .
También tiene una relación de cercanía con el ministro de Desarrollo Social, Marcos Barraza. Cuando el secretario de Estado lideraba la subsecretaria, Pérez visito un sin número de veces su oficina para debatir temas previsionales. Tienen algo en común: creen que el sistema debe modificarse.
Eso sí, antes de su paso por el sector público Pérez tuvo una fuerte presencia en el mundo privado, como director de 14 empresas, entre ellas Almendral, Banmédica y Deutsche Bank Chile. Esto le da un perfil mucho más ejecutivo.
No así Larraín, que si bien no milita en ningún partido político tiene amplias y extensas redes en el oficialismo, gracias al foco de su área de trabajo: alianzas público-privadas, evaluación de políticas públicas y modernización del Estado.
El economista no solo integró el equipo que diseño de la reforma tributaria de 2002, durante el gobierno de Ricardo Lagos, sino que más tarde fue asesor del ex mandatario. Esto le permitió conocer a Nicolás Eyzaguirre, hoy en la Segpres.
Además ha participado desde su origen en la Sociedad Chilena de Políticas Públicas, lugar en que ha estrechado lazos con los principales economistas de la otrora Concertación. A esto se suma su fuerte perfil académico que le ha permitido tener cercanía con Andrea Repetto, Guillermo Larraín, Benito Baranda y José de Gregorio.
Además ha sido director presidente de la Fundación Trabajo en la Calle, consultor del Banco Interamericano del Desarrollo (BID) y la Organización de Estados Americanos (OEA) en temas de modernización del Estado, gestión pública y economía política.
Así las cosas, lo cierto es que Larraín ha sido el principal nexo de la industria de las AFP con el oficialismo. En esto no solo lo ayuda su cercanía a Eyzaguirre, sino que también la sintonía que ha desarrollado con los principales asesores de Hacienda y Trabajo, Paula Benavides y Cristobal Huneeus.
Lo que parecía complejo, la dupla Pérez-Larraín ha podido sacarlo adelante. En la industria creen que gracias a este "aire nuevo" se ha conseguido despolitizar el tema y concentrar la atención en cómo se mejoran las pensiones, algo que les preocupa a todos.
Según sus representados, la dupla permite una transversalidad de contactos entre el oficialismo y la oposición, en este plano destacan valoran la rigurosidad con que han abordado el tema, lo que han permitido un debate con enfoque técnico.
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