La fórmula de Chile para ser Venezuela
La Vinotinto asombra y brilla en Mundial Sub 20. Las selección nacional lleva años fracasando en menores. ¿Qué hace y qué no hace para revertirlo?.
El jueves, Venezuela alcanzaba en Corea del Sur quizás el mayor logro de su historia futbolística: vencía por penales a Uruguay y se metía en la final del Mundial Sub 20. Juega bien y bonito, vive y conmueve. A más de 18.000 kilómetros de distancia, en cambio, la Rojita mira el certamen por televisión.
Chile fracasó rotundamente en el intento de clasificar a la cita planetaria,en el Sudamericano jugado en Ecuador. Dos empates, dos derrotas y apenas dos goles en cuatro partidos así lo acreditan. Las realidades de uno y otro combinado son diametralmente opuestas, eso es claro. Por eso bien vale preguntarse: ¿en qué esta el fútbol joven de Chile? ¿qué se ha hecho (o no) distinto a Venezuela? ¿hay esfuerzos por revertir la situación? ¿Por qué Venezuela sí y Chile no?
"El análisis hay que hacerlo más profundo. La generación de ellos es buena, los equipos estuvieron dispuestos a apoyar. Hay una serie de factores que ayudaron a que esta Venezuela creciera. Le dieron mucha importancia, mayor que a la adulta. Con el tiempo sabremos si Venezuela está haciendo un trabajo planificado o si se trata de un resultado circunstancial", explica Luis Ahumada, jefe de las selecciones menores de Chile.
Carlos Pedemonte, su par en Colo Colo, coincide: "Nos gustaría producir una selección como la venezolana. La clave es la continuidad del trabajo. No sé si lo de Venezuela tendrá esa continuación histórica". Hay otra visión disímil, la de Hernán Caputto, entrenador de la Sub 17 chilena, el paso previo a la 20: "Lo de Venezuela no es casualidad. Hace un trabajo de hace dos años con una categoría 97-98. Cinco jugadores están en Europa. Cuando Dudamel toma la selección adulta, hizo que esta categoría se preparara mejor aún. Cuando jugaba un partido la adulta, este grupo actuaba de preliminar. Es muy meritorio", dice.
En ese sentido, además, hay datos decidores. Como que de la Vinotinto cuatro de sus jugadore militan en su extranjero: Yangel Herrera (NY City, EE.UU.), Heber García (Sud América, Uruguay), Adalberto Peñaranda (Málaga, España), Ronaldo Peña (Las Palmas, España) y Soteldo (Huachipato, Chile). En Chile, en tanto, sólo Jeisson Vargas, quien no es considerado en Estudiantes de Argentina.
"Todo lo que se haga a nivel de clubes o de la ANFP en términos de participación es bueno, pero que no sea obligación, que sea por condiciones", detalla Ahumada. Y agrega: "Ha pasado un tiempo para hacer un análisis frío y del equipo Sub 20 que jugó en Ecuador, prácticamente ninguno fue titular en su club. Hubo mucha expectativa, pero tampoco tenían participación sistemática en los planteles. No es excusa. Se ha hablado con los entrenadores de los clubes. Se necesita que jueguen y no sólo por la norma, que sea un trabajo real con los chicos".
Pasa que Ahumada encuentra respaldo cuando se analiza la participación en el Clausura de los jugadores que fueron parte de esa nómina. Sólo un puñado de ocho futbolistas tuvo real continuidad. Otros, como el arquero Gonzalo Collao (U), los zagueros Raimundo Rebolledo (UC) y Nicolás Ramírez (U), el volante Jaime Carreño (UC) o los delanteros José Luis Sierra (Unión) e Iván Morales (Colo Colo), apenas participaron en algunos cotejos. Pero siempre en roles secundarios y principalmente por la obligación de utilizar un sub 20. "Uno entiende que los entrenadores privilegien los resultados", intenta justificar Ahumada. En la liga de Venezuela, por contraparte, es obligación alinear a un juvenil y en caso de cambiarlo, debe ser por otro Sub 20.
"Hay que apuntar a la mejora de la calidad del entrenamiento. Un buen medio no es determinante si no está en base a una gran cantidad y buena calidad de entrenamientos. Pero no podemos estar permanentemente en el lado de las excusas. La excusa no da respuesta. Con lo que tenemos, tenemos que ser mejores", analiza Pedemonte.
Por lo pronto, desde Quilín se revela un plan que pretende revolucionar la competencia de las juveniles: un torneo con dos divisiones, con descensos y ascensos y que pretende dejar atrás para siempre el sistema que hacía jugar a cada club hasta seis veces en un mismo año con un rival. Eso, dicen en Quilín, evidentemente afectó. "La idea es que haya una competencia fuerte en cadetes para que los chicos jueguen y puedan pelear un cupo en el primer equipo. Los jugadores y los técnicos tendrán que trabajar más", detalla Ahumada. Todo, cuentan, con el apoyo económico de la ANFP y la venia de los clubes del fútbol profesional: "Si bien estamos en una situación deficitaria, se pasó un presupuesto adicional de 800 millones de pesos para tener un mejor campeonato de fútbol joven", explica Aldo Corradossi, secretario general de Quilín.
Continuidad
Hay otro factor no menor que está totalmente identificado en las selecciones menores de Chile: la falta de procesos. Durante la estadía de Sergio Jadue en la ANFP, la Sub 20 fue una pasarela de entrenadores. Hugo Tocalli, Claudio Vivas, Mario Salas, Nicolás Córdova y actualmente Héctor Robles. Todos en un período de menos de cinco años. La situación es muy diversa, por ejemplo, con la realidad de Uruguay, que tiene a Fabián Coito a cargo de la categoría hace muchos años. "Lo que le ocurre a Venezuela es la consecuencia del trabajo de mediano y largo plazo. Eso logra estos objetivos. Lo mismo Uruguay, que tiene un seleccionador hace 10 años y que ha conseguido cuatro clasificaciones", asevera Caputto. En Chile no existía y en su momento Arturo Salah criticó esta situación, razón por la cual mantendrá a como dé lugar al jefe de las selecciones menores de Chile por un periodo razonable.
En ese sentido, Ahumada revela: "Hemos tomado como experiencia la Sub 20 y ahora trabajan semanalmente todas las selecciones. Hay continuidad. Ojalá que en el tiempo nos dé frutos". Pasa que antes de esto, los entrenamientos de las diversas selecciones menores eran esporádicos y casi siempre cuando había algún torneo en el horizonte. Hoy hay citaciones semanales.
Chile debe mirar por televisión la final que mañana disputarán Venezuela y Uruguay en el Mundial Sub 20. En las selecciones quieren recuperar el tiempo perdido y que luego sean otros los que observen a la distancia.
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