La historia del último Führer: firmó la rendición y trató de aliarse con EEUU y el Reino Unido
Fue designado por Hitler para seguir al frente del Tercer Reich y gobernó los restos de la Alemania nazi por cerca de un mes.
El 30 de abril de 1945, Adolfo Hitler se quitó la vida encerrado en su bunker, cuando el Ejército Rojo ya estaba a metros de los vestigios de la otrora gran Cancillería, sede del Tercer Reich. Alemania se rindió incondicionalmente ante los Aliados y la Unión Soviética el 8 de mayo, sin embargo, un gobierno nazi siguió funcionando hasta el 22 de ese mes. Casi un mes en que el heredero del Fuhrer, con los cargo de Presidente (Reichprasident) y comandante supremo de la Wehrmacht continuó realizando reuniones de gabinete, aplicando penas de muerte y manejando algunas tropas que retornaban al país.
En su testamento, Hitler designó como Jefe de Estado al almirante Karl Dönitz, un destacado militar, jefe máximo de la marina de guerra y quien había seducido al líder nazi con su campaña al frente de los submarinos alemanes.
Reichprasident
Dönitz junto a Joseph Goebbles, como canciller, debían seguir con el mandato de Hitler, pero el jefe de la propaganda del régimen nazi optó por el suicidio. El almirante estrella del Tercera Reich, sin embargo, asumió de inmediato la cabeza del nuevo gobierno. En un primer comunicado radial, confirmó su liderazgo sobre la nación y anunció la muerte del Fuhrer "luchando al frente de sus tropas ante los enemigos comunistas".
Dönitz fijó su gobierno cerca de la frontera con Dinamarca y desde ahí centró su labor en resistir la penetración del Ejército Rojo y favorecer rendiciones a manos de los Aliados.
El almirante fue quién autorizó al general Alfred Jodl para que firmara la rendición incondicional de Alemania el 8 de mayo, pero siguió al frente de su gobierno. Las tropas que manejó continuaron luchando, aumentado el número de víctimas fatales de la guerra, además, siguió aplicando juicios de guerra a quienes se negaron a continuar la lucha bajo las fuerzas nazis.
Su estrategia
La estrategia de Dönitz era llegar a un acuerdo con Estados Unidos y el Reino Unido para establecer una alianza contra la URSS y así salvar el régimen nazi. Sin embargo, este acercamiento nunca llegó y los Aliados ordenaron su arresto el 22 de mayo de 1945. Ese día se puso fin a toda jerarquía nazi en territorio alemán. A día siguiente, el Presidente del Tercera Reich y comandante supremo de las Wehrmacht fue detenido junto a todos los integrantes de su gobierno.
Sin pena de muerte
Pese a los altos cargos que ocupó en la maquinaria de guerra nazi y a su expresa orden a todo los submarinos alemanes a no ayudar a los náufragos resultantes de los ataques, Dönitz fue condenado a 10 años de cárcel.
Fue liberado en 1956 y se trasladó a un pequeño pueblo en el norte de Alemania, donde escribió dos libros: un sobre su experiencia en 10 años como comandante de submarinos y sus 20 días como Presidente de Alemania y otro sobre su vida antes de la guerra.
Nunca se arrepintió de su rol en el aparato nazi y falleció en 1980. En su funeral, al tratarse de ser el último alemán con el rango de Gran Almirante, asistieron varios oficiales extranjeros, algunos veteranos de guerra y miembros de la marina alemana. El gobierno germano, sin embargo, no autorizó el uso de uniformes o cualquier insignia oficial relacionada a las FFAA alemanas, por tratarse de un ex jerarca nazi.
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