La soledad de El Fraile

La falta de nieve en el único centro de esquí de la Región de Aysén obligó a cerrar una temporada sin visitantes.




El Fraile es el único centro de esquí de la Región de Aysén. En promedio recibe unos siete mil visitantes entre junio e inicios de septiembre, pero este año enfrentó la más inusual de sus temporadas.

Pese a estar emplazado en plena Patagonia, por primera vez no recibió visitantes debido a la falta de nieve. Habitualmente el ciclo de nevazones en la zona comenzaba en mayo y se prolongaba hasta agosto. Sin embargo, este año la primera nevada ocurrió en julio y con bajísimas precipitaciones, que en la capital regional no superaron los cinco centímetros, lejos de los 20 a 25 cm. de hace algunos años.

"Este año ha sido imposible abrir. Lo hicimos un día, pero al cabo de tres horas debimos cerrar y compensar a los usuarios, porque la poca nieve que había se trasladó a otro lugar por una fuerte ventisca", afirma Oscar Millalonco, director ejecutivo de la Corporación Municipal de Deportes de Coyhaique, entidad que administra el recinto.

"El centro había suspendido antes su funcionamiento por temas de gestión administrativa, pero nunca por falta de nieve (…). Nunca había visto tan poca nieve como este año", asegura Marcela Ehijos, ex presidenta del Club Andino Escolar Coyhaique (CAE).

La imposibilidad de abrir El Fraile ha significado al municipio dejar de percibir ingresos por unos $ 70 millones. El recinto sólo se ha mantenido activo con las contadas visitas de colegios municipales, en lo que forma parte de un programa dirigido a escolares en riesgo social. La obligada restricción de visitantes dejó además sin trabajo a las 15 personas que lo mantienen operativo.

El centro de esquí, ubicado a unos 1.600 metros sobre el nivel del mar, data de inicios de los 80, período en que el Ejército habilitó el lugar como centro de entrenamiento de alta montaña. Actualmente, cuenta con siete pistas, con una superficie de 25 km.

El lugar se alza como uno de los pocos sitios de este tipo en que la casi nula intervención humana permite esquiar entre bosques de ñirre y lenga y con nieve de alta calidad. Hoy, en cambio, las pistas lucen lejanas de sus mejores días.

Cañones de agua

La proyección futura de escasez de precipitaciones ha llevado al municipio a pensar en la fabricación de nieve en el centro de esquí, aunque especialistas en la actividad sostienen que se requerirían cuantiosas inversiones. "Una alternativa sería producir nieve a través de cañones que rocíen agua a temperaturas entre -1 y -3 grados (…). La otra opción sería tener una tele silla y elevar mediante andariveles de arrastre hacia una zona más alta, donde siempre hay nieve", explica Oscar Millalonco.

"Yo me inclino por el medio de elevación hacia la cumbre, aunque es una opción que se escucha desde hace unos 20 años", dice Enrique Briones, ex seleccionado nacional de esquí y actual instructor del centro.

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